-El presidente Boric anunció 1.500 millones de dólares extras para el presupuesto de seguridad. Y también el plan de Calle Segura. ¿Son soluciones efectivas?
-A ver, los 1.500 millones de dólares obviamente que ayudan, van en la dirección correcta, siempre que se gasten bien y pronto. Es decir, mirar cuáles son los cuellos de botella más graves que tenemos hoy día. Y a mi juicio, por ejemplo, uno de los principales temas es cuidar nuestras fronteras. El tipo de persona que está entrando ahora último es muy distinto al que ingresaba cinco años atrás. Antes los migrantes venían a trabajar y hoy día vienen a delinquir.
-¿Y el Plan de Calle Segura?
-Es una medida bastante básica. Si uno cuida más algunos sectores, esos delincuentes van a ir a otros barrios. Pero además, nos van a quitar carabineros para ponerlos en aquellas comunas que estén declaradas inseguras. Por lo tanto, se nos van a venir más delincuentes y vamos a tener menos carabineros.
-¿Les han quitado carabineros a Providencia?
-Todo el tiempo. Para que tengas un contexto, antes de octubre del 2019 teníamos 396 carabineros, ahora tenemos 200. Van bajando. Y peor aún: nos piden que controlemos el comercio ilegal. Pero nuestros fiscalizadores no tienen ni siquiera la facultad de requisar las cosas que están vendiendo. Necesitamos carabineros para hacer eso, pero ya no dan más. Es tanto el estrés en Carabineros, que cada vez hay más uniformados con licencia médica, porque no aguantan.
-¿Hay un problema de salud mental?
-Obvio. Lo que debiera hacer el gobierno es nombrar a una persona dedicada única y exclusivamente a coordinar un plan anti delincuencia.
-¿Hablas de una especie de zar contra el crimen organizado?
-Generalmente se les llama así, un zar anti delincuencia. O antinarcóticos. Llámalo como quieras, coordinador, etcétera, el nombre no es lo importante, sino que sea una persona con mucho ascendiente político porque va a tener que relacionarse con el Ministerio de Justicia para cambiar el régimen carcelario. Va a tener que coordinarse con el ministro de Hacienda, con las Fuerzas Armadas y con el Ministro de Defensa.
Lo que tiene que hacer esa persona es diseñar una estrategia que cubra todos los puntos débiles que tenemos. Por ejemplo, perseguir a todas las personas que tienen orden de detención pendiente, cómo los van a ubicar y cómo los van a traer ante la justicia; y cómo van a controlar también que se cumpla el arresto domiciliario total, que hoy día es una broma porque nadie los cumple.
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-En el tema carcelario, ¿qué cambio habría que hacer?
-Los jefes de las mafias siguen mandando y operando desde la cárcel. Y aterrorizan al resto de los reos. Por lo tanto, hay perseguir a los jefes de la mafia, que uno sabe perfectamente quiénes son y que se vayan a la cárcel de alta seguridad que se inauguró hace poco. Pero sobre todo, que además cumplan sus penas en celdas individuales. Que es lo que aplicó Italia para luchar contra la mafia.
-¿Ves como un modelo a Bukele o te parece al borde de la ley?
-No, yo creo que lo que hay que mirar es lo que hizo España en la lucha contra la ETA, lo que hizo Italia en la lucha contra la mafia, lo que hizo Medellín con su alcalde Fajardo. Esos son los modelos que yo creo que hay que imitar.
-Según las encuestas, la principal preocupación de la gente es la inseguridad, que asocian a migrantes irregulares y con mayor violencia que antes.
-La migración es un tema súper, súper grave. Nosotros no podemos aceptar como país este grado de inmigración absolutamente descontrolado en que nadie sabe quién es el que está entrando, nadie sabe si tiene antecedentes penales. El tema de la migración descontrolada es un factor que no podemos seguir tolerando.
-¿Planteas que las FFAA vigilen las fronteras?
-Son las que van a tener que resguardar nuestras fronteras. Carabineros no puede, la PDI no puede. No tienen suficiente gente. Así que claramente esta debiera ser una labor permanente de las Fuerzas Armadas, no solamente con estas leyes de resguardo de infraestructura crítica.
-¿El comercio ambulante es una fuente de crimen organizado?
-Claramente. Las cosas que se venden son falsificadas, robadas. Y cuando se instalan en alguna calle, como hacen más lento el caminar de los transeúntes, van creando las condiciones para que se produzca el hurto. Cuando hemos logrado despejar una calle, nos bajan rápidamente en un 30% o en un 40% los delitos en esa calle.
-Cuando uno va a Santiago, el centro está repleto de comercio Ambulante, ¿hay una estrategia distinta en Providencia?
-Recordemos que en el año 2017, cuando empezamos con la lucha contra el comercio ilegal, a mí me acusaron de violación de derechos humanos. Los mismos que hoy son ministros.
-Han llegado una serie de delitos nuevos, como los motochorros, el sicariato, los secuestros, la extorsión. ¿Cómo funcionan en Providencia, cuánta gente está involucrada?
-El grupo de motochorros que nosotros descubrimos lo llamamos El Enjambre. Son 52 personas que actúan en forma coordinada. Son prácticamente todos venezolanos. Todo además de una misma provincia, de Zulia, muchos de ellos emparentados, vinieron con el único ánimo de delinquir. Andan de a tres motochorros y un par de autos, y le obedecen a una cabeza al que le llaman Ojo de Dios. Así que se las saben por libro.
-¿Y cuál es tu propuesta frente a este problema?
-La idea es que cualquier extranjero que delinca cumpla primero la pena en la cárcel, pero apenas tenga la posibilidad de salir libre, se le deporta a su propio país. Con prohibición de ingresar a Chile durante un período de cinco o diez años.
-También planteas que hay que expulsar a los migrantes irregulares. ¿De qué manera?
-Deportarlos mediante ley. Así se hacía durante el gobierno anterior. Y cuando ahora dicen que no es posible porque Venezuela no los acepta. Eso es mentira. Falta gestión. Se requiere ponerse de acuerdo y conversar con la Embajada de Venezuela, con el Consulado de Venezuela. Tenemos que ser mucho más activos. Nosotros no podemos estar repletos de delincuentes de otros países. Nuestras cárceles ya están llenas, y no podemos seguir recibiendo ni tolerando delincuentes extranjeros.