La estrategia de la UDI detrás de la decisión de congelar su participación en Chile Vamos
Hasta que llegó la sangre al río en Chile Vamos. Hace meses que no se realizan las reuniones de coordinación y Renovación Nacional había estado tensionando a la coalición con su apertura a llegar a acuerdos con la oposición, pero fue finalmente la UDI la que tomó la definición más drástica: congelar su participación en la coalición. ¿Qué consecuencias tendrá para el Ejecutivo? ¿Cómo podría afectar al gobierno esta postura del gremialismo? ¿Qué hay detrás de la decisión de la colectividad?
Mirando desde fuera parece escaso el argumento de que sus socios dejaran solo al gremialismo en el rechazo a la paridad de género para el proceso constituyente. Y aunque para la colectividad encabezada por la senadora Jacqueline van Rysselberghe es un tema la paridad en el proceso constituyente, lo cierto es que la decisión tiene un trasfondo mucho más significativo para la UDI y tiene que ver con su sobrevivencia política.
Los analistas políticos coinciden en que los efectos de la polémica resolución del gremialismo no son muchos para el gobierno, dada la ya baja aprobación de que goza el presidente Sebastián Piñera –la encuesta más reciente, de EDO Estudio de Opinión de Datacamp, da cuenta de un 11%-; sin embargo, podría sacar partido de la debilidad del Ejecutivo en el Congreso, imponiendo temas más acorde con su doctrina. Dado que hasta ahora se ha visto forzado a participar en los acuerdos a los que RN ha arrastrado al gobierno.
De hecho, el analista Marco Moreno señala que "un gobierno sin apoyo ciudadano, si se queda sin coalición -que es el principal riesgo que tiene el ultimátum de la UDI-, hace el escenario de gobernabilidad mucho más difícil. Porque evidentemente la UDI es uno de los ejes fundamentales de la coalición". Mientras que para el analista Eugenio Guzmán "más de lo que está afectado el gobierno, no creo que pueda afectarlo mucho más la decisión de la UDI". Y coincide con Moreno en que, "para ser franco, el gobierno goza de una popularidad bastante baja (...), ya está en un límite".
E incluso hace hincapié en que "si uno indaga algo más, notará que no todos los que desaprueban al gobierno son de oposición", lo que genera un escenario aún peor, pues parte del rechazo estaría entre los originales adherentes al gobierno. Aunque advierte que "va a ser más compleja la situación en el Congreso en términos de proyectos que tengan directa relación con lo que se está discutiendo hoy en día", lo que va a complejizar las negociaciones políticas al interior del sector.
Además admite que puede existir el riesgo de que la UDI se convierta en una especie de opositor al gobierno, "en la medida en que de alguna manera se produjo una liberación para tener mucho más autonomía para enfrentar los procesos que vienen y en que de alguna manera el gobierno ha tenido un poco atados a los partidos y con esto la UDI puede tener más libertad para apoyar o rechazar determinadas propuestas del gobierno y de la oposición". Que es, a su juicio, un problema que van a enfrentar más adelante RN y Evópoli , sobre cuánto están en el gobierno y cuánto no.
Según el analista Aldo Cassinelli debido a la debilidad del gobierno, que no tiene una línea clara respecto de lo que hacer, "la UDI puede suplir, en término de convicciones programáticas, lo que el gobierno no ha hecho" e intentar volver a su línea programática, misma a la que aparentemente el Ejecutivo ya renunció.
La sobrevivencia gremialista
Las "pataletas" de la UDI no son nuevas. En el gobierno anterior de Piñera intentó tomar las riendas y presionar al Ejecutivo, en la historia de esa primera administración Piñera quedó el 'disco pare' y la carta suscrita por la bancada de diputados de la colectividad con que trataban de hacer volver al jefe de Estado a la línea, luego que este anunciara con bombos y platillos por televisión en envío al Congreso del proyecto de Acuerdo de Vida en Común. Pero en esa época la situación del gobierno y del propio Presidente no se parecía en nada a la de hoy. Incluso ya se está esfumando la certeza de que al final de este período Piñera lograría traspasarle la banda a alguien de su propio sector.
A la baja evaluación del Presidente se suma, según la citada encuesta, que el 82% de los consultados califica como mal o muy mal la labor de los partidos políticos y sólo un 12% se identifica con ChileVamos. Adicionalmente, la sombra de la figura de José Antonio Kast se cierne hace meses sobre la derecha chilena y, en particular, sobre la UDI que ve como, poco a poco, el exdiputado gremialista encuentra adherentes al interior del partido.
De allí que todos los analistas coincidan en que la estrategia de la UDI es perfilarse de cara a los procesos eleccionarios que vienen –especialmente las municipales de octubre-, a fin de sobrevivir como partido, no sólo a la crisis político social; sino principalmente para no ser arrastrada por las malas cifras del gobierno y tratar de mantener el 30% del electorado duro que le era tradicional.
En este sentido, Guzmán tiene la convicción de que el movimiento de la UDI "es más bien un perfilamiento precisamente de aquellos que le permita tener una posición nítida o coherente para enfrentar lo que viene (procesos electorales", porque en su diagnóstico interno se llegó a la conclusión de que "hemos ido retrocediendo, hemos cediendo, entonces, hay que tener una posición clara para que ese electorado que vota por ese sector tenga claridad de que hacia donde va. De lo contrario se empieza a perder el electorado".
Y aunque Guzmán no descarta que Kast le esté poniendo presión a la UDI por el flanco derecho, también aclara que lo que está haciendo el partido "tiene que ver con convicción y responsabilidad y una buena combinación de ambas te lleva a tomar distintas posiciones".
Hace meses que desde la UDI han dado señales de preocupación por el flanco que se le ha abierto al seguir al gobierno hacia el centro, poniendo en peligro su tradicional 30% del electorado, mismo que no va a absorber Kast en su totalidad. Por lo mismo, el gremialismo podría capitalizar el descontento del electorado de derecha que no está siendo escuchado y convertirse en el partido más grande si lograra reconquistar al esquivo 30%.
Marco Moreno pone el acento en la oportunidad elegida por la UDI para asestar el golpe. Y adelanta que "lo que busca la UDI es reafirmar su voto duro de cara a las elecciones de octubre –no en abril-, porque ahí va a ser evaluada la gestión del gobierno y con voto voluntario –que es la propuesta que el gremialismo defiende ahora- tú tienes que buscar movilizar a los tuyos y la UDI entendió que tiene perdida esta pelea en el centro".
Desde el punto de vista del analista, la UDI está evitando ser arrastrada por la mala performance del gobierno y "entendió que el gobierno se quedó sin programa el 18 de octubre, en el que estaban algunas ideas importantes del gremialismo desde el punto de vista de más doctrinario y eso se perdió; entregó la Constitución del '80 y, por lo tanto, es bien poco lo que puede salvar para los efectos de mantenerse en la coalición. Por lo tanto, está buscando su propia supervivencia y esa supervivencia se juega en las elecciones de octubre".
Moreno cree las alarmas para que la UDI tomara una decisión radical las encendieron los resultados de la consulta municipal, ya que "votó mucha gente en comunas de mayores ingresos y ese voto fue mayoritariamente contra la Constitución", lo que se podría interpretar –dice- como que en el plebiscito de abril –y por tanto también en la municipal de octubre- habrá más votante de centro y centroizquierda "lo que podría afectar a los alcaldes de derecha". Es decir, que si se proyectaran los resultados de la consulta a la elección de octubre, la UDI habría recibido malas noticias y se obligó a actuar.