El presidente de la junta directiva de Volkswagen, Matthias Müller (derecha en la imagen), ha comparecido este jueves por primera vez en rueda de prensa para informar sobre el escándalo del fraude en la medición de emisiones. Müller ha afirmado que la compañía "empezará a implementar las soluciones en enero de 2016" y que las autoridades europeas "han evaluado positivamente" las soluciones técnicas para los clientes en Europa.
Volkswagen reconoció que hubo errores en sus procedimientos que favorecieron comportamientos poco éticos por parte de algunos empleados. "El principal problema es que las responsabilidades no estaban suficientemente claras", han afirmado desde la dirección de la empresa. La auditoría interna también encontró deficiencias en algunas áreas de la infraestructura de tecnología de la información, que ahora la compañía también va a remediar con una reestructuración.
Cientos de expertos investigan el escándalo
El presidente del consejo de supervisión de la firma, Hans Dieter Pötsch, que acompañaba a Müller en Wolfsburgo, destacó el difícil momento que atraviesa la compañía: "Los últimos dos meses fueron inauditos para nosotros. Nadie aquí podía imaginarse que nuestra empresa podría llegar a una situación como la que vivimos desde finales de septiembre", afirmó. Cerca de 450 expertos trabajan para esclarecer el escándalo.
Para depurar las responsabilidades en el escándalo habrá que esperar. "Esto será posible cuando obtengamos los resultados finales", explicó Pötsch, que espera poder presentarlos en la asamblea general del grupo el próximo 21 de abril. "Creemos que es probable que sólo un número reducido de trabajadores hayan contribuido activamente en las manipulaciones", informó el presidente del consejo de supervisión.