El turismo es el motor económico de Rapa Nui, pero desde marzo ha debido enfrentar la emergencia sanitaria del coronavirus con estrictas medidas sanitarias, sin ingreso de extranjeros, cierre de hoteles, restaurantes y agencias de turismo, logrando salir airosa de su lucha contra el COVID-19 y libre de contagios.
Ahora sus autoridades piensan en la manera en que deberán atraer visitantes para conocer los atractivos que la han hecho mundialmente famosa.
“Nos estamos preparando para un nuevo paradigma, el turismo va a cambiar completamente su forma de trabajar, ya no será tan masivo y tendrá que enfocarse más en colaborar con la sustentabilidad de la isla”, afirma el alcalde de Rapa Nui, Pedro Edmunds. Algunos han planteado que se deberá viajar con equipaje reducido e incluso llevar algunos alimentos.
Reconoce que la reactivación tardará. “Tengo claro que el turismo va a ser lo último que la gente va a pensar hacer, imaginar que quiera viajar de inmediato a Rapa Nui, eso no es real, hoy el 57,8% de la economía de la isla viene del turismo nacional. Ese turismo en cuotas, a largo plazo para pagar y poder venir, se terminó”.
Edmunds sostiene que estima que una vez que se terminen las restricciones aéreas “los primero aviones no van a llegar antes de octubre, esperamos volver a lo que sucedía en 1993, en donde eran cuatro aviones a la semana los que llegaban y no 15 como ocurría en marzo”.
Para fin de agosto está contemplado la llegada de dos vuelos con estudiantes y familias Rapa Nui que estaban en el continente. “Van a cumplir estricta cuarentena”, adelanta el alcalde que no quiere tener la experiencia de Nueva Zelanda y otras islas polinésicas que han tenido que cerrar fronteras. “Tahiti tenía siete casos y en un día reportó 70”, señala.
El edil cuenta que para contener el coronavirus toda la isla aplicó y cumplió una costumbre ancestral y sagrada llamada TAPU, donde todos deben mantenerse en sus casas y evitar contacto social, de no cumplir arriesgan ser castigados por los espíritus de sus ancestros.
Para palear el desempleo se creó un plan para contratar mano de obra, porque el turismo dejó a 1.800 familias sin trabajo. El programa tiene funciones como buzos para limpiar el fondo del océano. “Hay sobre 10 mil personas que habitan la isla y de los que trabajan directamente en turismo son 4.500 personas, hemos contratado unas 1.200 con recursos de la municipalidad”, dice el edil.
También están produciendo alimentos. “Hemos traído semillas y provocado sustentabilidad agrícola en 20 hectáreas, pero también en el hogar cada uno se obliga a tener alimento frescos”.
No más de 200 pasajeros semanales
La directora de la Cámara de Turismo de la isla, Maeva Riroroco, señaló que para cuando ocurra la reapertura "nos estamos preparando con los protocolos, capacitando al personal para que estén resguardados e identificando los cambios de infraestructura que vamos a tener que implementar".
Sostiene que "obviamente que hay temor de parte de la comunidad, pero más miedo da no abrir y caer en una crisis económica muy grande. El 2019 recibimos 150.000 turistas en la isla, que es cercano a los 12.000 turistas al mes. Tenemos proyectado, de acuerdo a lo que dice Latam, que vendrán uno o dos vuelos a la semana con no más de 150 personas -para poder manejar el distanciamiento entre los asientos- de los cuales no todos son turistas, también es gente de la isla que viaja constantemente a Santiago; así que en un principio esperamos no más de 200 viajeros a la semana".
Destacó que la municipalidad creará el fondo pro empleo, para las personas que trabajan en turismo que con la pandemia están sin ingresos. "Hay optimismo y eso hace que las personas estén más creativas, reinventándose con el propósito de mejorar la isla para cuando abramos al público".
Con foco en las experiencias
El dueño del Hotel Vai Moana, Edgar Hereveri, señaló que han utilizado este tiempo de paralización económica para realizar proyectos de remodelación y sobre todo "para desarrollar una oferta turística enfocada en las experiencias. Hoy estamos formando una pequeña aldea demostrativa dentro del hotel para los futuros pasajeros, porque comenzamos a visualizar que el turismo ha cambiado y en el mundo se están enfocando también en el turismo vivencial y cultural".
Señaló que "nos estamos preparando para este nuevo modelo con trabajos más personalizados y actividades en las áreas verdes". Entre las actividades, se cuentan talleres de curanto, de trabajo con conchitas de mar y de pintura corporal, además de las necesarias medidas sanitarias.
