Una lágrima cayó por el rostro de Gerardo Jara cuando salió del Liceo José de San Martín, en la comuna de Santiago Centro, donde tuvo que realizar una enorme fila para ser parte del Plebiscito que este domingo definió el inicio de un proceso para escribir una nueva Constitución, tarea que quedará en manos de una Convención Constitucional, cuyos 155 integrantes serán electos el próximo 11 de abril, y que tendrá una composición 100% paritaria entre hombres y mujeres.
Gerardo, de 30 años, profesor de artes y dedicado a la atención de una librería, sintió que vivió una catarsis tras un año marcado por las protestas sociales de octubre de 2019, y de las cuales fue parte. "Pensé en lo mucho que hemos atravesado, yo, mis amigos, todo Chile, y lo lindo que es ver a la gente querer un Chile distinto. Y estamos acá corriendo riesgos, pero juntos votando, queriendo que esto cambie".
Al otro lado de la ciudad, en La Florida, Carolina Cares, de 35 años, sentía emoción y sorpresa al ver que Google Maps le notificaba que le esperaba una fila de 1,2 kilómetros para poder ingresar a su local de votación, el Estadio Bicentenario.
"No vi nadie que dijera 'no, mejor me voy para la casa'. La gente se sumaba con mucha alegría, la sensación de que valía mucho la pena", relata.
Los relatos de Gerardo y Carolina son parte de la memoria colectiva que marcó las doce horas donde este domingo más de 7 millones 548 mil personas fueron parte del Plebiscito sobre la nueva Constitución y donde el Apruebo se impuso por el 78% de los votos.
Se trata de una cifra de participación del 50,81%, y que representa el mejor resultado desde el debut del voto voluntario en 2012, que provocó una importante alza en la abstención electoral, alcanzado su peak en las municipales de 2016, donde apenas un 35% fue parte del proceso.
Del mismo modo, si consideramos el número total de personas que votaron, se trata de la mejor cifra desde el retorno a la democracia, incluyendo los comicios de 1989 a 2009, que se realizaron bajo un sistema donde existía voto obligatorio entre quienes se inscribían en el registro electoral.
La participación en un contexto de pandemia era una de las grandes interrogantes del proceso, considerando el riesgo de contagio en un país donde este domingo se registraron 1.540 nuevos casos de COVID-19 y donde existe especial preocupación por las regiones de Magallanes y La Araucanía. Un factor que, de acuerdo a la doctora en ciencia política Claudia Heiss, puede haber impedido una mayor concurrencia a las urnas.
Durante el transcurso de este domingo se registraron largas filas en los locales. Sin embargo, la duda era si esto se debía a una mayor participación a un efecto "cuello de botella" al ingreso a los locales, donde existía un límite de hasta 10 personas por mesa al interior de los recintos.
Para el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, "no fue una súper participación bajo ninguna circunstancia. Lo que observamos en la mañana fue aglomeración, no participación".
Y, en efecto, si bien se trata de la mejor participación en la era del voto voluntario, la diferencia es de 400 mil votos respecto de la segunda vuelta presidencial de 2017.
En esta gráfica podrás revisar las cifras
De las calles a las urnas: El rol de los jóvenes en el plebiscito
Para la cientista política Claudia Heiss, uno de los factores que explica participación en el proceso se debe a que es una consulta que no tiene candidatos. "Entonces no había que votar por una persona que es percibida como representante del sistema de partidos", explica a T13.cl.
En este contexto, detalla que el plebiscito, "de alguna manera era una votación que incorpora el rechazo a la clase política, el rechazo a todos los partidos que está implícito en el estallido social".
Pero además, plantea, "es un voto contra la constitución actual. Y es el hecho histórico de terminar con la Constitución del 80, y eso hace que sea percibida como una elección distinta de las elecciones ordinarias y como un giro de timón del sistema político. Y por lo tanto una elección mucho más relevante".
Y como un tercer elemento, la experta de la Universidad de Chile, detalla que "la ciudadania percibe el proceso constituyente como resultado de la movilización social a partir del 18 de octubre y como algo forzado sobre el sistema politico por la ciudadania movilizada, y eso puede haber hecho que aumente la participación electoral de segmentos que tradicionalmente no votan, como los jóvenes de menores ingresos, que estuvieron en las calles".