Fue el lunes cuando en total reserva el alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, entregó en el Servel una solicitud de desafiliación a la UDI, partido en que militó durante más de 20 años.
Si bien eran varios los ediles que habían amenazado con renunciar al partido -sumido en una de sus mayores crisis tras el caso Penta- hasta el momento Soto es el único que ha confirmado su alejamiento de la tienda de calle Suecia.
La fecha es clave puesto que los militantes que deseen competir en las próximas elecciones municipales como independientes deben estampar a más tardar hoy sus renuncias. Tal como Soto, el edil de Ñuñoa Andrés Zarhi confirmó su desafiliación a RN.
La UDI no requiere de una cirugía estética, requiere de una cirugía más profunda y eso es lo que uno advierte. Y no hay voluntad de avanzar a ese cambio más profundo.
Soto sostiene que su decisión "es la suma de muchas cosas, no es una sola cosa ni es una decisión de un día, son procesos largos, de meditar, de tomar una decisión de esa naturaleza".
El alcalde asegura que la UDI se ha elitizado y que requiere de una "cirugía mayor". Con todo, libera de responsabilidades al actual presidente Hernán Larraín.
"Él está tratando de hacer esfuerzos y asumió el partido por buena voluntad y no por un interés personal", asegura en entrevista con T13.cl.
-¿Cuánto influyó el caso Penta en su decisión de renunciar a la UDI?
Uno puede advertir que cuando hubo alcaldes con dificultades fueron echados a la deriva y cada uno se defendiera como podía, pero cuando es alguien del club uno ve que las defensas tienen carácter de corporativas y eso no es una buena decisión. Pero no es sólo eso, es la suma de muchas otras cosas.
-Cuáles son esas otras cosas
Se perdió la esencia del partido, que tenía esencia popular, un partido que trabajaba en terreno. De eso queda poco, hay un afán previo a los procesos electorales de retomar el trabajo en terreno cuando eso debe ese contante.
Se perdió la esencia del partido, que tenía esencia popular, un partido que trabajaba en terreno. De eso queda poco, hay un afán previo a los procesos electorales de retomar el trabajo en terreno cuando eso debe ese contante. No entender que el país cambió y que los estándares son distintos. Hay que estar dispuestos a los cambios, defender a ultranza el sistema binominal no es entender la opinión de la mayoría de los chilenos.
-La UDI también ha sido muy reacia a temas valóricos, como el aborto. ¿Cuál es su postura?
Todos los temas son discutibles, y los temas valóricos que tiene que ver con decisiones de cada uno. Pero en general lo que uno espera es que cuando hay concentración de poder no le hace bien al país y cuando hay concentración del poder en un pequeño grupo de personas eso no le hace bien a los partidos, la excesiva parlamentarización, donde todo tiene que pasar por ellos.
- La semana pasada usted dijo a La Segunda que la UDI está "en la etapa terminal". ¿Mantiene esos dichos?
Absolutamente. La UDI no requiere de una cirugía estética, requiere de una cirugía más profunda y eso es lo que uno advierte. Y no hay voluntad de avanzar a ese cambio más profundo.
Nosotros nacimos para defender a los más débiles y eso con el tiempo se olvidó
-¿Se ha elitizado el partido?
Siempre lo fue, y ahora mucho más.