París 2024: ¿Por qué el Sena no es seguro para nadadores?
Una instalación del artista James Colomina presentaba agua embotellada del Sena, descrita irónicamente como "finamente contaminada" - Deutsche Welle
La contaminación del agua del río Sena fue un tema controvertido hasta la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024.
El 17 de julio de 2024 se consideró seguro y se abrió para nadar por primera vez en aproximadamente un siglo. Se celebró una prueba de natación femenina, a la que siguió la noticia de que una prueba masculina iba a ser aplazada y reprogramada. Luego, nadadores olímpicos empezaron a enfermarse.
#JeChieDansLaSeine
La contaminación del Sena no es un problema nuevo: nadar en el río ha estado prohibido durante más de 100 años, por razones sanitarias. La primera prohibición entró en vigor en 1923, lo que llevó a los nadadores durante los Juegos Olímpicos de París de 1924 a competir en piscinas.
La mayor parte de las aguas residuales de la ciudad han desembocado en el Sena desde que entró en vigor la prohibición. Los sistemas de alcantarillado con fugas y desbordamientos son la principal fuente de contaminación.
Las autoridades francesas se esforzaron por limpiar el agua para los Juegos Olímpicos de París 2024, gastando 1.400 millones de euros (1.500 millones de dólares) en mejorar la calidad del agua.
El objetivo era reducir la contaminación bacteriana en un 75 por ciento antes de la primera prueba olímpica de natación, pero hasta ahora la ciudad no ha logrado calmar las preocupaciones de los atletas y los parisinos.
Los parisinos, descontentos con los costos del proyecto, instaron a protestar masivamente contra el excremento en el Sena, con la consigna #JeChieDansLaSeineLe23Juin.
A pesar de esta campaña, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, nadó en el río a principios de julio en un intento por demostrar de primera mano la limpieza del Sena.
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Niveles de contaminación son un problema para la salud
Las pruebas de agua realizadas por el grupo de monitoreo Eau de Paris durante las últimas semanas han demostrado que los niveles de Escherichia coli (E. coli) en el río eran significativamente más altos de lo que es seguro para los humanos.
Las precipitaciones sobre París empeoraron el problema: las fuertes lluvias a menudo provocan un aumento de los niveles de E. coli y otras colonias bacterianas en ríos y lagos.
En un comunicado, los organizadores dijeron que las fuertes lluvias que cayeron sobre París durante el primer fin de semana de los Juegos los obligaron a reprogramar los eventos "por razones de salud".
La E. coli suele estar relacionada con la materia fecal en el agua y puede indicar contaminación por aguas residuales. Incluso un trago de agua contaminada que contenga altos niveles de E. coli puede provocar diarrea, infecciones del tracto urinario, neumonía o sepsis. También son comunes las erupciones cutáneas y el dolor de oídos u ojos.
Enfermedades transmitidas por el agua
Sin embargo, las infecciones por E. coli no son la única preocupación. La leptospira, transmitida por la orina de los roedores y que también puede encontrarse en el agua contaminada, puede provocar una enfermedad renal grave.
Las infecciones por otras bacterias transmitidas por el agua, como las cianobacterias y los enterococos, también pueden provocar problemas de salud relacionados con el intestino.
Y luego están los parásitos como las larvas de cercarias, que a menudo se encuentran en aguas pobladas de aves acuáticas y pueden provocar erupciones cutáneas que pican.
Seth Rider, uno de los 55 triatletas de la carrera masculina, tomó medidas poco convencionales para prepararse para la exposición a las bacterias.
"Sabemos que habrá cierta exposición a E. coli, así que trato de aumentar mi umbral de E. coli exponiéndome a un poco de E. coli en mi vida diaria", dijo el atleta estadounidense en una conferencia de prensa el 30 de julio. "Son solo pequeñas cosas a lo largo del día, como no lavarse las manos después de ir al baño y cosas así", explicó.
Sin embargo, otros atletas olímpicos han sufrido a largo plazo por nadar en aguas contaminadas. Emma Frodeno (antes Emma Snowsill), una atleta australiana de triatlón, se retiró en 2014 después de luchar con problemas de salud relacionados con nadar en agua contaminada en una competencia mundial.
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