Otra quiebra de una constructora. Triada, fundada en 2006 y representada por Fernando Balmaceda, solicitó su liquidación voluntaria, apuntando a los negativos efectos que tuvo la crisis social y la pandemia en la empresa.
La compañía operaba en las regiones de Valparaíso y Metropolitana. Partió con la construcción de un condominio en Cachagua. En 2015, la empresa se expandió y se adjudicó un proyecto en el Arrayán, en Lo Barnechea. Luego sumó obras en Maitencillo, Los Vilos, Papudo, Marbella y La Reina.
“A fines de 2019, se produjo el denominado estallido social, lo que ocasionó una demora en la llegada de los materiales, y más importante aún, una fuerte ausencia de trabajadores en el mes de noviembre y diciembre, producto de bloqueos de carreteras y falta de movilización en el sector costero”, detalló el abogado de la firma, Juan Pablo Barayón, en su escrito presentado a la justicia.
Posteriormente, dijo, se desató la emergencia sanitaria. “Constructora Triada S.A. se vio obligada a paralizar varios proyectos”, explicó el jurista, quien detalló que, en abril, la firma acogió a sus trabajadores a la Ley de Protección del Empleo.
En este contexto, el abogado de la constructora dijo que las inmobiliarias de los proyectos de La Reina y Marbella decidieron dar término a los contratos y procedieron a dar cobro a las pólizas de seguro.
“Actualmente Constructora Triada S.A se encuentra finalizando sus obligaciones contractuales en el proyecto de Papudo, pero no ha podido encontrar nuevos trabajos, dada la situación económica de la empresa y la incertidumbre tanto política como sanitaria por la que atraviesa el país”, sostuvo Barayón.