El canciller Heraldo Muñoz ya está instalado en La Haya para hacer entrega, probablemente este miércoles, de la contramemoria chilena ante la Corte Internacional de Justicia. La demanda que presentó Bolivia ante el tribunal internacional, en la que pide establecer la obligación a negociar una salida soberana al mar, cumplirá 39 meses desde que fue presentada, en abril de 2013.
De seguir los cursos habituales de un juicio ante dicha corte, según los cálculos de la Cancillería, el litigio podría extenderse por al menos otros 40 meses más, completando así 79 meses. Vale decir, casi siete años, por lo que concluiría a fines del año 2019, con un nuevo Gobierno chileno en funciones.
El litigio con Perú, por ejemplo,se extendió por seis años, desde enero de 2008, cuando Lima presentó su demanda por delimitación marítima, hasta el 27 de enero de 2014, cuando el tribunal dio a conocer su fallo, en el que redujo la extensión del paralelo como límite marítimo hasta las 80 millas náuticas.
La extensión del juicio con Bolivia, en cambio, según relatan quienes conocen el caso, sería más extenso que el de Perú debido al recurso que presentó Chile en 2014, impugnando la competencia del tribunal. Esto "congeló" el trámite de la demanda paceña y abrió un "juicio paralelo" en que La Haya debió resolver exclusivamente la presentación de Santiago.
A juicio de la Cancillería chilena, la extensión del litigio en la corte internacional podría convertirse en un elemento importante de debate interno en La Paz, pues en 2019 se realizarán comicios presidenciales. Y aunque un referéndum realizado en febrero pasado le impide repostular ese año, en Santiago creen que el mandatario podría reabrir el debate para modificar dicha norma, incorporando el litigio en La Haya como uno de los elementos sobre la mesa.
La contramemoria chilena que será entregada en las próximas horas pondrá fin a la primera fase de la parte escrita del litigio, que luego continuará con la réplica boliviana y la dúplica de nuestro país. A continuación, la Corte fijará las fechas para los alegatos orales del juicio, y finalmente entra en etapa de deliberación para el fallo.
El documento chileno contempla una introducción, un capítulo histórico, otro con énfasis jurídico y uno especial en que se relata y muestra con hechos concretos evidencias para refutar las acusaciones formuladas por parte de Bolivia y desvirtuar la supuesta obligación a negociar a la que alude La Paz.