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Política

La centroderecha apura promesa de reformas para darle transversalidad y “credibilidad” al Rechazo

La centroderecha apura promesa de reformas para darle transversalidad y “credibilidad” al Rechazo
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El consenso de Chile Vamos en torno a que se necesita una nueva Constitución, aunque gane el Rechazo el próximo 4 de septiembre, no pareciera ser suficiente para otorgar relato a su opción. Por eso, los dirigentes han aprobado por unanimidad la rebaja de quorum -en la discusión en el Senado- y ahora afinan un documento con sus compromisos concretos. Bien saben que pesan los 30 años de oposiciones a los cambios estructurales.

Esta fue la semana de la centroizquierda. Así califican desde la derecha los días siguientes a la disolución de la Convención Constitucional el pasado 4 de julio. Desde las 11:39 de la mañana, momento exacto en que el grupo electo popularmente dejó de existir -tras entregar su texto-, en Chile Vamos remarcaron en privado en que, en los próximos cuatro días, solo esperarían a que sucedieran algunos hitos políticos de parte de figuras de la exConcertación o de colectividades ajenas al sector.

Mientras, los partidos -UDI, RN y Evópoli- insistían en un nuevo punto: el Rechazo no es de la derecha, subrayaron, al tiempo que surgía el desafío de cómo transformarlo en una alternativa “transversal”.

La primera señal de la semana la recibieron de parte del Partido de la Gente (PDG), este lunes, que se inclinó por un 91% por el Rechazo. No esperaban un porcentaje tan taxativo.

El segundo hecho vino el martes. La sede del Congreso en Valparaíso se revolucionó al momento en que el expresidente Ricardo Lagos escribió en su cuenta de Twitter su postura en torno al plebiscito de salida planificado para el 4 de septiembre. No se esperaban ese desmarque del Apruebo de parte del exmandatario, quien recalcó que ni el texto entregado por la Convención Constitucional ni la Carta Magna vigente eran buenas opciones.

Ese mismo día, en momentos previos, la comisión de Constitución del Senado aprobó por unanimidad la rebaja de los quorum de la actual Carta Fundamental. Un segundo gesto concreto para dar muestras de real apertura a los cambios, dice en Chile Vamos, además de haber instalado hace unos meses la idea de que la actual Constitución murió; qué ya cumplió un ciclo, planteamiento que, incluso, dejaron plasmado en sus respectivos votos políticos de los consejos generales al plegarse institucionalmente al Rechazo, a inicios de junio.

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Este miércoles por la noche, en tanto, se reunió la Junta Nacional de la Democracia Cristiana (DC) para definir su posición oficial ante el plebiscito, que finalmente se impuso el Apruebo por un 63%. Más allá de ese resultado, sin embargo, lo relevante para la causa de la centroderecha es que personajes como los senadores Matías Walker y Ximena Rincón se posicionarían en el Rechazo previo a la decisión institucional del partido.

“El Rechazo de Ricardo Hormazábal, para los entendidos en política, es brutal”, dice un dirigente de centroderecha al graficar lo que ocurrió esta semana, pues, agrega, la figura del exsenador y exlíder DC es reconocida por varios como un “chascón” -el ala más de izquierda del partido-, sobre todo porque en la década de los 80 planteaba una idea de coalición amplia. Asimismo, en 2017 no se refichó en la DC para votar por Alejandro Guillier y no por Carolina Goic.

Antes de la Junta DC, además, Chile Vamos esperaba concretamente la definición del expresidente Eduardo Frei, a través de una carta, explícitamente en el Rechazo. Cuestión que finalmente se concretó este viernes al mediodía.

La presión que ejerció Lagos para la propuesta de contenidos

La centroizquierda, comentan, habían alertado ya de los hitos a la centroderecha. Según varios dirigentes de Chile Vamos les pidieron “cautela” al reaccionar a las posturas que se darían a conocer. Pero en el Congreso no fueron pocos los que bromearon al escuchar a algunos personeros como Francisco Chahuán, presidente de RN. “Un ‘laguista’”, dijeron algunos en tono de broma, mientras el senador celebraba las palabras del exmandatario desde el Hall de la Cámara Alta.

“El Presidente Lagos ha tenido el talento de sorprender a la dirigencia política (…) yo recojo con mucha atención cuáles son los cambios que propone el Presidente Lagos en su carta, los cuales suscribo íntegramente porque sí creo que Chile tiene que avanzar hacia un Estado Social de Derecho, sí creo que Chile tiene que avanzar hacia un reconocimiento de los pueblos originarios, que tenemos que terminar con quorum que han sido muchas veces diques de contención de algunos procesos y con el control preventivo del Tribunal Constitucional”, dijo, en tanto, el secretario general de RN, Diego Schalper.

Mientras, en los pasillos del Congreso, ese martes, reconocían que la misiva de Lagos, al introducir los contenidos de un nuevo texto, presionaba al sector a dar una nueva prueba para derribar la barrera de la “incredulidad” respecto a que realmente buscarán post plebiscito un nuevo texto constitucional, en caso de triunfar el Rechazo. Algo que ese día el propio Presidente Gabriel Boric había llamado como “el veto histórico de la derecha”.

Sin embargo, los propios liderazgos de los partidos dicen que ya han dado señales claras en torno a los contenidos. No obstante, una vez disuelta la Convención Constitucional, admitieron esta semana, igualmente, la ciudadanía está requiriendo que la derecha, de manera explícita, comunique en qué hay acuerdo transversal para poner en un eventual nuevo texto. Idea que finalmente los terminó convenciendo. De hecho, se espera que este fin de semana se publique en un diario de circulación un documento oficial del sector en torno a los contenidos.

El presidente de la UDI, Javier Macaya, desde el Senado, luego de conocer la carta de Lagos, dio claves respecto a los contenidos que se vienen: “Que Chile sea un Estado social y democrático de derechos, (…) hay una importancia de reconocer a los pueblos originarios sin tener plurinacionalidad, el tema del medioambiente, como eje fundamental de la futura Constitución, sin convertirla en una Constitución activista; hay una importancia de tener contrapesos adecuados en el equilibrio de poderes del Estado, son muchas las materias, en los próximos días, semanas, vamos a estar dando cuenta de ciertos compromisos y de contenido constitucional, así que así como lo hicimos con el proyecto de los 4/7 y nuestra palabra empeñada significó los votos para ese proyecto en la Sala, lo mismo es la continuidad de contenidos. Así como nos comprometimos en algo que quizás para muchos era impensado hace algún tiempo, con el tema de la modificación de los quorum para modificar la Carta Fundamental, lo mismo va a pasar en temas de contenido que les daremos a conocer oportunamente”, señaló.

La necesidad de dejar por escrito un texto se debe a algunas razones concretas. La primera: evitar que el grupo de los “envalentonados”, que han ido apareciendo a raíz de los buenos números de las encuestas -para el Rechazo-, y que se han empezado a oír en las conversaciones informales, crezcan y se rehúsen a hacer cambios post plebiscito o, bien, un nuevo texto. “¿Para qué vamos a ofrecer más, si el Apruebo está desfondado?”, se han preguntado algunos. “¿Y si el Rechazo arrasa?”, agregan otros.

Pero desde los liderazgos de la primera línea recalcan que esto debe ser un “acuerdo sin retorno”, porque, subrayan, “esto no es una convicción electoral sino una convicción conceptual”. Otros dirigentes que representan las nuevas generaciones del sector -tanto de la UDI como RN- enfatizan en que esta es una oportunidad para que “por fin” exista un cambio cultural en la derecha. “Eso puede producir migración hacia el Partido Republicano, pero es parte de los costos”, añade un personero.

En paralelo, en el sector alertaron los dichos del senador UDI Juan Antonio Coloma en Tolerancia Cero, este domingo, quien dijo que “tiene que haber un sistema político que represente los equilibrios de poder y no generen una prominencia de uno sobre otro, tiene que haber derechos y hay algunos avances en derechos sociales importantes. Yo mantendría básicamente el sistema político actual y sí haría cambios importantes respecto a los derechos sociales que creo que hay un inmenso avance, algunos porque son parte de la modernidad y otros porque son parte de los nuevos tiempos”.

La segunda razón: dada la reticencia del gobierno de Boric y de la izquierda de conversar sobre un plan B concreto post Rechazo, dicen, lo ideal es que el 5 de septiembre la derecha tenga una “carta bajo la manga” para liderar el debate público.

Lo tercero: dar seguridades de credibilidad tanto a los personeros de izquierda como a la ciudadanía reticente al llamado “Rechazo para reformar”. El expresidente Lagos, en entrevista con CNN, de hecho, recalcó que la derecha tiene “muchas tareas pendientes” y que lo conveniente es que tanto el Apruebo para reformar como el Rechazo para mejorar, dejen por escrito cuáles son los cambios que proponen.

“Mucha gente debe desconfiar de la UDI, que se han opuesto a estos cambios durante mucho tiempo”, dijo el senador Walker.

El mecanismo en segundo plano

Si para la mayoría de los liderazgos del sector los contenidos representan más ganancias que pérdidas al ser definidos, el escenario es totalmente distinto cuando se aborda el mecanismo para redactar una nueva propuesta constitucional en caso de que triunfe el Rechazo el próximo 4 de septiembre.

¿Por qué? La dispersión que observan los dirigentes en los partidos políticos -de manera transversal- en torno a las tres opciones que se han abordado para redactar un nuevo texto: una segunda Convención Constitucional, un comité de expertos o bien el Congreso Nacional actual.

Si bien las encuestas han mostrado una inclinación por que sea un comité de expertos el que redacte un nuevo texto, cuando los consultados son requeridos por los otros dos escenarios hipotéticos, las preferencias se dan hacia el Congreso y no a una nueva Convención. “Esto es súper curioso”, dice un parlamentario de centroderecha, al explicar que los números muestran que pese a que la Convención mostró sostenidamente mayor confianza ciudadana que el actual Parlamento. Por ejemplo, la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) mostró un 22% de confianza en la CC y un 10% tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.

“Probablemente tiene que ver con el tedio hacia emprender un nuevo camino de convencionales electos”, agrega el parlamentario de centroderecha, al intentar hacer un cruce de datos.

Una eventual segunda Convención Constitucional, además, ha empezado a perder fuerza en la centroderecha, pues en conversaciones informales han concordado, en general, que el mecanismo se debe plebiscitar. Y, en ese sentido, dicen, sería muy confuso hacer que la gente opte por una de tres opciones, al tiempo que los referéndum buscan ser binarios.

“Hay que cerrar este capítulo constitucional en breve plazo”, dijo este lunes en Tele13 Central el exconvencional RN Cristián Monckeberg al recalcar que se necesita de una nueva Constitución. “No digo una nueva Convención, porque ningún gobierno va a querer pasar toda su vida discutiendo constituciones ni a un país tampoco le hace bien”, sostuvo el exministro al ponerse en el lugar de que el texto de la CC sea rechazado.

En ese sentido, Monckeberg enfatizó: “Yo creo que tiene que hacer algo más breve, si es que llegara a ocurrir una situación como esa -yo voy a votar Rechazo-, lo que corresponde es aprovechar el impulso, generar un liderazgo desde la Presidencia de la República, recoger todo lo que se ha hecho, recoger también el esfuerzo del Congreso y algo sine qua non realizar un plebiscito para la ciudadanía que diga sí o no a una propuesta”.

En conversación con T13.CL, en tanto, el diputado UDI Guillermo Ramírez -exsecretario general- manifiesta: “Hoy en Chile Vamos hay unanimidad respecto a que si gana el Rechazo, tenemos que presentar una nueva propuesta de texto constitucional. Lo que aún no hemos conversado es el mecanismo, si esa nueva propuesta va a venir de una Convención nuevamente elegida, de una comisión de expertos o si lo va hacer el Congreso. Esas conversaciones las estamos empezando a tener ahora, y yo creo que va haber más claridad de nuestra posición antes del 4 de septiembre. Como sea, tengo la impresión de que la propuesta que más vuelo está agarrando en consultarle a los chilenos, es habilitar al Presidente Boric para que pueda convocar a un plebiscito y que sean los chilenos los que definan si es que quieren que el nuevo texto lo haga un comité de expertos, una nueva Convención o si quieren que ese nuevo trabajo lo haga el Congreso”.

Desde el Partido Republicano, no obstante, se han mostrado reacios a ser parte de un acuerdo en torno a “habilitar” el Rechazo -incluso dudan de aprobar los 4/7-, pese a que Chile Vamos y la colectividad de José Antonio Kast escribieron un comando conjunto para la franja televisiva. “El 4 de septiembre le van a preguntar a usted si aprueba o rechaza el texto de la Convención, no el texto que a usted le gustaría aprobar, no el texto del Rechazo para reformar. Lo que venga después es algo que tendremos que conversar con todas las fuerzas democráticas una vez ocurrido el plebiscito. Pero ahora me parece impropio”, sostiene en T13.CL el diputado republicano Agustín Romero.

Lo que comentan en la centroderecha, en tanto, es que definir un mecanismo desde ya, sin plebiscito, provocaría que el universo de votantes del Rechazo se acote, un objetivo contrario a lo que buscan por estos días: que sea amplio y transversal.

Por eso, recalcan, lo central es “mantener este ímpetu” y no confundir al electorado -“la gente tiene que entender que hay que votar Rechazo”, dicen- y, por sobre todo, intentar derribar la barrera de su falta de credibilidad.

Revisa aquí el debate entre exconvencionales Cristián Monckeberg y Jaime Bassa