Hace tres semanas, la presidenta de la DC, Carolina Goic, golpeó la mesa y congeló la participación del partido en el comité político de La Moneda, argumentando el fuerte costo que había pagado su colectividad con las salidas de Javiera Blanco de Justicia y Luis Acevedo del Registro Civil, además del discurso del gobierno apuntando hacia los partidos por la derrota en las elecciones municipales.
Producto de eso, la Nueva Mayoría presentó al gobierno un diseño de agenda legislativa más acotada, sobre la base de una propuesta realizada por la propia DC.
Un par de semanas después, cuando la tensión producto de dicho episodio ya comenzaba a darse por superada, Goic endureció el tono con el Partido Comunista y, como coordinadora del oficialismo, impulsó una dura declaración de la coalición, en que se cuestionó directamente al PC por su rechazo "corporativo" al reajuste salarial para el sector público. La crisis quebró a la Nueva Mayoría, llevó a La Moneda a suspender reuniones con los partidos y reflotó la discusión en torno a la continuidad del PC en el bloque.
Ambos episodios, dicen en el partido, han sido clave para posicionar la figura de Goic en la interna DC, tras el resultado municipal que debilitó a la Nueva Mayoría.
“Le está hablando a la base militante”, dice un alto dirigente de la falange para explicar la ofensiva de Goic y el rédito que le puede traer de cara a las elecciones internas del próximo 8 de enero.
Hasta ahora, en esa carrera, la senadora por Magallanes corre sola. Su base de respaldo es el ala colorina, liderada por el diputado Fuad Chahín, pero en el partido coinciden en que, en las últimas semanas, el discurso duro de Goic para hacer respetar a la DC llegó al ADN falangista y ganó espacio entre "guatones" y "príncipes", dos de las corrientes internas del partido que tienen un crítico balance del gobierno.
Una ofensiva que se produce en paralelo a esfuerzos de la llamada "disidencia" interna por reagruparse para competir por la presidencia del partido. En ese grupo aparecen los diputados Yasna Provoste, Aldo Cornejo y Gabriel Silber, entre otros. Provoste es una de las cartas que podría encabezar una lista. El otro nombre es el de la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, quien se alista a dejar el gabinete.
El inicio de las conversaciones
Si bien quedan dos meses para la elección nacional, los primeros acercamientos para explorar un acuerdo ya comenzaron. Así, fuentes partidarias relatan que Goic ya conversó con distintos sectores y que algunos se abren a la opción de configurar una suerte de lista de consenso que le permita a la senadora mantener la presidencia de la DC.
Las mismas fuentes aseguran que la parlamentaria ha conversado con influyentes personeros como Gutenberg Martínez e Ignacio Walker. Con ambos, dicen en la falange, hay coincidencias en fortalecer la identidad del partido y que en esa calidad sea respetado por sus socios de coalición.
Donde aún no existe coincidencia es en cuanto a definiciones sobre la carrera a La Moneda. La DC se debate entre llevar un candidato propio -lo que pondría fin a la Nueva Mayoría-, o respaldar la opción de Ricardo Lagos. Sin embargo, la figura del senador Alejandro Guillier también comienza a concitar incipientes respaldos.
En ese contexto es que el sector denominado Progresismo con Progreso, encabezado por la ex ministra Mariana Aylwin, tiene dudas sobre un eventual respaldo a Goic. El grupo está por impulsar el camino propio, aunque hoy no existe un nombre DC posicionado como para competir el 2017 en una primera vuelta.
Como sea, la ofensiva de Goic y su vínculo con la interna DC ha sido uno de los argumentos de los comunistas para hacer frente a la senadora falangista.
"Esto tiene mucho de operación política; me imagino que Carolina Goic y la DC están muy tensionados por la elección interna y por eso pueden usar fórmulas para mejorar sus posiciones de poder", dijo el jueves el diputado comunista Daniel Núñez. Mientras que su par Karol Cariola indicó que "la senadora Goic tendrá que dar explicaciones y decir qué razones la motivaron a hacer lo que hizo".
En La Moneda, la ofensiva DC ha sido monitoreada con atención. Pese a su militancia falangista, el ministro del Interior, Mario Fernández, ha mantenido un fluido diálogo con el PC y la propia Presidenta Bachelet hizo un gesto a los comunistas, justo en medio de la tensión instalada entre los partidos.
