Por Carlos Agurto
El pasado viernes el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos (Dipres) publicaron dos cifras importantes para la discusión que se tomará la agenda los meses que se avecinan: el precio de referencia del cobre y el PIB Tendencial, que es la capacidad de crecimiento de la economía en el mediano plazo.
Las proyecciones de los expertos convocados por Hacienda arrojaron un crecimiento promedio de 3,0%, es decir una baja respecto del 3,6% proyectado el año pasado y la cifra más baja desde 2010. De la misma forma, para el Precio de Referencia del Cobre, las proyecciones del grupo de analistas, dieron cuenta de un promedio de US$ 2,56 la libra, levemente por debajo de la estimación de US$ 2,57 de enero último.
Con ambos parámetros Hacienda puede estimar los ingresos estructurales con los que contará el Fisco el próximo año, pero en el mercado adelantan que estos ingresos serán “acotados” y ponen en riesgo la meta de convergencia al balance estructural, que la actual administración fijó en 0,25 puntos del PIB por año.
Economistas destacan que sólo se puede mantener la meta si el aumento del gasto es acotado, por debajo del 3%, lo cual ya adelanta un difícil mes para Hacienda, dado que las demandas son cada vez más altas. Ante ello el debate político del Presupuesto estará dividido, entre quienes consideran que debe cumplirse con la meta de convergencia al balance en 2017 y los que crean necesario postergarla.
Gasto con crecimiento leve o casi nulo
“Avanzar en el ajuste del déficit cíclicamente ajustado va a requerir que el gasto público el próximo año crezca muy poco o no crezca”. Así de tajante es el economista socio de Gemines, Alejandro Fernández, respecto del espacio con que cuenta el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, de cara a la discusión del Presupuesto 2017.
“En la medida que el gobierno se comprometió a disminuir su déficit estructural en un cuarto de punto al año, y considerando las variables de PIB potencial y cobre, para poder cumplir con ese compromiso el gasto va a estar bastante acotado, yo diría un crecimiento que no debiera superar más allá del 3%”, advierte el economista de Rojas & Asociados, Patricio Rojas. De acuerdo al experto, este leve crecimiento se solventaría por los mayores ingresos que estarían disponibles por la reforma tributaria.
Estimación similar a la del economista y docente de la Universidad de Chile, Alejandro Alarcón, quien advierte que el crecimiento del gasto para el próximo año no puede ir más allá de un 2,8%. “Hay que conseguir un balance corriente del gasto y los ingresos fiscales hasta que esta cuestión mejore”, agrega.
No obstante, Fernández cree que el crecimiento del gasto público para el próximo año debe estar en torno a 0%. “No creo que haya mucho espacio, considerando que cuando se presentó el presupuesto del año pasado las proyecciones para los tres años siguientes mostraban que los gastos comprometidos eran superiores a los gastos compatibles con avanzar en el objetivo de reducir el déficit cíclicamente ajustado”.
Debate político
Rojas plantea que la discusión política del Presupuesto en el Congreso justamente estará dada entre quienes consideran que debe cumplirse con la meta de convergencia al balance en 2017 y los que crean necesario postergarla. No obstante, reconoce que el ministro Valdés en sus últimas apariciones “ha insistido en que se debe respetar dicho compromiso”.
El economista de la Pontificia Universidad Católica reconoce que hasta ahora no se le ha dado mucha importancia en el mercado al sostenido crecimiento de la deuda pública bruta, considerando el compromiso asumido por el país de ir reduciendo su déficit estructural, pero esta situación podría cambiar si dicho compromiso “se relaja”.
“Claramente la situación de la deuda chilena y del Fisco sería mucho más compleja y probablemente los inversionistas internacionales lo van a considerar. Nuestro riesgo soberano y spread de deudas se van a ver afectados por eso”, asegura Rojas.
Alarcón es tajante y asegura que las cifras conocidas ponen un coto a la discusión de más o menos gasto fiscal. “Si no se cumplen ciertas tasas de crecimiento que el propio ministro había anunciado, simplemente nos podemos ir despidiendo del balance estructural”.
El ex gerente general de la Asociación de Bancos va más allá y plantea que en el caso que Hacienda abandone la meta de balance, daría una señal de indisciplina fiscal que sería inédita en los últimos años. “Los números ratifican que estamos con la economía estancada y que el margen de maniobra para tener más gasto fiscal se acabó”, enfatiza.
En las últimas semanas algunos sectores de la Nueva Mayoría –principalmente el PS y el PC - están exigiendo al ministro de Hacienda que mantenga una política contracíclica de mayor gasto fiscal que permita apuntalar el crecimiento económico. Incluso llaman a la utilización del Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) que a fines de junio de este año acumulaba poco más de US$ 14.600 millones.
En su momento el jefe de las finanzas públicas aclaró que la eventual utilización de estos recursos no implicaría un aumento del gasto fiscal. "Es una decisión estrictamente financiera. El gasto se determina por una regla, en que nosotros tenemos el compromiso de mejorar el balance estructural un cuarto de punto", enfatizó Valdés
Sin embargo, Alejandro Fernández advierte que entre los actores políticos hay una “desmedida e injustificada confianza” en los efectos económicos que tendría un eventual aumento del gasto público.
“Hay estudios que muestran que especialmente en economías pequeñas y abiertas como la nuestra, el efecto principal de aumento del gasto público se va, principalmente, a través del tipo de cambio. Es poco lo que se puede hacer desde el punto de vista fiscal para alterar el escenario de bajo crecimiento en que está la economía chilena”, explica.