Mal ambiente. Pesimismo. Eso es lo que repiten en Chile Vamos en la previa a la acusación constitucional contra el ministro del Interior, Víctor Pérez. Se trata de la tercera ofensiva de este tipo de parte de la oposición a un secretario de Estado en ejercicio durante la segunda administración de Sebastián Piñera.
El libelo será revisado este martes en un complejo ambiente oficialista y en medio de fallidos llamados a la unidad.
Este lunes, los partidos de Chile Vamos llegaron hasta La Moneda para sostener encuentros con Pérez y con el ministro de la Segpres, Cristián Monckeberg. Allí se vieron dos temas cruciales: la acusación constitucional y la discusión de un segundo retiro anticipado del 10% de los fondos de AFP.
Pese a que Evópoli sostuvo una reunión primero a solas con Pérez -su directiva y la bancada de diputados-, tras la llegada de los dirigentes de RN y la UDI, los parlamentarios se fotografiaron todos juntos, incluidos los ministros.
Los intentos por la unidad, por ahora, son complejos: solo han pasado ocho días desde el plebiscito por una nueva Constitución y los resentimientos aún están latentes: el Rechazo resiente la falta de apoyo del gobierno durante la campaña, hay críticas cruzadas por el avance legislativo del nuevo 10%, entre otros.
La inminente aprobación de la acusación constitucional contra Pérez, dicen en el oficialismo, eso sí, pone en un escenario aún más duro a la UDI, pues perdería a su segundo ministro. Si bien Andrés Chadwick salió hace un año en medio del estallido social, al partido le costó reponerse de esa derrota política. Más aún en momentos en que el reemplazo del “coronel” UDI fue el del Evópoli Gonzalo Blumel.
En el partido el análisis es claro y ven algunos factores a analizar para la jornada de este martes: cuánto ayudó Monckeberg en el trabajo parlamentario para recabar los apoyos a Pérez; cuán “efectiva” fue la corrección de la defensa de Pérez en torno al razonamiento que daba la responsabilidad del orden público a Defensa; el elemento de cómo esa línea argumentativa errónea de primer momento afectó “el ánimo” de la oposición para salir a rechazar la acusación y, por último, el peso del factor de la “rebelión” de Evópoli.
En el primer punto acerca de la gestión de la Segpres en el partido ven atentos sobre todo el actuar que tome la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, en torno al rol del ministro Monckeberg. Algunas críticas del partido ya han venido saliendo, desde la semana pasada, cuando, en la comisión de Constitución de la Cámara, casi la totalidad de los diputados oficialistas votaron en contra del gobierno al aprobar el retiro del segundo 10%, porque, según alegaron, el Ejecutivo no propuso alternativas. Algunos adosaron esa responsabilidad a Monckeberg y otros al ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
En torno a la Defensa de Pérez -los primeros argumentos causaron molestia en La Moneda y un impasse con RN por la figura del ministro Mario Desbordes-, en la UDI están atentos a ver si eso será un factor que tome peso -sobre todo luego de que aparecieran dudas RN sobre los apoyos- y cómo eso caló en el ánimo opositor. Es decir: ante desunión oficialista, mayor rechazo opositor.
Acerca de Evópoli, internamente se cuestionó el “timing” de la ofensiva por el congelamiento de las relaciones con el gobierno a raíz del asesinato de un carabinero en La Araucanía. Tanto así que el partido tuvo que salir rápidamente a aclarar que los votos para Pérez sí estarían.
La propia Van Rysselberghe este lunes cuestionó la decisión de sus socios. “Felipe Kast, probablemente por vivir en Santiago y no en la región, no entiende a cabalidad”, dijo a radio Bío-Bío, lo que, dicen en Chile Vamos, es muestra de los tensos ánimos al interior de la coalición, cuestión que agrava un posible escenario de derrota como la aprobación de la acusación constitucional contra Pérez.
“Pelear hasta el final”
“Pudimos hablar con el ministro Pérez. Se mostró sereno, tranquilo, porque sabe que la acusación no tiene fundamento. Transmitió calma respecto al resultado que se puede dar mañana. Nosotros le dijimos que hay que dar la pelea hasta el final”, dice el diputado de RN Camilo Morán a este medio en relación a la reunión que sostuvieron en Palacio con el jefe de gabinete.
En la UDI, en tanto, afirman que el escenario más probable para este martes es que el ministro Pérez se defienda hasta el final. Si se aprueba la acusación, deberá ser suspendido de su cargo -en La Moneda ya definieron que el subsecretario Galli tomará su rol- y que se defenderá como corresponde en el Senado. En ningún caso renunciará, agregan.
Una de las razones es que, dicen, esa decisión no responde a su personalidad, dicen que no dejaría una “injusticia” en el camino; y, además, dicen, su carrera política ya ha sido desarrollada casi en su totalidad, puesto que estaba impedido de ser reelegido en el Senado. “No tiene mucho que perder si se defiende en el Senado”, sostiene una fuente oficialista.
Si la acusación llega a prosperar y pasa al Senado, dicen, es complejo que la oposición vote de manera distinta a sus diputados. Por ahora, en el gremialismo existe la sospecha de que la DC haya negociado con el Frente Amplio la presidencia de la Cámara -tras la censura a Diego Paulsen- a cambio de votos para la acusación. Cuestión que en la UDI consideran impresentable.
Los ánimos también prometen empeorar si es que los RN Miguel Mellado o Jorge Durán finalmente no apoyan al ministro del Interior. El primero amenazó con salir de la sala -así cambiarían los quórum- y el segundo ha dicho estar en reflexión. Por eso, dicen en el oficialismo, esta acusación si bien podrá tener una puesta en escena unitaria, afectará mucho al “espíritu” de Chile Vamos en momentos electorales clave.
“¿Cómo Piñera abordará el tema del orden público con sus electores?”, se preguntan ya en el oficialismo anteponiéndose a la salida forzosa del tercer ministro del Interior de la segunda administración Piñera.