Sus ejecutivos solicitaron ayuda estatal en forma pública al comienzo de la pandemia. Las distintas aerolíneas señalaron que sin apoyo no pasaban mayo. Sin embargo, aún no hay una fórmula gubernamental que se haya puesto sobre la mesa. “Hay otras prioridades” han señalado distintos ministros, aumentando una incertidumbre en el sector aeronáutico que aumenta día a día.
Hoy Fitch Rating le rebajó la calificación de largo plazo a varias compañías, incluida Latam, desde BBB a BB y la perspectiva de B + a B −. Esto debido a la erosión del flujo de caja durante los próximos meses y el deterioro de la flexibilidad financiera, lo que se traduce en un aumento del riesgo de crédito para el sector aéreo.
Una decisión que vino a aumentar el complejo escenario de Latam, que hoy funciona al 5% de su capacidad, sin horizonte cierto para su recuperación, considerando que varios países ya han anunciado que potenciarán las restricciones de tráfico aéreo. De hecho, al interior de las compañías ya proyectan que la demanda se reducirá incluso por años.
Frente a este escenario, en el mercado ya se conversa el camino que debería seguir Latam para salir de la crisis. En la firma señalan que están analizando distintos mecanismos, pero prefieren no referirse al tema. Pero lo cierto es que ya muchos miran el capítulo 11 de la Ley de Quiebras que ofrece Estados Unidos para empresas con problemas de liquidez, como el camino más adecuado.
Para poder hacerlo, se requiere que la compañía en cuestión tenga algún activo y algún proveedor en ese país, condiciones que cumple Latam: su centro de operaciones se encuentra en Miami, y mantiene deudas con varios bancos allá.
Fernando Del Sol es uno de los pocos chilenos que se ha acogido al Capítulo 11 en Estados Unidos, y el segundo en el mundo en llevar una empresa internacional a utilizar estos tribunales, que tienen jueces expertos en resolver este tipo de situaciones de iliquidez.
“Si no me hubiese acogido, mi empresa Edelnor (la eléctrica que luego se transformó en Engie) habría quebrado y en el año 2002, más de 2000 familias habrían quedado en la calle”, cuenta Del Sol, cuyo caso fue escrito por la Escuela de Negocios de Harvard.
Con esa experiencia sobre los hombros, es uno de los que consideran que es la mejor forma de que Latam sobreviva. “Pienso que para Latam sería un gran beneficio. Hay mucho desconocimiento de lo que esto significa, muchos creen que si se acogen están en bancarrota, pero no es así. El capítulo 11 es una fórmula para que las empresas solventes sobrevivan, que no es una ayuda a los accionistas, sino que a todos los actores involucrados con ella, incluidos los trabajadores, los proveedores y acreedores. Permite que las compañías se reestructuren y vivan", asegura.
"El estado de Chile no tiene las herramientas políticas, ni la experiencia que requiere una reestructuración tal compleja como Latam siendo vital que está empresa sobreviva por el costo social que tiene asociada”, sentencia Del Sol.