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Política

La tensa trastienda de la renuncia del "panzer"

La tensa trastienda de la renuncia del "panzer"
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Una conversación informal con Bachelet el martes en La Moneda -en medio de una cena con el Presidente de China- fue una de las últimas gestiones de Insulza. La doble agenda del ex jefe de la OEA -como agente y candidato- provocaba incomodidad en RR.EE. "Yo entendí que se iba a quedar hasta el final, así fue nuestra conversación inicial", dijo ayer el canciller Muñoz.

La noche del martes José Miguel Insulza llegó a La Moneda como invitado a la cena que el gobierno ofreció en honor al Presidente de China, Xi Jinping.

En la ocasión, en un breve diálogo, el "panzer" comentó con la Presidenta Michelle Bachelet lo que al día siguiente sería oficial: su renuncia al cargo de agente de Chile ante La Haya, por la demanda marítima boliviana, en el que se desempeñó exactamente durante un año.

Ese, dicen cercanos a Insulza, fue el único contacto que mantuvo con la Mandataria en los últimos días para abordar directamente el tema. No hubo conversación formal ni a solas, como ocurría cuando el socialista era secretario general de la OEA y venía de visita a Santiago durante el primer gobierno de Bachelet.

Un día antes de la cena en La Moneda, Insulza había conversado con el canciller Heraldo Muñoz. Ahí, le confirmó que dejaría la agencia de La Haya. El tema, por supuesto, ya lo habían abordado en numerosas ocasiones, pero el ex jefe de la OEA ese lunes puso un plazo concreto: quería anunciarlo a la brevedad posible. Ese día, incluso.

Sin embargo, el ministro -cuentan quienes conocieron el proceso-, planteó que la noticia se diera a conocer el jueves. Aunque el ministro era desde hace semanas el más interesado en zanjar rápido el tema, para materializar el anuncio Muñoz quería tener en Santiago al nuevo agente, Claudio Grossman, para presentarlo públicamente junto con el anuncio de la partida de Insulza.

El ex ministro, entonces, comunicó que partiría a un viaje a Ecuador y estaría aquí el jueves.

Sin embargo, la tensión interna en las horas siguientes fue creciente. El martes, nuevamente consultado por la prensa sobre la salida de Insulza, Muñoz respondió que "él está viajando, yo acabo de llegar como dije y no tengo mayor novedad, excepto cuando tenga la oportunidad de conversar con él, por cierto antes del fin de semana". Esto, pese a que el viaje a Ecuador se había suspendido y a que en el PS algunos parlamentarios ya hablaban públicamente de la renuncia.

Así, el plan inicial planteado por el canciller fue modificado: el anuncio se adelantó para este miércoles. Además de la presión pública -que hacía insostenible para RR.EE. mantener el discurso de la "conversación pendiente" con Insulza- había otro elemento adicional: Grossman no llegaría el jueves a Santiago. Seguir aplazando el anuncio no era viable.

Molestia en La Moneda

Este miércoles, tras anunciar su salida, Insulza agradeció el continuo respaldo que -señaló- haber recibido de su "querido amigo" Heraldo Muñoz.

La relación entre ambos es cercana y antigua, dicen en círculos diplomáticos. Sin embargo, también se reconoce que la doble agenda de Insulza -presidencial y de agente- incomodaba al canciller desde hace varios meses: debía salir a defenderlo de continuas críticas, tanto de oposición como oficialistas.

La noche del miércoles, el canciller Muñoz exteriorizó con claridad la molestia instalada en el gobierno ante la renuncia del "panzer". En entrevista con CNN Chile, señaló que "habría preferido que Insulza se quedara".

"Yo entendí que se iba a quedar hasta el final, así fue nuestra conversación inicial", dijo también Muñoz.

Las tensiones, de hecho, se arrastraban de hacía meses. En agosto pasado, Insulza dijo por primera vez en El Mercurio que estaba "disponible" para una aventura presidencial. En esa entrevista, además, planteó que “está claro que tiene que haber un cambio de gabinete (…) Si yo me doy cuenta de que la gente no quiere que yo siga ahí, creo que uno tiene que dar un paso al frente y decir 'Presidenta, por favor prescinda de mi servicio'”.

Las frases provocaron una profunda molestia en La Moneda. Así, en el gobierno comenzaron a requerir definiciones al ex ministro. 

El 28 de octubre, cuando Isabel Allende declinó su postulación a La Moneda, la versión de que Insulza haría lo propio se instaló con fuerza en el oficialismo. Desde Colombia, donde participaba en la cumbre Celac, el canciller Muñoz telefoneó al "panzer": debía apurar los plazos en torno a su definición.

Hace al menos dos semanas, en la Cancillería se retomaron las conversaciones sobre cómo reemplazar a Insulza. La opción que más ganó fuerza: designar a alquien del mismo equipo, para dar una señal de continuidad. Por esos días, RR.EE. avanzó en la decisión de designar a Grossman como el sucesor. Según dicen fuentes diplomáticas, Muñoz mantiene una buena relación con el abogado chileno. 

Discurso ante el comité

Fue el 28 de octubre cuando Isabel Allende declinó su postulación a La Moneda, lo que reordenó la interna socialista para definir a su candidato presidencial. Quienes apoyaban a la timonel del PS iniciaron de inmediato acercamientos con el senador Alejandro Guillier.

Para los parlamentarios cercanos a Allende, la bajada de la senadora y la salida de Máximo Pacheco del gabinete para integrarse como generalísimo de la campaña de Ricardo Lagos fue una señal de que se buscaba cerrar a la fuerza un respaldo al ex Mandatario.

Así, 26 días después de que la senadora saliera de escena Insulza formalizó su disposición, la que ratificará el sábado en el comité central del PS. Ahí, el ex ministro insistirá en definir al abanderado a través de una primaria y apostará a solicitar al pleno socialista zanjar en dicho encuentro fecha y mecanismo para resolver el asunto.

La fórmula que genera mayor consenso es la de una primaria en marzo –que podría ser el mismo día que las elecciones internas- y sería a tres bandas, con Lagos, Insulza y el abogado constitucionalista Fernando Atria. El mecanismo no incluirá al senador independiente Alejandro Guillier, quien declinó participar en la primaria socialista.

Como sea, los cálculos del círculo de Insulza apuntan a que si Lagos no repunta en las encuestas se abra a retirar su postulación de aquí a marzo. Sin embargo, en el entorno del ex mandatario aseguran que seguirá hasta el final, tal como lo ha transmitido a distintos dirigentes en los últimos días.

En el laguismo creen que en una primaria contra Insulza y Atria el ex mandatario podría resultar vencedor por amplio margen.

Con todo, Insulza seguirá con fuerza su despliegue. Este jueves participará en un foro de Chile 21 en que estará el asesor brasileño Marco Aurelio García, el sábado asistirá al comité central del PS y luego viajará unos días a México, para regresar a exponer en Enade, que se desarrollará a fin de mes y donde coincidirá con Sebastián Piñera.

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