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Política

Diputado Ilabaca (PS): "No hemos enfrentado con fuerza a liderazgos populistas por temor a la funa"

Diputado Ilabaca (PS): "No hemos enfrentado con fuerza a liderazgos populistas por temor a la funa"
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En entrevista con T13.cl, el jefe de la bancada socialista analiza el momento, “desordenado y complejo”, dice, que se vive en el Congreso con la falta de mayorías y la proliferación de “partidos veleta”. Asegura que las dos coaliciones oficialistas deben superar la desconfianza para poder llevar adelante las reformas. El parlamentario también reconoce que en el PS hay diferencias sobre cómo abrochar el acuerdo constitucional, que vive horas clave.

El jefe de los 13 diputados del Partido Socialista, Marcos Ilabaca, sabe que es un momento complejo: que las coaliciones oficialistas -Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad- aún no se ordenan, que hay desconfianzas en las que se deben trabajar; que en el Congreso no hay mayorías; que la amenaza del populismo está latente y que dentro de su partido hay complicaciones en torno a cómo abrochar el acuerdo constitucional. Lo reconoce, pero es enfático en que se requiere es más diálogo y una mirada de largo plazo.

“Yo estuve el periodo pasado y veo el de ahora y pienso que no me había tocado vivir un periodo tan desordenado y complejo. No solo por un tema de mayorías, porque nadie las tiene -ni derecha ni izquierda- sino porque han ingresado partidos con los que es difícil llegar a acuerdos. Hay sectores que funcionan en base a las encuestas, llegan a ser demagogos, es difícil llegar a acuerdos con personas que cambian de opinión según Twitter o Instagram”, señala el parlamentario, en entrevista con T13.cl, a la luz del panorama político en la Cámara de Diputadas y Diputados, donde no se ha podido replicar un pacto de gobernabilidad como sí ocurrió en el Senado.

—¿Es posible lograr este pacto a la luz de las censuras a las presidencias de las comisiones legislativas que está llevando adelante la oposición?

—Yo siempre he sido de la idea de arribar a un gran acuerdo administrativo al interior de la Cámara porque se necesita orden; eso, además, nos dará estabilidad y así podremos llevar adelante los cambios que Chile requiere. Tenemos tema urgentes que abordar como la certidumbre de la seguridad pública, necesitamos seguridad económica y generar derechos sociales para la ciudadanía como salud, educación, pensiones, son temas sobre los cuales se convive día a día. La actual mesa tambalea todo el tiempo, no me gustaría estar en los zapatos de Vlado (Mirosevic) o la Cata (Catalina Pérez), porque pisan huevos, no pueden tomar decisiones, se piensa en qué momento los censuran o cómo cambian esas mayorías tan febles. Bueno, y esta muestra de dientes que está haciendo la derecha censurando distintas comisiones, me parece un absurdo, ellos no ganan nada con esto, están tratando de desestabilizar y bueno nos obligan a llegar a acuerdos mucho más amplios. Si ellos hoy quisieran censurar a la mesa, tampoco tendrían los votos suficientes. Después de las censuras el ambiente está muy enrarecido, existe bronca, malestar, no está el horno para bollos para un acuerdo hoy... 

—¿Pero está en marcha un acuerdo por un pacto de gobernabilidad en la Cámara?

—Los jefes de bancada estamos conversando, pero estamos lejos de alcanzar un acuerdo en diciembre. 

—¿Qué lo traba?

—Muchas cosas, para algunos esta censura de comisiones no tendrían la relevancia suficiente para llegar a algún tipo de acuerdo; otros dicen que no tienen los votos para desestabilizar la mesa... Al interior del oficialismo no existe consenso y al interior de Chile Vamos tampoco. Hay algunas fuerzas que estamos disponibles para eso, sí, pero nosotros tenemos un límite: no deben existir vetos. Nosotros no podemos estar vetando a personas de la UDI así como ellos no deberían estar vetando gente del PC. El PC tiene el legítimo derecho de liderar cualquier proceso. Son una de las bancadas más grandes del Congreso, entonces, tienen derecho.

—Acaban de vivir un fracaso político en la elección del fiscal nacional, ¿faltó lealtad de su partido?

—El PS ha dado muestras suficientes de que somos parte del gobierno y que estamos conscientes de eso. Este miércoles se presentó un desorden que no habíamos visto en mucho tiempo y claramente no es solo responsabilidad del PS sino de otros senadores también de Apruebo Dignidad, dos o tres no cumplieron... Todos tenemos que hacer un mea culpa con lo que ocurrió en el Senado, no puede volver a pasar. 

—¿Qué faltó?

—Faltó diálogo, faltó conversar más, eso mermó, dos senadores socialistas se abstuvieron... allí se cometieron errores y espero que, sí, lo abordemos internamente en el PS, hay que escuchar las razones. Somos muy cercanos con el senador (Alfonso) De Urresti y creo que él ha ido haciendo esfuerzos para ir limando esas desconfianzas que existían. Cuando te digo que existen desconfianzas entre el Frente Amplio y el Socialismo Democrático es un tema profundo, afecta realmente...

—¿Cómo se recupera el orden? ¿Serán las sanciones la vía?

—No... más que funcionar con la zanahoria y el garrote, necesitamos más diálogo. La bancada del PS ha logrado avanzar mucho en eso, porque entendemos que el orden es fundamental. 

—¿Le preocupa que este desorden responda a la proliferación del populismo?

—Pareciera que hoy nuestro país funciona en base a la encuesta del día, y así se pierde la perspectiva, no se enfrentan los temas importantes que afectarán al largo plazo. Así surgen también liderazgos que se pasan a demagogia, hay actores, de todos los sectores políticos, que están teniendo discursos demagogos todos los días y ahí, lo reconozco, hemos sido timoratos, no los hemos hecho callar, y así van ganando adeptos. Entonces la amenaza es que en tres años más exista un liderazgo que sea un liderazgo tan atractivo, populista, que podamos terminar con un gobierno demagogo. 

—¿Por qué han sido timoratos?

—No hemos enfrentado con fuerza a liderazgos populistas por temor a la funa, al qué dirán, hemos sido cobardes, ahí es necesario enfrentar con fuerza el populismo y para eso se requiere la construcción de liderazgos potentes que digan también lo que a la gente le incomoda. 

—¿En dónde ve populismo en la Cámara?

—Lo veo en todos lados, lo veo en el PDG, en los republicanos, en algunos diputados humanistas. Escuchar hoy a algunos actores de la Cámara a lo mejor con posiciones ideológicas diferentes, pero con un contenido común y eso le hace daño a la institucionalidad. 

—Franco Parisi obtuvo casi un millón de votos...

—Un candidato que no pisó Chile y que orquesta su discurso en redes sociales con lo que la gente quiere oír es algo tremendo. ¿Cuándo se ha visto que un candidato que ni puede entrar al país incluso haya triunfado en algunas regiones del país? Cuando tú ves que se están abriendo grandes espacios para ese tipo de liderazgo, que pueden ser de derecha o de izquierda, se avizoran momentos complejos. Los que hacemos política tenemos que ser más responsables y mucho más fuerte en nuestras convicciones.

—¿Entonces no estaría por incluir al PDG en un acuerdo de gobernabilidad?

—El pacto de gobernabilidad debe ser suscrito por fuerzas políticas serias del Congreso. Yo considero que el PDG no es un partido serio, es un partido veleta que funciona en torno a encuestas, no es un partido que nos haga una propuesta de país. El PDG es vacío ideológicamente. Yo estoy por dejarlo fuera. No es un partido confiable.

—Ahora está a la vista un sexto retiro del 10%, ¿el populismo no llegó mucho antes que el PDG a la Cámara? Usted votó a favor...

—Cuando discutíamos los 10% y hasta el tercer retiro las condiciones del país eran bastante complejas y diferentes. Vivimos un proceso de pandemia atroz que tenía encerrados a todos los chilenos. Los retiros ayudaron en esos efectos, pero nunca voy a negar que fueron causantes de cierto nivel de inflación... Y yo en ese momento tenía el convencimiento de que era el mejor camino, que era necesario, la ciudadanía lo necesitaba. ¿Que si lo abrimos excesivamente? Sí, se lo entregamos a sectores que no tuvieron que haber recibido ese tipo de ayuda, pero sí fue una herramienta que ayudó a chilenos a vivir ese inédito momento de dureza. Pero cuando se genera la discusión del cuarto o quinto retiro... el país ya había cambiado. Y cuando ambos se rechazaron la ciudadanía estaba muy decepcionada, entonces, cuando hay actores que generan falsas expectativas frente a un sexto retiro es súper peligroso; se juega con los sueños de las personas sabiendo que no estarán los votos ni en la Cámara ni en el Senado. Eso es demagogia pura. 

—Bueno, pero cómo se frenará, porque los economistas dicen que 2023 será un año tremendo en términos económicos... y además en abril sería una elección de convencionales...

—No sé qué pasará en abril, pero hoy no corresponde jugar con las expectativas de las personas. 

—¿No deberían existir más retiros?

—No cerraría esa puerta, porque en algún momento podemos tener situaciones excepcionalísimas. Por ejemplo está el debate del autopréstamo. Tenemos que tener a la vista los efectos económicos, y estar conscientes que solo el hecho de hablar del sexto retiro ya se provocan efectos nocivos en la economía: las bajas en las tasas de utilidad de los fondos, cada vez que se abría el proceso de discusión, bajaban, teníamos pérdidas. Hay que observar que los momentos políticos y económicos necesitan más certidumbre.

Acuerdo constitucional: “En el PS estamos abiertos a examinar algún tipo de órgano distinto al 100% electo”

¿Son días clave para lograr un acuerdo constitucional?

—Los plazos se están agotando y dentro del mes de diciembre se requiere llegar adelante con un acuerdo constitucional. No podemos seguir dilatando este tema porque eso significa incertidumbre permanente. Mantener la actual Constitución significa incertidumbre porque no podemos cerrar ciclos ni enfrentar nuevos desafíos. 

—¿Es posible este viernes?

—No sé si esta semana, pero sí espero que durante los últimos días del mes de diciembre tengamos avanzado el proyecto. Lo hemos conversado al interior del PS, todos los parlamentarios nos reunimos este miércoles con la presidenta del partido, donde les hemos manifestado toda nuestra disposición para poder llevar adelante este acuerdo. Es necesario que esa voluntad se vea replicada por las demás fuerzas que son parte de este proceso. A veces pareciera que existen sectores políticos que no están interesados en el proceso constitucional. 

En la interna de Chile Vamos aseguran que el PS deja entrever su lío interno en las negociaciones constitucionales… que cuando va Paulina Vodanovic es una postura y cuando va Camilo Escalona es otra. ¿Lo advierte?

—Hoy el PS tiene un mandato de la comisión política: necesitamos un cambio constitucional y la opción número uno, planteada por el pleno del Comité Central, es un órgano 100% electo. En la última comisión política, el PS se abrió a darle un mandato a la presidenta Vodanovic para que pudiera explorar algún tipo de mecanismo diferente. Estamos abiertos a ese proceso de discusión, porque lo que nos interesa al final del día es entregar al país una nueva Constitución.

—¿Eso refiere a un órgano mixto?

—Estamos en proceso de discusión interna. Dentro de la bancada también tenemos posiciones encontradas, pero todos los socialistas creemos que es fundamental llevar adelante el proceso para la construcción de una nueva Constitución y ese debe ser nuestro norte. Cómo abordamos ese norte, por un tema de la conciencia republicana que nos debe guiar, es algo que puede variar y nosotros en el PS estamos abiertos a examinar algún tipo de órgano distinto al 100% electo.

—¿Pero advierte diferencias internas en el PS en el tema constitucional?

—Hay posturas diferentes, pero el PS es un partido de mayorías, ordenado, que siempre ha utilizado sistemas democráticos para tomar decisiones y no tengo ninguna duda de que esa forma de actuar la utilizaremos en el corto plazo también. Espero que en la próxima comisión política se resuelvan las posturas encontradas que existan a través de una deliberación democrática. Estoy seguro que luego de eso todas y todos van a estar detrás de esa decisión.

—¿Cuál debe ser el rol del PS en este acuerdo finalmente? Es el partido ancla del Socialismo Democrático…

—Nuestro deber es mirar el Chile de los próximos 30 años. A veces siento que este interés por sacar adelante el acuerdo constitucional está reducido a una calculadora individual y no mirando lo que Chile hoy requiere. Cuando empiezas a anteponer tus propios intereses particulares claramente se dificulta el acuerdo y nunca vamos a lograr tener una nueva Carta Fundamental. Debemos entregarle a Chile una carta de navegación que logre encaminar nuestra acción hacia los próximos 30 años y que entregue certezas a la ciudadanía, al gobierno de turno y a toda la sociedad chilena. 

—¿Cuáles son esos sectores que están con una calculadora en mano?

—Hay de todos lados. No quiero acusar a uno u otro en particular porque además no me gustaría que se entorpeciera este proceso. Cuando uno se sienta en la mesa negociadora sabe cómo cada cual mira este proceso y en privado muchos hacen ese análisis. Creo que hay que abandonar esa calculadora pequeñita. Ahora, ojo, que dentro del PS hay actores que también sacan la calculadora, no quiero exculpar a mi partido. Al final igual es válido, no es condenable, pero sí entorpece el proceso y sí muchas veces dejamos de mirar lo importante, que es la construcción de una nueva Carta Fundamental.

—Pero, ¿cuál es el nudo o el sector que está con freno de mano?

—Es una mezcla de factores. Hay sectores que les es muy cómodo el statu quo, y cómo se mantiene: poniendo palos en el camino. A veces pareciera que los que estuvieron por el Rechazo, pero que se comprometieron a una nueva Constitución es algo que ya no quieren cumplir. Existen sectores de la derecha que les complica mucho ir a un proceso electoral ahora porque sienten temor a que el PDG y el Partido Republicano puedan ganar más espacio que ellos. Lo mismo en nuestros sectores, en orden a cómo van a ser medidos en un proceso electoral amplio, participativo... algunos piensan que sería mucho mejor que el Congreso logre definir cuál va a ser la Constitución, porque ahí ya están representados. 

¿Cree que su partido ha podido sobreponerse al Frente Amplio en estas negociaciones? UDI y RN han planteado que Apruebo Dignidad sigue bregando por una convención igual a la que ya fracasó.

—El 4-S significó un desastre electoral donde parte de nuestras ideas fracasaron, eso fue culpa de algunos constituyentes que no fueron capaz de conducir este proceso y eso implicó una tremenda derrota para la centroizquierda y el país. Yo reconozco que ahí debimos tener una posición mucho más influyente. Dicho eso, pienso que hoy, dentro del actual marco de conversaciones, ha faltado una coordinación más potente y eso es por desconfianzas. Somos fuerzas que nos estamos conociendo, somos fuerzas que no hemos trabajado nunca en conjunto. Desde la llegada del Presidente Boric ha sido un acercamiento permanente, pero aún existen desconfianzas. Estamos desarrollando un trabajo con mucha fuerza, desde el PS, de ir destrabando estas desconfianzas que existen. Al interior del Socialismo Democrático no tenemos problemas porque somos partidos que hemos trabajo juntos por décadas. Tenemos una historia común y es posible llegar a acuerdos mucho más rápido, pero con el Frente Amplio, que era un sector que nos denostaba, que decían que venían a reemplazarnos, ha sido un proceso de reencuentro complejo. Hemos tenido problemas evidentes... mientras no seamos capaces de entender de que somos una alianza de gobierno, y que el futuro de todos está ligado al gobierno y al futuro del proceso constituyente, y dejemos de lado estas desconfianzas, esto no avanza. Necesitamos avanzar, en este barco estamos todos arriba y el naufragio de este barco va a traer graves consecuencias para todos. Allí ha hecho falta de humildad, no se ha reconocido que el 4-S todos sufrimos esta gran derrota y que nos necesitamos todos.

—¿Pero han logrado liderar en este acuerdo?

—El Socialismo Democrático ha ganado harto espacio, pero sí siento que nos ha faltado más diálogo, nos ha hecho falta mayor humildad, nos ha hecho falta poder sincerar más las cosas y a veces nos ha faltado quitarnos trabas que están impidiendo llevar adelante el proceso constitucional.

—¿El Frente Amplio y el PC no ha asimilado la derrota del 4-S?

—Ningún sector ha podido asimilar correctamente lo que ocurrió el 4-S...

—¿Por razones naturales, de tiempo, o por falta de autocrítica?

—Ambas. Fue muy reciente, tres meses, pero, claro, ha faltado un nivel del autocrítica. Hay algunos actores que aún no entienden que el desastre del 4-S fue además la soberbia de algunos al interior de la Convención Constitucional, validados por fuerzas políticas que hoy trabajamos juntos, supuestamente algunos actores eran articuladores al interior, pero finalmente se desentendieron... pudieron hacer algo más. Todos teníamos esperanzas en este 4-S. Yo creo que todos estamos de acuerdo en un 80% de lo que era la propuesta constitucional y en eso no había mayor discusión, pero la ciudadanía nos pegó un tremendo portazo. Eso hay que analizarlo con mayor detalle y entender que es el pueblo de Chile el que debe definir la carta que nos va a regir en los próximos años.

¿Es necesario que el Presidente Boric intervenga en esta recta final?

—El Presidente no puede quedarse al margen de un tema que hoy le genera incertidumbre. Porque para que él pueda llevar adelante su programa de trabajo necesita certidumbre y él tiene que generarla, él tiene un rol, que es liderar al país. Por eso no me asusta que lleve adelante este tipo de conversaciones. 

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¿Qué opina de la idea que surge sobre que el Senado revise un nuevo texto constitucional, luego de que lo redacte el órgano y previo al plebiscito de salida? Sería como una suerte de ley de presupuesto…

—No me gusta esa opción. El Congreso no debe ser un órgano censor del trabajo que desarrolle la Convención Constitucional, tenga la conformación que tenga. El único censor debe ser la ciudadanía, porque, además, el Congreso es parte interesada en esto, porque la nueva Carta aborda la institucionalidad del Estado y ahí uno de sus órganos es el Congreso. Unos dirán 'el Congreso es órgano constituyente derivado', sí, pero estamos construyendo una nueva Constitución y eso debe ocurrir a través de un órgano legítimamente establecido. 

¿Cómo debe ser el rol de los expertos? ¿Deliberante o no?

—Yo siempre he dicho que es importante escuchar a los expertos, porque debemos tener recursos para construir una buena Constitución que dé cuenta de la diversidad de nuestro país. Yo me abrí a eso desde el día uno y recibí críticas por eso. Ahora, ya está más o menos acordado que habrá 14 miembros que van a dirimir los posibles conflictos que existan y también existe harto consenso en que los expertos deben preparar un documento base con suministros anteriores de la historia de nuestro país. Yo eso sí no estoy de acuerdo con que los expertos tengan derecho a voto, pero bueno hay que definir cosas aún: ¿los expertos van a ser elegidos? ¿o serán designados por los partidos?

—¿Usted coincide 100% en que no se debe repetir la composición de la Convención Constitucional pasada?

—Esa convención fracasó rotundamente, lo que pasó ahí fue vergonzoso. 

—¿Qué implica eso, que sea más pequeña?

—Yo creo que debería ser mucho más acotada. Se ha planteado 78, 99...

—Ya, pero 99 dicen en la derecha es repetir la misma Convención...

—Sí, pero te insisto: estamos logrando de abrochar un acuerdo... Ahora, yo sí creo que debe tener representación de los pueblos originarios, y debería ser paritario. Si es mixto o 100%, creo que todos tenemos que tener generosidad en ceder en nuestras pretensiones. 

¿Qué tan cierto es que al oficialismo no le conviene que el calendario electoral sea en abril? Se ha hablado ahora de septiembre u octubre de 2023 de parte del oficialismo.

—Debe ser lo antes posible, porque en 2024 hay elecciones municipales. No podemos contaminar este proceso constitucional. Deberíamos generar todas las acciones necesarias para que en diciembre de 2023 tengamos una nueva Carta Fundamental. Abril está bien para las elecciones. Este acuerdo debemos cerrarlo ahora, porque excusas podemos tener todos los años.

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