Por Olivia Romang
Luego que el ex militar chileno, Pedro Pablo Barrientos, fuera hallado culpable de tortura y ejecución sumaria del cantautor Víctor Jara durante el Gobierno Militar en 1973, por el jurado de un tribunal federal de Estados Unidos en Orlando, Almudena Bernabeú, abogada representante de la viuda de Víctor Jara, habló en exclusiva con T13.cl, detallando cuáles fueron los aspectos claves que determinaron la resolución.
Barrientos, quien es ahora ciudadano estadounidense, estaba acusado en una demanda civil interpuesta bajo la Ley de Protección de Víctimas de la Tortura por la esposa de Víctor Jara, Joan Jara, y sus dos hijas, Manuela Bunster y Amanda.
El jurado pidió al ex militar chileno el pago de una compensación por daños y perjuicios de 28 millones de dólares (unos 19 mil millones de pesos), 20 millones en calidad de culpa y daños punitivos, y 8 millones por daños compensatorios para la familia Jara.
La también Directora del Programa de Transición de Justicia Fiscal Internacional del Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA), detalló a T13.cl cómo vivió la familia el juicio y cuáles son los pasos siguientes tras el histórico veredicto.
¿Por qué decidieron llevar este caso a Estados Unidos?
"Cuando llevamos esta demanda adelante con la familia y nos dimos cuenta que más allá de la extradición y del proceso penal ésta era la única posibilidad para la familia, fue cuando decidimos levantar esta acción civil. Efectivamente, al ser una condena económica, tiene un valor simbólico porque la condena es en daños y perjuicios, pero que pudo estratificar con esa cantidad tanto la culpabilidad del responsable como el daño que se hizo a la familia".
"Como siempre hemos dicho, la familia -Joan, sus hijas, Manuela y Amanda- no empezaron esto por dinero. Es la única acción que permite la legislación norteamericana por lo que no dudamos en llevarla adelante en su nombre".
Joan Jara, viuda del cantante y compositor nacional Victor Jara. |
¿Qué significa para la familia esta resolución?
"Están emocionados, están felices. Joan es una persona de edad y con una salud un poquito más frágil como consecuencia. Y haber estado en Orlando y despúes del ataque (a la discoteque gay Pulse), cosas que son emocionales, es difícil enfrentar estos casos que traen recuerdos y de hechos que se vivieron en Chile, especialnte manteniendo la decisión de la familia de estar con el equipo de abogados presentes en todo".
Difícil...
"Eso es un esfuerzo enorme, estar lejos de casa y estar en esas circunstancias. Y sobre todo cuando ni Amanda ni Manuela ni Joan habían estado frente a un tribunal ni un juez antes. Jamás habían contado de manera formal o oficial qué sintieron aquellas horas cuando se enteraron que su papá lo habían asesinado, cuando Joan lo entierra y lo mete en esa morgue, y finalmente se va al exilio".
¿Cómo les afectó emocionalmente tener que relatar esos hechos?
"Un momento muy difícil. Estuvieron con una compostura enorme, trabajaron duro con los colegas en Orlando, que las preparaban e iban a tomar sus declaraciones, y eso siempre es duro. A Manuela en particular, que es una persona muy sensible y le afectaba cada vez que había que hablar de emociones duras. Pero demostraron una fuerza excepcional, lo que generó la oportunidad de poder hablar delante de toda la audiencia, quienes escuchan cómo lo pasaste. Hay un porcentaje de energía y de orgullo. Son mujeres orgullosas, duras, fuertes y creo que esa fortaleza se transmitió".
Estábamos listos para cualquier eventualidad, pero esta condena es fulminante, decisiva y estamos felices.
¿Están conformes con la resolución?
"Ellas no esperaban ninguna cantidad, nunca se señaló ninguna cantidad de dinero. La limitación de la acción civil es que la condena se impone con ese dinero, pero ellas no querían dinero. Lo único que querían es que fuera encontrado culpable, entonces estaban preparadas para la eventualidad de que absolvieran... porque estas cosas ocurren. Estábamos listos para cualquier eventualidad, pero esta condena es fulminante, decisiva y estamos felices".
¿Cuál fue la prueba clave que determinó la decisión del tribunal?
"Desde mi punto de vista hay dos pruebas claves. Creo que una de ellas fue tener a la periodista Mónica González, quien habló de su investigación y de esas informaciones adicionales en cuanto a la cadena de mando, al comportamiento de los oficiales. También habló acerca de con cuánta deliberación Augusto Pinochet mandaba a los responsables (...). Ahí hay un hecho revelador de la intencionalidad".
"Creo que también fueron clave, por lo que quiero aplaudir públicamente, los soldados conscriptos. Ello, con nada las de ganar y todas las de perder, siguen contando la verdad y siguen siendo las únicas personas que han tenido el coraje y la gallardía de contar un poco de lo que pasó. Todos accedieron a entrevistarse conmigo en sus ciudades, en sus pueblitos y en sus trabajos. Todos accedieron a declarar. Creo honestamente que Chile tiene que repasar, y todos tenemos que repasar cómo estamos tratando a esos conscriptos".
¿Qué aspecto le llamó más la atención en el desarrollo del caso?
"Creo que la cobardía en este caso de Barrientos fue más allá, para incluso negar su presencia en el Estadio Chile y hablar de no conocer al Estadio Chile. Pero, los conscriptos, uno tras otro, dieron testimonios que se presentaron en Orlando y hablaban específicamente de haber visto a Barrientos en el estadio y de haber tenido incluso capacidad de ordenar guardias".
"Creo que eso quedó bien claro frente a un jurado: que es un hombre que lleva mintiendo desde principios de los años 90, que se muda a Estados Unidos para obtener ciudadanía, mintiendo para permanecer en el país. Y está mintiendo ahora, que a través de la investigación que se lleva a cabo en Chile, aparece como una persona responsable de esos acontecimientos en el Estadio Chile que acaban con la muerte de muchas personas, entre ellas Víctor Jara.
(Barrientos) es un hombre que lleva mintiendo desde principios de los años 90, que se muda a Estados Unidos para obtener ciudadanía, mintiendo para permanecer en el país, y está mintiendo ahora.
¿Cree que la resolución deja un precedente para otros casos?
"Quiero pensar que sí, que esta justicia no se hizo porque sí. Se hizo porque era la única alternativa que quedaba para las víctimas que después de tanta pelea se dan cuenta que el único responsable estaba fuera de Chile. Creo que esto da un mensaje claro, es que no hay fronteras para seguir haciendo lo que hay que hacer. Es reconocer el derecho de las víctimas y que se haga justicia. El precedente aquí es que no importa cuántos años han pasado, que es la primera vez después de 43 años que esta familia ve algo de justicia y reconocimiento externo y explícito respecto a lo que le pasó a Víctor Jara".
Creo que esto da un mensaje claro, es que no hay fronteras para seguir haciendo lo que hay que hacer. Es reconocer el derecho de las víctimas y que se haga justicia.
¿Cuáles serían los próximos pasos en este caso?
"Ahora hay que pelear por la extradición. Nuestra esperanza es que este caso, esta prueba y reinvestigación, lo permita. Bueno, hay que hacer un trabajo adicional desde Chile y en colaboración con las autoridades norteamericanas. Creo que la justicia en este caso deberá ser impartida en Chile y deberá ser hecha en Chile, así lo quiere Joan, así lo quieren todos. Este es el principio de lo que viene, es solo un primer paso".
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