Por Cristina González
Dos semanas después del histórico plebiscito de 1988 donde el No se impuso al Si, Augusto Pinochet nombró como ministro del Interior a Carlos Cáceres. Se trataba de un viejo conocido. En 1982, el ingeniero comercial había sido designado como presidente del Banco Central, y luego había llegado al gabinete como ministro de Hacienda, cargo que ocupó hasta 1984.
A poco de llegar a Interior, Cáceres -hoy presidente emérito del Instituto Libertad y Desarrollo- conversó con Pinochet sobre la necesidad de introducir reformas a la Constitución de 1980 y planteó la idea de avanzar en conversaciones con la oposición de aquel entonces. Justamente detalles inéditos de esas tratativas revela en conversación con T13, en un reportaje que será emitido este jueves que aborda el proceso que derivó en el plebiscito de constitucional de 1989 que posibilitó una serie de modificaciones a la Carta Magna.
“Lamentablemente en la constitución aprobada en 1980 habían ciertos errores”, señala Cáceres para explicar la necesidad de introducir dichos cambios. El exministro asegura que para avanzar en las negociaciones, Pinochet sólo le planteó dos condiciones: "que fuera un perfeccionamiento constitucional y que se lograra un consenso ciudadano".
Cáceres reconoce que el proceso no estuvo excento de dificultades. Uno de los más complejos ocurrió en abril de 1989, en medio de las negociaciones con la oposición. Una tarde, Pinochet derechamente le planteó reservas por el devenir de las tratativas. Quedaron de hablar nuevamente al día siguiente.
“Al día siguiente, me llama nuevamente (a su oficina), tipo 10:30 de la mañana, y me pidió la renuncia al cargo de ministro del Interior. Le dije , por supuesto Presidente, tiene toda la libertad para pedirme la renuncia y evidentemente se la entrego inmediatamente, y me dijo no, deme cinco o seis días, para pensar los cambios que voy a hacer y ahí anuncio todo”, rememora Cáceres.
Ese mismo día, Pinochet informaría de la decisión adoptada durante un consejo de gabinete. Luego, sin embargo, cambiaría de opinión. "Al dia siguiente me dijo que quería que siguiera en el cargo de ministro", relata Cáceres, quien en las semanas siguientes selló un acuerdo con la oposición que derivó en el plebiscito del 30 de julio de ese año.
La Constitución y la violencia
En la entrevista con T13, Cáceres también aborda el plebiscito que se llevará a cabo este domingo. Su juicio es lapidario con el actuar del gobierno.
“Lamento enormemente la decisión del Presidente Piñera de entregar la Constitución. Aquí se habla de una capitulación del poder del Presidente pero también del Congreso”, sostuvo Cáceres, quien cree que el dejar en manos de una eventual convención constitucional el destino de la nueva Carta magna es "una cosa totalmente inédita en la historia de Chile”.
“Siento pena por haber hecho entrega de un activo que había sido extremadamente valioso y, aun mas, fue entregado por una razón de violencia. Se le dio estatura a la violencia como un poder para generar un cambio político”, sentencia el exministro del Interior.