Alcalde de Santiago: “Los vecinos no se están muriendo de coronavirus, sino de hambre”
El alcalde de Santiago Felipe Alessandri aseguró que los vecinos de su comuna, la que tiene más contagios en todo el país con 1.294 con COVID-19 positivo, no se están muriendo por el coronavirus, sino que de hambre, por no poder trabajar.
“A mí los vecinos no se me están muriendo de coronavirus, se me están muriendo de hambre, porque no pueden salir a trabajar y no pueden abrir sus negocios. Acá no hay una falsa dicotomía entre economía y salud; la salud siempre está primero; pero el gobierno lo que ha buscado con estas cuarentenas dinámicas es reactivar un poco el comercio”, dijo el alcalde Alessandri en entrevista con La Tercera.
“Mucha gente está sintiendo hambre. Nunca me habían llegado tantos correos pidiéndome mercadería y que promueva ollas comunes. Y no solo de la gente más vulnerable, sino que de muchos matrimonios que vivían con sus niños en un buen departamento, cada uno tenía su pega con un sueldo de 600, 800 y un millón de pesos; y hoy el seguro de cesantía se le está acabando y las cuentas, el arriendo y el dividendo hay que pagarlos, y están pasando hambre”, agregó.
El jefe comunal de Santiago se manifestó contrario a la idea de implementar cuarentena en toda la región Metropolitana, como lo han exigido más de 20 alcaldes.
“Creo que es un error, porque estar en cuarentena no es un premio, es un castigo. Es un castigo para el adulto mayor, para el joven, para la mascota y para el comerciante que no puede abrir su peluquería, su almacén, su carnicería. Lo que tenemos que tratar es que ojalá ninguna comuna de la RM esté en cuarentena, y para eso apelamos a la responsabilidad y a la fiscalización”, opinó.
Alessandri apuntó a los más jóvenes como quienes más violan la medida en su comuna, que ha estado por más de siete semanas en cuarentena y es uno de los pocos lugares en que el confinamiento no ha disminuido los casos de coronavirus.
“Somos la comuna con más jóvenes millennials y a ellos muchas veces les cuesta obedecer el dictamen de la autoridad y todos los días nos encontramos con porfiados en las plazas. Me reuní con el ministro de Defensa y con el general a cargo, a quienes les pedí más fiscalización. Después de estar encerrado siete semanas en un departamento, la gente necesita salir y se empezó a relajar porque veían que afuera no fiscalizaban”, dijo al medio.