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Política

La "fórmula de supervivencia" hacia la primera vuelta que discute la DC

La "fórmula de supervivencia" hacia la primera vuelta que discute la DC
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En el partido temen que en la parlamentaria de 2017 se obtenga menos del 10% de los votos. Llevar a una carta propia a la presidencial busca evitar una debacle partidaria y reconquistar los votos de centro.

A fines de enero la Democracia Cristina ratificará en su junta nacional una decisión que va generando amplio apoyo en el partido: tener un candidato presidencial propio. Pero quedará pendiente la fórmula que hasta hoy es materia de una fuerte discusión interna.

Las opciones son ir con un abanderado a primera vuelta o competir en la primaria de la Nueva Mayoría. Esta última, sin embargo, pierde fuerza, pese a que concursar en noviembre de 2017 es una derrota casi segura.

¿Por qué arriesgarse? El diagnóstico que han transmitido influyentes personeros de la falange es que levantar un candidato propio a La Moneda es la única forma de supervivencia para una colectividad que perdió parte importante de su electorado histórico. En 24 años, la DC perdió la mitad de sus votos. Pasó de conseguir casi un millón ochocientos mil sufragios en la elección de diputados en 1989 a 967 mil el 2013, donde obtuvo el 15,5% de los votos.

Entre quienes promueven la idea del camino propio están, según dicen en el partido, el ex timonel Gutenberg Martínez, el senador Ignacio Walker y la ex ministra Mariana Aylwin.

El peor escenario que se vislumbra en las conversaciones internas es que la falange baje de un 10% en la parlamentaria de 2017. Lo que sería un desastre para la colectividad que ya sufrió un duro revés en las últimas municipales, donde perdió más de 200 mil votos en concejales.

¿Por qué un DC en la papeleta?

Llevar un candidato propio en primera vuelta, dicen en el partido, permitiría perfilar un discurso y una plataforma para ir en busca de la votación perdida de centro y clase media que se fugó a la centroderecha o movimientos emergentes de esa tendencia.

En ese contexto, los cálculos más optimistas en torno a competir en noviembre apuestan a conseguir al menos un 11% en la contienda presidencial. Y en la parlamentaria entre 12% y 14%.

Además, al no tener hoy una figura posicionada, llegar a noviembre de 2017 le permite a la DC ganar tiempo para construir un candidato que genere respaldo interno y salga a buscar los votos perdidos. El espacio es menor si se decide ir a la primaria de julio.

En esa carrera, quienes aparecen en la pole position son tres mujeres: Mariana Aylwin, Carolina Goic y Ximena Rincón.

Aylwin ha adoptado la posición más dura en la interna DC, poniendo fecha de término a la Nueva Mayoría y apostando por el camino propio. Goic, en cambio, se ha mantenido neutra en su condición de presidenta de partido, y definiendo el camino institucional.

La última vez que la DC estuvo en la papeleta presidencial fue el 2009. La aventura terminó con la derrota de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, el quiebre de la Concertación y con la derecha por primera vez en La Moneda en 50 años.

No más imposiciones

“Un candidato democratacristiano en una primaria de la Nueva Mayoría no es creíble”, dice un alto dirigente del partido. El análisis pasa porque esa elección no sólo implicaría una derrota, sino que además amarraría a la DC a respaldar al abanderado que gane tempranamente y sin poder de negociación.

“Ir a primera vuelta es decirle a la gente que nunca más vamos a estar en una alianza donde nos impongan las cosas”, explica un histórico personero falangista.

El complejo panorama que hoy atraviesan los partidos de la Nueva Mayoría también impulsa a la DC a llegar a la primera vuelta y de paso frenar los acercamientos de algunas figuras del partido con candidatos de afuera, como Alejandro Guillier o Ricardo Lagos. En la falange se reconoce que si el ex mandatario hubiera tenido un respaldo del bloque PS-PPD habría perdido fuerza la opción del candidato propio.

Por el contrario, levantar un abanderado falangista implicaría, dicen, un duro golpe a las aspiraciones de Lagos y José Miguel Insulza.

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