Bloomberg
La campaña de Argentina para elevar las exportaciones agrícolas se está moviendo hacia una nueva frontera: las vacas con microchips.
Por primera vez, el gobierno trabajará para promover la tecnología en un esfuerzo por mejorar el rastreo de suministros y hacer las exportaciones de carne vacuna más atractivas para los posibles compradores en Estados Unidos y Asia, según Jorge Dillon, presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
En la actualidad, los agricultores utilizan etiquetas de colores en las orejas para rastrear manualmente el ganado. Los microchips, y el seguimiento digital que lo acompaña, eliminaría los errores que surgen al monitorear el movimiento de los animales con papeles, dijo Dillon en una entrevista en Buenos Aires. La tecnología puede allanar el camino para que Argentina venda su carne a países con los más estrictos requisitos de importación, dijo. Los envíos a EE.UU. están prohibidos desde 2001 debido a un brote de fiebre aftosa.
La medida refleja los esfuerzos más amplios para abrir el sector de la carne vacuna de Argentina bajo la presidencia de Mauricio Macri, quien se ha apoyado en los agricultores para impulsar una recuperación económica desde que asumió el cargo en diciembre de 2015. Es un cambio frente a su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner, que se enfocó en políticas proteccionistas. Los productores de carne de res estuvieron entre los más afectados en los años de Fernández de Kirchner, ya que los altos impuestos a las exportaciones y los controles internos de precios ahogaron la industria.
Mercado estadounidense
Funcionarios argentinos han estado negociaciones con sus contrapartes en EE.UU. para reanudar las exportaciones al país durante meses. Los avances en esas negociaciones podrían acelerar el acceso a países de Asia, incluyendo a Japón y Corea del Sur, dijo Dillon.
"Estados Unidos nos pondría en la vidriera para otros mercados muy exigentes", dijo Dillon.
El sistema de microchips será inicialmente voluntario porque el costo sería demasiado alto para los pequeños agricultores con menos de 100 bovinos, dijo Dillon.
Los inspectores estadounidenses visitaron los mataderos argentinos en diciembre, pero no ha habido mucha novedad en las negociaciones desde entonces. Dillon dijo que los funcionarios estadounidenses habían solicitado información adicional sobre los controles sanitarios y que Argentina respondió hace dos semanas. Si los inspectores están contentos con las aclaraciones, la aprobación podría ser inminente, dijo.