Guido Girardi (PPD) analiza la contingencia política, donde destaca el quiebre de la Nueva Mayoría con el PC y el conflicto por el reajuste al sector público. También detalla el rol que jugará Ricardo Lagos como líder de la colectividad.
El senador, además, analiza someramente la elección de Donald Trump en las elecciones de EE.UU., el que a su juicio “constituye una crítica a una élite, o al establishment, a instituciones, a intelectuales, a científicos y a medios de comunicación que no fueron capaces de leer las señales del cambio y que más bien se quedaron anclados en la vieja civilización, marcada por el pensamiento cartesiano, vertical, jerarquizado”.
Para Girardi se trata de un escenario mundial, y Chile no escapa de aquello. Es más, se anima a realizar un paralelo entre lo ocurrido en Estados Unidos y el candidato presidencial Ricardo Lagos. “En las primarias, el Partido Demócrata perdió la oportunidad de tener un líder como Bernie Sanders, que sí estaba conectado con la nueva sociedad. Y Lagos debe resolver si quiere ser Hillary o Sanders. Lagos debe ser Sanders”, señala.
En entrevista con El Mercurio agrega que el ex Mandatario “debe tomar la decisión de ser el líder del mundo que se va o del mundo que viene”.
En este sentido, comenta el buen posicionamiento actual con el que cuenta Alejandro Guillier. “Entre más diversidad de actores tengamos en competencia, mayor es la riqueza del sistema, pero no tengo ninguna duda de que Guillier representa también el castigo a una cierta sociedad progresista que siente que su élite no fue capaz de dar respuestas adecuadas a sus expectativas”, dice.
El parlamentario comentó los desafíos que deberá enfrentar cada uno. Sobre Guillier advierte que tiene que “demostrar que tiene capacidad de gobernar en la complejidad del siglo XXI”. Mientras que respecto a Lagos, “inspira a mucha gente una cierta certeza y garantía de gobernabilidad, pero su desafío es recuperar la confianza de su mundo”, sostiene.
Sobre el candidato presidencial, que se ha quedado estancando en las encuestas, Girardi cree que “Lo importante para Ricardo Lagos es recuperar la confianza de su mundo cultural. Por eso, me parecer interesante lo que ha dicho en materia de jugarse por el aborto terapéutico, de recuperar una parte del discurso del mundo progresista, de no más AFP”.
Respecto a los acuerdos que debe haber entre el ex Presidente y la colectividad, el senador cree que “el que tiene que tomar decisiones más que el PPD es Lagos. Queremos que él represente un proyecto progresista que es parte del proyecto del PPD”.
Otro de los temas que se abordó en la agenda política de la semana es la ofensiva que los presidentes de la Nueva Mayoría tuvo contra el PC luego que la colectividad rechazara el veto con que el gobierno buscaba reponer el reajuste de un 3,2% para el sector público.
“Lamentablemente, en política también hay una dimensión de oportunismo, y cuando perdemos la capacidad de ofrecer un proyecto país, de liderazgo claro, y dado que al Gobierno no le va bien, bueno. En política se está con el campeón hasta que pierde, y surge la tentación de abandonar el barco”, analiza.
Girardi argumenta que “yo puedo ser crítico de lo que sucede en el Gobierno, pero es mi responsabilidad no abandonar el barco”.
En esta línea agrega que “estamos todos en el mismo barco y si al barco le entra agua, seguro nos va a afectar a todos. Por lo tanto, todos los esfuerzos que cualquiera de los partidos haga, ya sea la DC para auto congelarse, marcar una diferencia, o eventualmente el PC, o el PS, o el PPD, son esfuerzos estériles, porque para el país hay una sola coalición y nos va a pasar la cuenta a todos”.
Sobre los insultos que la presidenta de la CUT emitió contra el Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en pleno congreso, señala que “Bárbara Figueroa y los sindicatos pertenecen más a la tradición que a la novedad, al igual que los partidos”. Además, advierte que “la CUT tiene tanto anacronismo en relación a los trabajadores como los partidos en relación a la ciudadanía”
Sobre Figueroa, dice tener respeto, pero a su juicio “cometió una equivocación de fondo, en cómo abordar los problemas del país”.
Por último, en referencia a un posible cambio de gabinete, concluye que “puede pasar por un cambio de personas, pero es sistémico. No tiene sentido cambiar las personas si no se cambia la manera de hacer las cosas y de vincularse con el mundo social”.