Trasfondo: Boric baja su línea de defensa frente a Jackson
Qué observar. En Puente Alto, mientras presentaba el nuevo trazado de la Línea 9 del Metro, el Presidente abordó la acusación constitucional que anunció el día anterior el Partido Republicano en contra de Jackson, a la que se sumó Chile Vamos, y que tiene en la cuerda floja al ministro (de prosperar el libelo no puede acceder en 5 años a cargos públicos).
El frente de ataque. En los poco más de 5 minutos que habló sobre el tema, Boric nombró solo una vez al secretario de Estado, al constatar que los partidos de derecha habían decidido acusarlo, pero no se refirió al fondo de las críticas a su otrora factótum en la campaña presidencial ni a la dureza con que los republicanos lo han tratado, al tildarlo como “el rostro de la corrupción en Chile”.
- En el oficialismo señalan, en primer lugar, que la omisión de Boric fue un acto deliberado. Y, en segundo término, que el centro de su defensa pasaba por instalar que el leit motiv de la derecha no es la transparencia ni la lucha contra la corrupción ni tampoco la gestión de un ministro, sino el obstruir la agenda de reformas del gobierno.
- “Las acusaciones constitucionales tienen que tener sustento jurídico y no ir inventándose sobre la marcha. En este caso creo que sería más transparente decir que hay ciertos sectores de la política chilena que van a hacer todo lo posible por entrabar y evitar que el gobierno saque adelante sus reformas. ¡Que lo digan públicamente!”, afirmó.
- El no enfocar su discurso en un apoyo cerrado al ministro tiene un correlato político. En La Moneda están conscientes de que un flanco de críticas de la oposición pasa por la cercanía de Boric con Jackson, por lo que salir a apoyar directamente al ministro suponía pagar más costos que desplegar frentes de ataque.
- Más aún, la acusación a Jackson surge en momentos en que la ministra Tohá había dado señales públicas de que, de cesar la presión de la derecha por su remoción, el ministro podía salir del gabinete. El tono de La Moneda había cambiado desde el respaldo cerrado que le dio Boric en junio, cuando descartó un cambio de gabinete.
- La lógica, aparentemente, tenía relación con un ejercicio de realismo político. Para entonces, su presencia en el equipo de Boric estaba haciendo cada vez más esquivo el control de la agenda: el 89% quiere que salga del gobierno, de acuerdo a una reciente encuesta Panel Ciudadano UDD, y la mayoría lo asocia al escándalo del caso Convenios, según Cadem.
- Demás está decir que, para cualquier gobierno, cifras de ese calado no son indiferentes a la hora de bajar una línea de defensa de un Presidente.
Lo que dijo (y lo que no dijo). “Primero, las acusaciones constitucionales son parte legítima de las atribuciones que tiene el Parlamento”, partió diciendo Boric, lo que para algunos fue interpretado como una forma de hacerse cargo del activo rol fiscalizador que desplegó él y el Frente Amplio bajo la administración del ex Presidente Piñera, que terminó en dos acusaciones para destituirlo y otras a algunos de sus ministros, como Raúl Figueroa, por instruir el retorno a clases de los estudiantes en el segundo año de la pandemia.
“Los sinvergüenzas dentro del gobierno también han aparecido”. Boric volvió al discurso del caiga quien caiga, sin citar la frase, pero adelantándose a un escenario difícil para cualquier administración. “Toda autoridad que sea citada no va a ir solamente a declarar, sino que va a colaborar activamente”, señaló, sin mencionar a los ministros Jackson, Carlos Montes y a la directora de Presupuestos Javiera Martínez, que han aparecido como los primeras autoridades que serían citadas a declarar por la Fiscalía.
- “Al final los que sufren con estas peleas o con estos sinvergüenzas, con los sinvergüenzas que dentro de nuestro gobierno también han aparecido, son las personas y eso no lo vamos a tolerar”, añadió.
“Un solo estándar”. El golpe a la línea de flotación que representó el caso Democracia Viva para RD -y la generación del FA que llegó al poder- probablemente se sitúe en el estándar que habían fijado respecto al modus operandi de las generaciones anteriores, una línea que permeó la campaña y les permitió ir escalando posiciones hasta llegar al poder y barrer temporalmente con la ex Concertación.
- Boric se hizo cargo de ese debate. “Cuando han tenido que salir autoridades producto de esto han salido autoridades y si eventualmente en el futuro tiene que ser así va a seguir siendo así. Que no les quepa ninguna duda. Porque acá nosotros no vamos a defender lo que ayer criticamos, hay que tener en estas cosas un solo estándar”.
Telón de fondo. Jackson ha sido desde hace meses el ministro peor evaluado en las encuestas y, antes del robo en su ministerio, ya se había convertido en el principal flanco de la oposición (que a su vez está en una carrera por blindar el electorado tradicional de derecha, tras el salto electoral de los republicanos el 7M).
- Factótum de Boric en la campaña e ícono del FA, la oposición, en el plano político, piensa que la salida de Jackson es el costo que debe pagar La Moneda por el escándalo de Democracia Viva.
- En altas fuentes oficialistas señalan que es el Presidente quien ha sostenido por semanas a Jackson y que en esa decisión inciden a varios factores, algunos entremezclados entre sí.
- Para algunos, golpear a Jackson es equivalente a golpear a Boric y su generación, la que en 2011 lideró las movilizaciones estudiantiles, crearon el Frente Amplio y llegaron a La Moneda. Vale decir, sacar al titular de Desarrollo Social, pese a que ha perdido buena parte del inmenso poder con que llegó a La Moneda, representa un misil de gran calado.
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- El problema es que el ministro también ha sido duramente cuestionado por parte del oficialismo, una fisura que seguramente aprovecharon los republicanos para adelantarse con la acusación.
- La semana pasada se votó un proyecto de resolución en que se solicitó pedirle al Presidente Boric que considerar la opción de pedirle la renuncia a Jackson, lo que fue aprobado en la sala con descuelgues en el PPD. Ese factor, unido a las señales que ha dado el PDG y la CDU, están dejando al ministro muy debilitado de cara a la votación del libelo en la Cámara.
- En la centroizquierda piensan que la estrategia de la UDI de mantener tensionada la agenda con solicitudes de renuncia al ministro Jackson -como el congelar el diálogo en la reforma previsional- les ha dado resultados políticos efectivos. Y que la ofensiva de la derecha terminó afirmando a Jackson en el gabinete, un tema en el que no todos están de acuerdo, más allá de que piensen o no que los cuestionamientos son justificados (y que los tiempos del libelo correrán en paralelo a la conmemoración de los 50 años del Golpe, pudiendo incluso darse la posibilidad de que se vote cerca del 11 de septiembre).
- De ahí que ya han aparecido algunos parlamentarios, como el diputado PS Marcos Ilabaca, que han señalado públicamente que es mejor que Jackson de ahora un paso al costado, pese a valorar su gestión.