Los chilenos votarán el próximo 4 de septiembre si quieren o no una nueva Constitución. La opción "rechazo" supera al "apruebo" en las últimas encuestas. Sin embargo e independiente del resultado, tanto sectores de izquierda como de derecha se comprometieron a continuar el proceso constituyente, con acuerdos políticos y reformas.
Observadores internacionales han destacado los avances de la propuesta constitucional en materia de género, derechos sociales y ecología. Pero, ¿qué es lo que dice el texto que divide tanto a los chilenos? DW habló con tres expertos que opinaron sobre los principales puntos de discordia.
La propuesta "satisface las necesidades" de los chilenos
Gautam Bhatia, constitucionalista de la India y experto en derecho comparado de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, subraya que, "aún cuando las opiniones están muy divididas sobre esta propuesta, hay una clara mayoría que dice que, aún si se rechaza, hay que avanzar hacia una nueva Constitución".
Para Rubén Martínez Dalmau, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia, en España, la propuesta "satisface con creces las necesidades de mirar hacia adelante de la población chilena". El texto, añade, está al nivel de otras cartas fundamentales europeas, como la española, la italiana o la francesa, porque "consolida un Estado social".
En tanto, Stefan Rinke, profesor de Historia Latinoamericana de la Universidad Libre de Berlín, destaca los "avances de la plurinacionalidad y los derechos de las comunidades indígenas, la paridad de género, los párrafos sobre derechos reproductivos y en contra de la violencia sexual, así como la protección de niños y personas con discapacidad".
Los temas de mayor discusión
El nuevo ordenamiento político del país, el reemplazo del Senado por una cámara regional y, por sobre todo, la plurinacionalidad y la creación de un sistema de justicia para pueblos indígenas, son algunos de los temas de mayor discordia en Chile.
Si bien los entrevistados concuerdan con la eliminación del Senado, ya que consideran que este ha sido "un órgano de veto", el historiador y latinoamericanista alemán, Rinke, expresa dudas sobre la configuración del sistema político: "En mi opinión, no es claro. Y así como está, creo que se entraría en una fase de incertidumbre, y habría que corregir el texto". También tiene reparos sobre la creación de la justicia indígena: "No tiene sentido ponerlos fuera del sistema legal y establecer uno especial para ellos.No creo que pueda funcionar", agrega.
Bhatia, en cambio, difiere: "La idea de que grupos indígenas puedan tener su propio sistema de justicia en ciertas áreas definidas no es algo nuevo; es algo que muchas otras constituciones tienen y no ha creado grandes problemas. No es algo radical", insiste, desde Oxford, el constitucionalista indio.
Su par español, Martínez Dalmau, coincide en esta defensa de la plurinacionalidad y asegura que el sistema de justicia indígena es "uno de los avances constitucionales más importantes del mundo" y que "lo que ahora se propone es algo que existe en países avanzados como EE. UU, Canadá o Nueva Zelanda".
La viabilidad del proceso si gana el "rechazo"
Sea como sea, el mejor camino es "aprobar esta Constitución con todas sus debilidades y errores, y luego reformarla lo más rápido posible", sugiere Rinke. No obstante, no habría que ver como algo negativo que gane el "rechazo", pues es normal que estos procesos puedan alargarse por falta de consensos, recuerdan tanto Bhatia como Martínez Dalmau.
"Todos los procesos constituyentes tienen contradicciones. Son momentos en los cuales todos los intereses están sobre la mesa. Y cuanto más democrático es este proceso, más intereses hay", reflexiona el constitucionalista español. Asi que "no tendríamos que ver como desastroso el que finalmente una mayoría de la gente dijera 'no' a esta propuesta. Se tendría que avanzar hacia otro texto, que incorporará otro tipo de consensos". (rml)