En mayo de 2015 Alberto Arenas fue destituido de su cargo como ministro de Hacienda, un hecho histórico ya que se convirtió en el primero en ese puesto en ser removido desde el retorno a la democracia.
A un año y cuatro meses de lo que define como una “salida sorpresiva” y "un momento muy duro”, en entrevista con La Tercera, Arenas analiza que uno de sus mayores logros fue “haber realizado una reforma tributaria que recaudará 3% del PIB en régimen y con un acuerdo transversal de todos los sectores políticos (…) este logro estoy seguro que será colocado en su justa dimensión en el futuro”.
Así mismo, dice estar convencido de que “la historia será más equitativa con mi labor en el Ministerio de Hacienda que la contingencia actual”.
Su principal autocritica es "no haber sido más pesimista respecto de las estimaciones de tasas de crecimiento (en el 2013). Los organismos internacionales y la gran mayoría de los economistas que realizan proyecciones económicas sobreestimaron las expectativas de crecimiento económico; recién en 2014 se comenzaron a ajustar las proyecciones.
Sobre a su inesperada salida de Hacienda, comenta que “cuando uno es ministro está expuesto a estas situaciones, es parte de la política. Respecto de la forma en cómo se implementó el cambio de gabinete, creo que en mi caso no fue proporcional a la relación de confianza que tenía con la Presidenta”.
Una de las explicaciones que encuentra es que “me he formado la convicción de que mi presencia era el sello de un programa de Gobierno que proponía transformaciones estructurales, y que si bien con el cambio no se buscaba renunciar a lo expresado en él, con mi salida se optó por dar una señal en el sentido de atenuar las reformas comprometidas”.
En este periodo se encuentra trabajando en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y dice no tener mayor contacto con sus ex colegas del equipo político ni del actual gabinete. Mientras que con la Presidenta cuenta que han coincidido en algunas oportunidades, “de hecho, en su última visita a un seminario tuvimos la oportunidad de hablar, fue un encuentro muy cercano”, señala.
Sobre su gestión, recuerda que “mi labor como ministro de Hacienda fue buscar un equilibrio con todos los sectores, empresarios y trabajadores, mis tareas eran muy concretas, porque debía afrontar una economía desacelerada conjuntamente con la aprobación de la reforma tributaria”.
Consultado por las principales medidas por las que se recordará el actual Gobierno de la Presidenta Bachelet, Arenas no duda y enumera: “Terminar con el binominal, que los chilenos en el exterior puedan votar, crear un Ministerio de la Mujer, aprobar una ley de unión civil, liberar a las familias del copago en los colegios, aprobar una reforma tributaria que pagan los sectores de más altos ingresos y avanzar en equidad tributaria”
Además agrega “enviar el proyecto de ley de descentralización más importante en los últimos 25 años y que debería permitir la elección directa de los intendentes; y mandar el proyecto de ley de aborto por tres causales”.
Pese a su silencio durante largos meses, el ex ministro dice no haber abandonado la actividad política. “Como dice el dicho, uno nace chicharra y muere cantando. Las políticas públicas han estado presentes en toda mi trayectoria profesional y hoy lo siguen siendo, pero el país ahora se llama América Latina y el Caribe”, cierra.