Crítica a la “cancelación”. El primero en intervenir este martes —y abrir el fuego en el salón de honor de la Universidad de Chile, donde estuvo el Presidente Gabriel Boric entre los invitados— fue el rector de la Universidad Diego Portales Carlos Peña, quien destacó el tono descriptivo de “La experiencia política de la Unidad Popular” del expresidente Patricio Aylwin, editado por Debate, a partir de lo cual reflexionó sobre lo que calificó como un ambiente de intolerancia a 50 años del golpe de 1973.
- “En la historia no sólo importan las intenciones, también importan las circunstancias y en los momentos trágicos de la historia, más que las intenciones de los seres de carne y hueso que, en medio de ella, desenvuelven su vida, importan a veces más las circunstancias que, como digo, a veces como grandes vendavales mueven a los actores para allá y para acá. Este es el tono del libro que hoy día tenemos entre manos y este es el valor, creo yo, que agrega al debate público en Chile”.
- “Un debate hoy día infectado por ánimos moralizantes, que quiere cancelar cualquier intento comprensivo de lo que ocurrió en esos años y me parece a mí que es un deber cívico recuperar un esfuerzo de comprensión histórica de ese período, sin que ello signifique por supuesto cancelar la condena moral que merecen tanto el golpe como aquello que le sigue”.
Consensos sobre lo esencial. La expresidenta Michelle Bachelet acusó recibo y respondió que en el debate había que tener acuerdos esenciales en torno a la defensa de la democracia.
- “Quiero contarles que yo entendí que era el lanzamiento de las memorias del Presidente Aylwin y dije que sí. Cuando vi que era de la Unidad Popular, me compliqué un poquitito. Y leyéndolo, aún más, pero vamos a conversar lo que yo creo que es clave, además (fue) una excelente presentación del rector Carlos Peña”.
- “(Esta es) una historia que yo espero miremos cada día con mayores consensos sobre lo esencial. Sobre aquello que permite apuntar juntos a un futuro común y que es la democracia y la protección irrestricta a los derechos humanos. Y digo esto porque con preocupación veo discusiones en el ámbito público donde se cuestionan cuestiones que a nuestro juicio no son cuestionables, que son hechos claramente definidos”.
- “La democracia es el único modo de convivencia que es autoexigente y por ello se somete a un perfeccionamiento permanente. Por eso es que es tan importante que cualquier mirada a nuestra memoria parta de una premisa fundamental: que hay hechos incuestionables, documentados, que no pueden ser negados, y hay visiones, interpretaciones, que se acercan a los hechos desde las experiencias y lugares que ocupamos unos y otros”.
- También afirmó que en el PS hubo autocríticas. “En marzo del 74, el famoso documento de marzo, que releí hace poco, hicimos un análisis bastante crudo de lo que había pasado, donde se hacen autocríticas (…) Todos y todas debemos estar siempre abiertos a examinar los hechos y lo que podría haberse hecho mejor, porque en eso consiste la política, en procesar nuestras diferencias de manera pacífica y respetando las libertades y visiones de unos y otros”.
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Las armas en manos de civiles. La exmandataria abordó también, en tono crítico, la mención a los civiles con armas en la Unidad Popular.
- “Cuando uno lee ve una mirada como que era un país en que en la Unidad Popular estaban todos con armas, y la verdad es que yo no tuve nunca un arma”.
- “Estuve pintando con la brigada Elmo Catalán (del PS) y no era un grupo armado. A lo mejor había algún tipo con un linchaco (…), pero lo que quiero decir es que mi mirada y mi experiencia vital es otra desde el punto de vista del clima de lo que se vivía”.
Peña y el milenarismo. En la ronda de preguntas del moderador Iván Valenzuela, Peña calificó de estrecho acotar el debate al tema de las armas.
- “Si uno atiende, por decirlo así, a una correlación de fuerzas físicas, y se pregunta, bueno, cuántas armas tenían las Fuerzas Armadas, por una parte, y cuántas aquellos que apoyaban a la Unidad Popular, por la otra, por supuesto (que) la diferencia es inconmensurable, es una asimetría abismal, sobre eso no cabe ninguna duda y negarlo es estúpido y sería ridículo, pero a mí me parece que esa es una manera estrecha de ver el problema, porque en realidad el conflicto que se produce durante el gobierno de la Unidad Popular es un conflicto mucho más complejo”.
- “Una buena parte de los actores (políticos), son actores enfervorizados, emborrachados con una idea milenarista, utópica, de cambio social”.
- “Cuando usted es milenarista, cuando usted cree que la historia está de su lado y que la labor del político es acelerar el curso de la historia, cuyo guion está sin embargo prefijado, cuando usted cree eso, bueno, no hay ningún precio demasiado alto a pagar para lograrlo”.
- “Mirar el período 1970-1973 como un escenario víctimas sojuzgadas por sujetos crueles, puede ser seductor, pero es falso”.
La invitación a Peña a intentar gobernar. “Cuando yo hablaba de mi experiencia personal no era tratando de hacer una cosa moral, sino que hablar justamente de que las personas vivían realidades diferentes, y eso también es parte de lo que uno tiene que en la política pensar. Por qué frente a un hecho equis hay interpretaciones tan distintas y vivencias tan distintas y cada lado está convencido de que tiene la razón”, dijo Bachelet.
- Segundos antes había acotado: “Uno puede ser un demócrata y un revolucionario, en el sentido de que uno quiera transformar las cosas que cree que son inaceptables, que crea que hay condiciones, pero que entienda también si existen las condiciones de la realidad. Si existen las condiciones políticas y sociales en las mayorías, que también se necesitan para poder avanzar. La política es obvio que es más compleja”.
- Más tarde dijo: “Lo que pasa es que yo escuchaba al rector y pensaba: usted debería ser presidente alguna vez para darse cuenta cómo es la cuestión. Cómo es la cuestión en realidad. Y no es que no comparta su análisis, pero es mucho más complicado”, dijo, generando carcajadas entre los presentes.
La invitación del rector. “A mí me parece que debiéramos servirnos de este espléndido libro del expresidente Aylwin, y del ejemplo particularmente del presidente, para animar y alimentar la reflexión a 50 años del Golpe”, acotó Peña.