El debate del despacho de la rebaja de quórum a 4/7 dejó sobre la mesa la siguiente reflexión: ¿el Partido Republicano estará sentado en la mesa del eventual “gran acuerdo” post plebiscito?
Tanto en la bancada como en la directiva de la colectividad que fundó José Antonio Kast indican que no han abordado en extenso la estrategia que tendrán luego del 4 de septiembre. ¿Por qué? Una vez más, recalcan, no quieren mover el eje de la discusión: el objetivo es que el Rechazo se imponga en el referéndum, porque, dicen, “la rueda de la fortuna no está clavada”. Y para eso, mencionan, aún no hay que anticiparse a otros escenarios. “No queremos adelantarnos a nada, hay que esperar al 4 de septiembre, y aparecer lo menos posible en la prensa y en los medios de comunicación”, dice un dirigente.
Esta semana, en la discusión de los 4/7, en la UDI dicen haber hecho esfuerzos para que los Republicanos se sumaran a apoyar la iniciativa. El martes, por ejemplo, en la cafetería del Senado, se vio a los timoneles Javier Macaya (UDI) y Rojo Edwards (P. Republicano) conversar latamente. Según conocedores de ese diálogo se abordó la reforma de los 4/7, pero el senador republicano solo enfatizó en las razones que tendrían para rechazar el proyecto de ley. Ya ese día en la mañana, los diputados de la bancada le habían notificado a sus pares de Chile Vamos que no estarían disponibles para aquello.
En todo caso, al interior de la colectividad reconocen que si la iniciativa hubiese corrido el riesgo de ser rechazada, otra habría sido la posición del grupo.
¿Hubo algún mensaje de Kast previo a la votación de los 4/7? Dicen que tal es el esfuerzo de su excandidato presidencial de estar totalmente fuera de la discusión del plebiscito de salida que solo envió un escueto mensaje de que cualquier decisión que tomaran fuera en unidad. No dijo si estaba a favor o en contra.
En el debate en Sala, en tanto, los diputados enfatizaron en el discurso que han venido sosteniendo en las últimas semanas: que este tema no concita la atención de la ciudadanía y que el gobierno solo ha estado concentrado en la agenda previa a una elección y no a las “urgencias sociales”.
“Aquí se están arreglando los bigotes”, dijo la diputada republicana Chiara Barchiesi, sobre los 4/7, y añadió: “Para mí, al igual que todos los chilenos que están afuera de este edificio, este proyecto es prioridad ‘z’. Volvamos a preocuparnos de las urgencias sociales”.
Mientras, el jefe de bancada, Cristóbal Urruticoechea, hizo alusión explícita, en la Sala, al acuerdo del 15-N, al que no adhirieron en 2019: “El llamado Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre fue una mentira, las demandas sociales y la violencia solo aumentaron. También fue uno de los actos de mayor torpeza, porque dio origen al engendro ese llamada propuesta de nueva Constitución”, señaló.
Esa idea, en todo caso, era transmitida a Chile Vamos: que los 4/7 era una suerte de 15-N 2.0, por tanto, un nuevo error. Los mismos diputados UDI y RN manifestaban que era un argumento que los Republicanos le entregaban a la hora de explicar su rechazo a la reforma. “Quién iba a pensar que estaría en el Congreso para ver que el tiro de gracia a la Constitución lo iban a dar quienes por años se llamaron sus propios defensores”, escribió en Twitter el diputado republicano José Meza.
Aunque los Republicanos no quisieron criticar directamente a Chile Vamos en la Cámara, en privado decían no entender que “la UDI destruya los cimientos que planteó su fundador Jaime Guzmán”.
“Ahora dicen ‘bajemos los quórum’: eso es el resultado al miedo al violentismo octubrista que sigue aquí. Chile Vamos está acostumbrado a arrancar de la derrota a los fauces de la victoria”, dijo en la discusión, en tanto, el diputado Johannes Kaiser.
La reconfiguración del mapa de la derecha que dejó la aprobación del quórum de los 4/7
En la reflexión política sobre los 4/7 surgió en la colectividad el riesgo sobre aparecer como el Partido Comunista al rechazar esta iniciativa, pues justamente al inicio de esta semana el presidente de esa colectividad, Guillermo Teillier, remarcó que no había que cambiarle nada al texto propuesto por la Convención. “Corremos el riesgo de ser lo mismo, pero hacia la derecha”, advirtió un dirigente por esos días, al fragor de la discusión.
Y es que durante la semana no solo se había dado el debate de los 4/7 -que inevitablemente desencadenaba la conversación sobre si se sumarían o no a un eventual gran acuerdo-, sino también el del feriado del 16 de septiembre. La bancada resolvió que algunos votarían en contra y otros se abstendrían. Unos propusieron salir a criticar con fuerza al gobierno en este tema, pero otros sugirieron no hacerlo de esa manera, considerando la proximidad de la elección del 4 de septiembre. Y así fue: no enviaron un comunicado, por ejemplo, ni agarraron una bandera visible. Pero sí el diputado Stephan Schubert argumentó en Sala fuertemente en contra de la medida: “No es el momento para esta iniciativa dada la economía en la que estamos”, señaló.
La bancada de los Republicanos, eso sí, se apuran en descartar que actúen en base a cálculos políticos.
Así surge una suerte de incipiente duelo entre los “pragmáticos” y los “puristas” del partido. Los más jóvenes, dicen, son más apegados a la “ideología”, no así quienes han estado en otros periodos en el Congreso, por ejemplo, y que buscan calcular de mejor manera las repercusiones políticas de sus actos.
“El Partido Republicano defiende y ama a nuestro país como ningún partido político en Chile lo hace”, fue una frase de Urruticoechea en la Sala. Un discurso que ha sido leído como una semejanza al “purismo” que desde otros sectores políticos le atribuyen al Frente Amplio, por ejemplo.
Un escenario similar ocurre al intentar iniciar la discusión del post plebiscito: ¿se suman o no a un gran acuerdo? Unos abogan por no quedar fuera de las reformas constitucionales que se fraguarán post plebiscito -sobre todo si gana el Rechazo-, pero otros dicen que sería una buena oportunidad para seguir perfilando al partido como el “único de derecha”, sobre todo en circunstancias de que Chile Vamos, se augura, se correrá cada vez más al centro y dejará un espacio huérfano en la derecha. “El coqueteo con la izquierda tiene consecuencias”, advierte un republicano.
La decisión, explican, como siempre será en unidad -algo que los ha caracterizado en su debut en el Congreso-, pero, de nuevo, hay quienes sostienen que la Constitución no ha sido la causa del problema social sino más bien la inoperancia de los políticos tradicionales. Por eso, la colectividad se ha posicionado en el “Rechazo a secas”. No obstante, otros se apuran en precisar que la Constitución no está escrita en piedra, pero que ahora la lógica es “simplemente Rechazo”.
Es más: diputados comentan que en reformas como salud -isapres- y seguridad, “la visión de los Republicanos no puede quedar fuera”.
La noche del 4 de septiembre, en ese sentido, será la primera señal del Partido Republicano, porque, cuentan, lo más probable, es que no “celebren” con Chile Vamos y sus declaraciones públicas sean muy estudiadas.
¿Cómo ven en Chile Vamos la exclusión de Republicanos de los 4/7? Como una primera señal de que se restarán del gran acuerdo post plebiscito. Pero la UDI, dicen, seguirá insistiendo en sumarlos. No con el mismo entusiasmo los RN y Evópoli, quienes ven una posibilidad de crecer al centro sin los Republicanos dentro del esquema, “un mejor perfilamiento” para su sector, dicen.
“El Partido Republicano se comporta políticamente igual que el Partido Comunista, son partidos que no creen en los acuerdos, que no creen en la defensa de la democracia, y esta se hace a veces reflexionando y pensando en el bien del país y no solamente en la barra que apoya a un partido determinado”, dice a T13.CL el diputado Evópoli Francisco Undurraga, sobre la votación de los 4/7.
¿Hay que sumarlos al “gran acuerdo”? “Sería necesario que estuvieran porque, por cierto, tiene que ser un acuerdo nacional, pero gracias a que se bajaron los quórum a 4/7, bueno, nos tendremos que poner de acuerdo entre las fuerzas democráticas”, responde Undurraga.
Si gana el Rechazo o el Apruebo el escenario también será distinto para los Republicanos. En el diario La Cuarta, Kaiser comentó: “Si gana el Apruebo, nosotros probablemente no tengamos ningún rol que jugar en Chile. La oposición va a tener una sola opción: esperar si el sistema se desmorona por su propia incapacidad”.
¿Y si el Rechazo gana por ejemplo con un 60%? En Chile Vamos dicen que se sentarán a la mesa sí o sí, que no hay que “envalentonarse”, pero los Republicanos dudan. Dudan mucho, sobre todo ahora, porque, critican, “en Chile Vamos están sentándose a la mesa, pero no saben aún qué plato se van a servir. Hay que mirar esto con calma”.