Cancillería sondea los planes de Trump para Chile
El próximo 14 de diciembre, la Cancillería realizará la última reunión bilateral formal con la administración de Barack Obama. Ese día, el subsecretario para Asuntos Políticos del departamento de Estado norteamericano, Tom Shannon, se reunirá en Santiago con el canciller Heraldo Muñoz.
La conversación girará inevitablemente, dicen fuentes diplomáticas, en torno a cómo vendrá la mano con la nueva administración de Donald Trump. Para esa fecha, dicen en Santiago, ya podría conocerse el nombre de quien será el próximo secretario de Estado. Por ahora, sólo versiones que apuntan al ex alcalde de Nueva York, Rudolph Guiliani, el ex abanderado republicano Mitt Romney o la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley.
Y es que el agresivo discurso de campaña del multimillonario mandatario electo ha levantado inquietud en todo el mundo. Más allá de los efectos globales que podría tener la línea proteccionista marcada en materia de comercio por Trump y de eventuales tensiones en asuntos como la lucha contra el terrorismo y la relación con Medio Oriente, en América Latina las alarmas apuntan particularmente a las nuevas reglas que Trump podría dictar contra los inmigrantes y las modificaciones a pactos de libre comercio.
En el caso de Chile, la inquietud apunta a posibles efectos en el TLC con Washington -vigente desde 2004- y cambios en el programa Visa Waiver, acuerdo que sólo Chile tiene en América Latina y que permite el ingreso de ciudadanos a territorio norteamericano sin visa previa.
En este contexto, en los últimos días la Cancillería ha buscado sondear con personeros vinculados a Trump los planes del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
Un rol clave en esto ha tenido el embajador de Chile en Washington, el ex canciller Juan Gabriel Valdés.
El ex ministro ha tomado contacto con personeros ligados a los círculos del nuevo mandatario, así como de think tanks que Trump ha comenzado a consultar para convocar colaboradores. Dos de ellos: el Heritage Foundation y la American Enterprise Foundation.
Además, fuentes diplomáticas señalan que Valdés ha iniciado una ronda de conversaciones con otros embajadores latinoamericanos. Un encuentro entre personeros norteamericanos y diplomáticos latinos es una posibilidad para las próximas semanas, dicen en el edificio Carrera.
Propiedad intelectual
De las conversaciones iniciales, dicen en la Cancillería chilena, el mensaje es claro: las preocupaciones de Trump para América Latina son Venezuela, Cuba e inmigración. En simple: Chile no está en el radar, resumen los mismos diplomáticos.
Como sea, algunas decisiones estratégicas de Trump podrían tener impacto en Santiago.
En materia comercial, en Chile dicen que sería demasiado complejo iniciar un proceso para desahuciar o modificar sustancialmente el TLC, pues involucraría negociaciones en el Congreso de largo aliento.
Lo que sí, ya existen mensajes en el sentido de que el nuevo gobierno será más inquisitivo en el cumplimiento de normas vigentes de dicho acuerdo. Una de ellas: propiedad intelectual.
Las presiones norteamericanas en este asunto no son nuevas: la petición para que Chile haga más estrictas sus leyes en este campo vienen desde hace tiempo y, durante la administración de Obama, el USTR -representante de dicho país para los acuerdos comerciales- ha reforzado el área que revisa el cumplimiento efectivo de los tratados.
Así, la administración Trump podría poner mucha más presión en este asunto.
Una primera conversación sobre el estado actual de cumplimiento de las normas del TLC se dará a inicios de diciembre en Santiago, cuando representantes de ambos países concreten la reunión anual para dichos efectos.
En cuanto al programa Visa Waiver, en Santiago estiman que la evaluación realizada hasta ahora por el Homeland Security norteamericano es positiva. Pero que Trump podría incrementar los estándares o requisitos para exenciones de visas, aunque a través de una norma general.
La razón: existen sectores en Washington que estiman que la ausencia de visas en algunos países permite que estos sean usados como plataforma de entrada a EE.UU. Ejemplo: Francia, desde donde podrían viajar personas con vínculos terroristas.
Si Trump endurece el Visa Waiver, dicen en Santiago, sería a través de una norma general y que podría impactar a Chile de manera marginal.