Entre los años 2012 y 2013, el empresario y dueño de la empresa Graneles de Chile, Gonzalo Vial Concha, pagó casi $1.200 millones de pesos a Caval por servicios que según él mismo indica, eran copiados de internet.
La querella por estafa, presentada por Vial está dirigida a "quienes resulten responsables". sin individualizar a personas y da cuenta de algunos detalles de la relación de negocio que este mantenía con la empresa de Natalia Compagnon.
En el texto, al cual tuvo acceso T13, se nombra sólo una vez a la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet.
El vínculo con Compagnon
La acción judicial no está directamente dirigida hacia Natalia Compagnon, pero en la descripción de los hechos la nuera de Bachelet es nombrada. Vial Concha plantea que fue ella quien se contactó con él.
Compagnon le habría ofrecido telefónicamente su asesoría en temas de gestión inmobiliaria derivando en una serie de reuniones.
"De acuerdo a como me fue presentada, (Caval) estaba contituida por un equipo multidisciplinario de profesionales de primer nivel", detalla el empresario.
Sin el socio Mauricio Valero
Según consigna Vial Concha en su querella, a las reuniones comenzó a ir Mauricio Valero, el socio de Compagnon.
Sobre él, el dueño de Graneles de Chile dice que "comenzó a ofrecerme realizar gestiones y trámites de dudosa legitimidad ante diversos servicios públicos, tales como el SII".
Ante esto, dice Vial Concha, la relación comercial quedó "estrictamente circunscrita a la sra. Compagnon y mi persona".
El primer contrato
Con fecha 1 de febrero de 2012, se celebró el primer contrato entre las partes. Este involucraba tres pagos de $54 millones (totalizando $162 millones) a cambio de una serie de servicios.
Entre los ofrecimientos de Caval estaba la presentación de pertenencias mineras, el desarrollo de nuevos negocios y la acesoría en concesión portuaria. Quedaban fuera del trato los levantamientos georeferenciales y estudios técnicos.
Por fuera del acuerdo, se realizaron ocho informes técnicos por los cuales Inversiones Graneles Ltda., de Vial Concha, pagó un total de $1.000 millones.
Mientras se desarrollaba el negocio, dice Vial, a Compagnon le "confié información muy sensible relativa a la empresa".
Asesoría en seguridad
De esta manera Caval comenzó a hacer asesorías en seguridad respecto a la deteccción de fraudes al interior de la empresa de Vial. "Se me entregaban carpetas con supuestos correos entre gerentes y ejecutivos relacionados con mis empresas", señala el empresario.
El fin del vínculo y el nuevo llamado de Compagnon
Debido a dificultades económicas y el alto costo de la asesoría, en marzo de 2013 pone fin a su vínculo con Caval.
A principios de 2014, en tanto, dice que recibió un llamado de Compagnon presentándole a Victorino Arrepol.
En una reunión con el experto informático, este le confidencioó que "en Caval se había manipulado la información que me entregaban sacando y/o poniendo información con el objeto de obtener más dinero de mi empresa".
Una vez que se conoció el caso Caval, dice Vial, cortó toda relación tanto con la empresa como con Arrepol, "con quienes no he vuelto a tener contacto".
El fraude
Debido a la desconfianza que le generó el caso Caval, el empresario comenzó a indagar en los servicios que le había prestado la compañía de Compagnon y Valero y estableció que entre antecedentes que se le entregaron están:
- Documentos originales obtenidos mediante espionaje que él desconocía.
- Información falsa, que "me hacía pensar que los ejecutivos de mi empresa la estaban defraudando de la manera que allí se indicaba".
"Como consecuencia de estos engaños, estuve dispuesto a pagar altísimos precios por productos e informes varios, en gran medida, por el gran valor que le atribuía a estos informes, los que además debían mantenerse en reserva hasta no tener las necesarias certezas", plantea el querellante.
Los informes mineros
En la querella Vial Concha dice que entre los ocho informes mineros presentados por Caval, su empresa desembolsó la suma de $1.000 millones.
Sin embargo, "un análisis de los mismos lleva a concluir que estos no son más que copias —a los que no se les cambió un coma— obtenidas de trabajos publicados en la internet por terceros ajenos a Caval, varios de ellos, incluso, protegidos por el derecho de propiedad intelectual".
Entre los informes, se encuentran algunos publicados en portales como Cochilco o Expomin.