Debate por identidad enciende interna Evópoli: qué cartas juegan Kast, Cruz-Coke, Briones y Blumel
Una oportunidad para “reforzar” su identidad política. Ese es el diagnóstico de los dirigentes de Evolución Política (Evópoli) en torno al debate que se viene en los próximos meses y que, por estos días, asoma de manera tímida al interior del partido.
Esa premisa viene de la mano con la reconstrucción que realizan de su rol en el segundo gobierno de Sebastián Piñera: una suerte de crecimiento “forzoso” ante la crisis post estallido social que vivió la administración y que dejó a Evópoli en el centro de la discusión política con Gonzalo Blumel en Interior e Ignacio Briones en Hacienda. “Nos desdibujamos”, dicen unos al recordar que la colectividad solo nació en 2016 y que debieron dejar atrás su perfilamiento como partido para ser leales a un gobierno. Mientras otros recalcan que tuvieron que “endurecer” su postura para defender la gestión de sus secretarios de Estado.
Las tensiones aún no se disipan del todo, porque en la historia política no solo están los episodios del Ejecutivo sino también la postura de Evópoli en el plebiscito de entrada de la Convención Constitucional y, por sobre todo, la posición que tomaron sus líderes de cara a la segunda vuelta presidencial que dejó entre las opciones a José Antonio Kast (Partido Republicano) y Gabriel Boric (Frente Amplio).
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El partido, esas semanas, definió -por acuerdo del consejo general- que apoyaría a J. A. Kast, aunque precisando que no serían parte del gobierno, ante un eventual triunfo. Fue una decisión difícil, enfatizan, pues algunos -como el senador entonces electo Luciano Cruz-Coke acuñaba a apoyar a secas a Kast y luego introducir matices- y otros simplemente apostaban por dar libertad de acción.
En ese episodio, de hecho, se dio una de las primeras tensiones públicas. En La Tercera, Ignacio Briones -excandidato de Evópoli en la primaria de Chile Vamos- admitió, post elecciones, que votó nulo en el balotaje, no adhiriendo a la decisión institucional de su colectividad. “Lamento discrepar de Ignacio Briones, desconociendo acuerdo que consejo general de Evópoli aprobó por 80% y que totalidad de sus líderes, él incluido, decidimos conscientemente suscribir. Apoyo a José Antonio Kast y rechazo a formar parte eventual gobierno fue discutido largamente y votado a favor”, respondió Cruz-Coke, a través de Twitter, a fines de diciembre.
En esa entrevista que concedió entonces Briones no solo molestó que transmitiera su voto nulo sino que el deslizamiento de críticas a la actual directiva que lideran Andrés Molina y Luz Poblete. “Es momento de reconstruir un ideario, de volver a convencer, de conectarse con el territorio, y voy a empujar todo lo que pueda para que Evópoli retome esa senda que fue su inspiración original”, dijo Briones. Mientras Cruz-Coke recordó que la actual directiva asumió de “emergencia” y que justamente se llevó los costos de defender figuras gubernamentales, como la del propio Briones.
En ese contexto, se han ido escuchando distintas voces respecto del camino que debe tomar Evópoli, ahora como partido opositor. En agosto corresponde convocar a elecciones internas para renovar a la mesa directiva, lo que se transformaría así en las primeras señales de la dirección que tomará el partido. El mes agendado desde ya complica, pues se trata de un periodo en el que estará en plena marcha la campaña del plebiscito de salida de la Convención Constitucional.
Debate por adelantar o aplazar elecciones internas
Este sábado se llevará a cabo la comisión política de Evópoli, en la que, dicen, se puede abordar la fecha en que se debe realizar el consejo general. Y esa alta instancia, a su vez, definirá cuándo realizar las elecciones internas que buscan renovar la actual directiva.
Los nombres ya se han empezado a perfilar. Por un lado, suena fuertemente el liderazgo de Luciano Cruz-Coke y por otro, el de la exministra de Transportes Gloria Hutt.
El domingo pasado, de hecho, ambos salieron a hablar en la prensa dominical sobre el futuro de la derecha. Allí, eso sí, Hutt fue más lejos y admitió tener intenciones de presidir Evópoli. “Puede ser una alternativa”, respondió al ser consultada y agregó: “Hay una necesidad importante de flexibilizar y reaccionar más rápido, de tener más vínculos con la base militante en todo el país, como un partido reformista de derecha. Hay que profesionalizar su gestión, por ejemplo, con dedicación completa al partido”.
Hutt, desde el verano, ha activado conversaciones internas en la colectividad -que aún no finaliza- y, de hecho, el jueves pasado, la exministra se reunió con Briones y habrían abordado, entre otros temas, el devenir de Evópoli y la pérdida de “vuelo” en la adhesión de militantes, algo, que, habrían sostenido, puede ser recuperable.
El propio Blumel y Briones estarían viendo con buenos ojos esta opción, pero tampoco declinan que exista una tercera vía, como elegir a un militante con “ADN Evópoli”, que pueda enfrentar generacionalmente a este nuevo gobierno que encabeza el frenteamplista Gabriel Boric. Allí suenan los nombres de la exseremi Francesca Parodi y de la actual secretaria general, Luz Poblete; hasta incluso no descartan en pedirle al propio Briones que asuma ese rol.
Lo central es que en el partido concuerdan en que primero se debe definir el camino, la propuesta, y luego la persona que liderará ese proyecto.
No obstante, ya suenan algunos “peros” en torno al liderazgo de Hutt: que estaría “muy marcada” por el gobierno de Piñera y el estallido social -los famosos $30, 30 años-, la falta de un perfil “renovado” en la política y que no tendría los votos suficientes al interior de la colectividad.
Durante Piñera II, en todo caso, la figura de Hutt fue altamente valorada al punto de que internamente se le llamaba “Queen Gloria”.
En tanto, a Cruz-Coke -que hasta ahora es la opción favorita de Felipe Kast- le recriminan que, al ser parlamentario, no pueda tener dedicación exclusiva al partido y que, además, haya sido rostro del Rechazo en el plebiscito de entrada de octubre. Pero en su entorno lo rebaten así: ¿a estas alturas -y con el devenir de la Convención Constitucional- realmente es factible que alguien que estuvo por el Apruebo de entrada lidere Evópoli?
Su “tonelaje político”, asimismo, sería clave, dicen sus cercanos, para poder levantar la colectividad.
Ahora bien, la fecha de las elecciones internas igualmente provoca tensión, pues adelantarlas -por la campaña del plebiscito-, dicen, sería desleal a la directiva actual que ha liderado el “lonco” Molina. Si bien un grupo le recrimina que siendo presidente de partido no haya podido reelegirse en La Araucanía, otros le valoran que haya aceptado liderar el buque en momentos complejos, cuando Hernán Larraín Matte renunció en medio de la fuerte crisis que vivía Chile Vamos post estallido social.
Otra razón que plantean para no adelantar las elecciones internas es evitar que los costos políticos de esa campaña constitucional pueden recaer prontamente en una nueva mesa. También es una alternativa aplazar hasta luego del plebiscito de salida el cambio de la directiva. Hasta ahora, nadie tiene una posición 100% zanjada.
La identidad Evópoli: teoría versus práctica
Si bien la joven colectividad no tiene los llamados “lotes” marcados en su interior, post elecciones han quedado de manifiesto voces distintas de cómo enfrentar el corto y mediano plazo de Evópoli.
Aunque el debate no se ha dado aún de manera fuerte, sí existen distintas opiniones al menos en dos temas: cómo seguir -o terminar- la relación con Chile Vamos y cómo enfrentar el plebiscito de salida. Aquí, justamente, comentan en el partido, se enfrenta la “teoría” o la “academia” versus la “práctica” en la política. En el primer grupo estarían Blumel y Briones -la llamada dupla “ByB” durante el gobierno-, pues están abocados, subrayan, al centro de estudios en Horizontal. Blumel, además, se encuentra escribiendo su libro y Briones regresó a la U. Adolfo Ibáñez.
En el segundo grupo, así, se plantarían Cruz-Coke y Kast, dos “duros”, dicen, que han conquistado los votos y su espacio. A Kast prácticamente lo llaman el aún “dueño” del partido y a Cruz-Coke lo sindican como un liderazgo fuerte que se terminó consolidando con su triunfo en la Senaduría de Santiago en circunstancias electoralmente complejas.
Cruz-Coke, además, logró imponerse en la discusión de Evópoli sobre el plebiscito de entrada con un 40% del Rechazo frente al 60% del Apruebo que entonces lideraba Kast. Más adelante, el partido pidió revocar la decisión y dar libertad de acción ante la incesante violencia en las calles.
Blumel y Briones, en tanto, han delineado los pasos a seguir como “La ruta Evópoli”, es decir, posicionarse como un partido que represente un liberalismo social y que se la juegue por su perfilamiento propio, lejos de Chile Vamos. Un ejemplo que miran es el Frente Amplio, coalición que privilegió la construcción de su propia identidad y solo hizo alianzas electorales a su conveniencia.
La coalición Chile Vamos, para esa visión, ya estaría “muerta” -incluso, subrayan, rompió un pacto de primarias- y por ende solo faltaría dar un cierre formal. Una de las razones es que, aseguran, no hay nada común con personajes como Jacqueline van Rysselberghe o Ena von Baer, por nombrar algunos ejemplos. Recuperar la “frescura” que entregó Evópoli cuando ingresó al sector tradicional de la derecha, aseguran.
La otra mirada -como la que representan Cruz-Coke y Kast- es que Evópoli no debe ser el partido que le ponga la lápida al bloque. “No ando matando coaliciones por la prensa, pero sí creo que se va a tener que producir un reordenamiento”, dijo el domingo pasado Cruz-Coke en El Mercurio. En esa línea, dirigentes recalcan que se debe dar una “muerte natural” de Chile Vamos.
Ahora, existe la encrucijada sobre qué hacer en caso de que RN deje el conglomerado y Evópoli quede de dupla con la UDI. “No podemos ser lo mismo que la UDI, solo que un poco más liberales”, advierte un dirigente al recordar que tras el quiebre en el Senado, Evópoli quedó junto a los gremialistas.
Por eso surge el debate de ser un partido “articulador” con algunos ex PPD, ex DC, entre otros, siempre, eso sí, con la precaución de convertirse en un proyecto fallido como Amplitud. Algunos dicen que eso ya no pasó, y que Evópoli tiene su camino firme.
Pero lo central, recalcan, es “tender puentes desde la propia ideología sin hacer una genuflexión ante la izquierda”, como, critican, lo hace en muchas ocasiones RN.
La tensión entre la supuesta “teoría” y “política” llega al punto de que parlamentarios resienten de Blumel y Briones que no hayan logrado conquistar los territorios. El primero por su débil desempeño en el distrito 10 en la elección de convencionales y Briones con su tercer lugar en la primaria presidencial, que superó apenas a Mario Desbordes. A Cruz-Coke y Kast, en cambio, les atañan una “ascendencia” en el partido dado su caudal de votos.
En todo caso, la autocrítica general en Evópoli sí existe: perdieron dos diputados en La Araucanía, solo reeligieron a Francisco Undurraga en el distrito 11, y disminuyeron de seis a cuatro su representación en la Cámara Baja. Lo peor es que de ese cuarteto, dicen, solo la mitad tiene el ADN Evópoli, los otros dos, advierten, podrían votar a su antojo, rompiéndose así el llamado orden del partido. Hotuiti Teao, de hecho, ya aprobó en Sala la admisibilidad del quinto retiro del 10%, una materia a la que Evópoli solo ha tenido una línea: el rechazo.
El debate sobre qué causas tomar: ¿Las 40 horas?
Apuntar al sentido común y recoger ciertas causas es un objetivo central para Evópoli. Recuerdan el éxito que tuvo “Los niños primero”, y lo mismo, dicen, debe replicarse ahora que serán oposición. Todo esto con el objetivo de marcar un perfil opositor nítido.
“Hay que ser una oposición clara, fuerte, no dejar que las cosas pasen -aquellas en las que no estás de acuerdo-, pero al mismo tiempo ser constructivo, no obstruir por obstruir. Cuando hay cosas que son buenas y sensatas es importante que se evalúen en su mérito, como lo puede ser, por ejemplo, el proyecto de las 40 horas, donde hay un sentir ciudadano que manifiesta estar a favor de eso, entonces, hay que evaluarlo en su mérito”, dice la exministra Pauline Kantor, integrante de la comisión política de Evópoli, sobre el debate de cómo plantearse en el corto plazo.
Al respecto, justamente, en el Congreso, los parlamentarios podrían tomar el tema de la reducción de la jornada laboral a 40 horas -iniciativa de la entonces diputada Camila Vallejo (PC)- y justamente entregarle matices desde la mirada de Evópoli.
No es coincidencia, dicen, que Cruz-Coke tenga aspiraciones de tomar la presidencia de la comisión de Trabajo, algo que ya estaría casi zanjado. Podrían, incluso, dicen, estudiar la evidencia de otros países, plantear flexibilidad laboral, entre otras medidas.
Ahora bien, el plebiscito de salida también tiene distintas opiniones de cómo ser enfrentado. Un sector plantea que se debe encarar únicamente como partido -y aprovechar el perfilamiento de Evópoli- en cambio otros apuntan a enfrentarlo en bloque y como sector.
Los próximos meses -y a contrarreloj-, en ese sentido, serán clave para Evópoli y su perfilamiento. Todo, subrayan, para evitar a toda costa la irrelevancia en momentos de desdibujamiento del proyecto político de la derecha.