Malas noticias para Chile. La agencia Standard & Poor's (S&P) rebajó este miércoles la calificación de deuda en moneda extranjera a largo plazo de Chile a "A" desde "A+", mientras que la perspectiva de la clasificación la cambió desde negativa a estable.
Si bien la agencia destacó que la carga de la deuda comparativamente baja de Chile, la alta flexibilidad monetaria y las fortalezas institucionales han facilitado políticas anticíclicas para amortiguar el impacto económico y social negativo de la pandemia y la recesión mundiales", indicó que el movimiento se debe a que "es probable que las finanzas públicas de Chile se estabilicen en un nivel estructuralmente más débil después de que el impacto de la pandemia retroceda y la economía crezca a su nivel de tendencia, con déficits fiscales moderadamente más altos de lo que esperábamos persistiendo durante los próximos dos o tres años presiones de gasto".
En relación a la perspectiva estable, la firma precisó que ésta hace referencia a su expectativa de continuidad en las políticas económicas clave durante los próximos dos o tres años, de la mano de la elección de nuevas autoridades y la elaboración de una nueva Constitución.
En el detalle, la agencia indicó que es probable que la deuda pública que superará el 25% del PIB en 2021, desde el 13% en 2018, se desacelere a medida que la pandemia retroceda, el crecimiento del PIB se recupere y los déficits fiscales se reduzcan. Además, para este año S&P espera un rebote de la actividad de 5,9%, la cual se moderaría a un crecimiento promedio de 3,4% entre 2022 y 2024.
Además, S&P estimó que el PIB per cápita de Chile será de US$ 15.500 en 2021, frente a los US$ 13.200 en 2020. "Como economía pequeña y abierta, los indicadores económicos y de riqueza de Chile siguen siendo vulnerables a los choques externos. Sin embargo, el impacto de las conmociones externas, tanto positivas como negativas, sobre la economía interna ha ido disminuyendo gradualmente durante las últimas dos décadas", dice el reporte.
Fitch ratifica panorama
Minutos antes del anuncio de S&P, Fitch Ratings ratificó de la clasificación de riesgo del país, la cual por ahora se mantiene en "A-" con perspectiva "estable". Esto, luego de que en octubre pasado la firma rebajara la nota debido a los impactos del estallido social y la pandemia.
"Las calificaciones de Chile están respaldadas por un marco de política creíble centrado en un régimen de metas de inflación, tipo de cambio flexible y un balance soberano relativamente sólido, con deuda pública/PIB muy por debajo de sus pares", se lee en el informe, que agregó que "estas fortalezas se compensan con el ingreso per cápita proyectado para permanecer bajo en relación con sus pares, la alta dependencia de los productos básicos y las métricas de apalancamiento externo y liquidez más débiles".
En el plano macroeconómico, la agencia estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) se expandiría 6,1% este año, luego de la contracción de 5,8% de 2020. Esto, "debido a un efecto base favorable, flexibilización de las restricciones sociales, estímulo monetario y fiscal continuo y el impacto de una segunda ronda de retiros de pensiones que impulsar el consumo".
La firma también destacó que "el ritmo de vacunación en Chile ha sido relativamente rápido" lo cual podría conducir a la "reducción de las medidas de distanciamiento social y ayudar a impulsar el crecimiento de los servicios que se vieron especialmente afectados, lo que proporcionaría perspectivas de crecimiento al alza para 2021".
"El aumento en el precio del cobre también brinda algunas ventajas a las perspectivas de crecimiento, ya que los negocios y, en menor medida, la confianza del consumidor están altamente correlacionados con el precio del cobre", se indicó en el reporte, que también advierte que el aumento de los contagios ha llevado a las autoridades a extremar las restricciones en marzo, a lo que se suma la alta ocupación de camas UCI.
De cara a 2022, Fitch pronostica un crecimiento del 3,5% del PIB, "por encima del crecimiento de la tendencia a medida que la brecha de producción continúa cerrándose y los sectores de servicios que aún tienen un desempeño inferior, como el turismo, recuperan fuerza."
En el escenario actual, los riesgos responden a incertidumbres políticas y a "posibles disturbios sociales que rodean la reescritura de la constitución y las elecciones presidenciales y del Congreso durante los próximos dos años".