Las señales de reactivación comienzan a extenderse al mercado laboral. La tasa de desocupación nacional se ubicó en 8,9% en el trimestre mayo-julio pasado, lo que implica un descenso de 4,2 puntos porcentuales comparado con igual periodo de 2020.
Además, la cifra está por debajo del 9,2% esperado por los analistas consultados por Bloomberg.
Según lo informado esta mañana el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), este resultado se explicó por un alza de la fuerza de trabajo (9,9%) menor a la presentada por los ocupados (15,2%). En suma, se trata de más de 107 mil nuevos puestos de trabajo en relación al trimestre anterior. Además, en doce meses se crearon 1 millón de puestos de trabajo.
Como consecuencia, los desocupados disminuyeron 25,0%, incididos por los cesantes (-25,9%) y aquellos que buscan trabajo por primera vez (-12,2%).
Entre las mujeres el desempleo fue de 9,2% y en hombres en 8,7%, decreciendo 3,3 puntos porcentuales y 4,8 puntos porcentuales, respectivamente.
La expansión de los ocupados fue influida por construcción (48,7%), comercio (17,7%) y transporte (24,8%).
Por categoría ocupacional, los principales aumentos se presentaron en trabajadores por cuenta propia (37,5%) y asalariados formales (8,6%).
La tasa de ocupación informal se situó en 26,9% creciendo 4,6 pp. en doce meses. Asimismo, los ocupados informales aumentaron 38,9% incididos, tanto por los hombres (39,0%) como por las mujeres (38,8%), y por los trabajadores por cuenta propia (54,5%).
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Además, en doce meses se crearon 1 millón de puestos de trabajo.
Volumen de trabajo
La tasa de desocupación ajustada estacionalmente elimina los efectos de los factores exógenos estacionales de naturaleza no económica que influyen en su comportamiento coyuntural. Este indicador estimado fue 8,7%, retrocediendo 0,7 pp. con respecto al trimestre móvil anterior, como consecuencia del aumento de la fuerza de trabajo (0,6%) y la disminución de los desocupados (-6,6%) y el aumento de los ocupados (1,4%).
En doce meses, el volumen de trabajo medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados creció 30,0%. De igual modo, el promedio de las horas trabajadas aumentó 12,8%, llegando a 36,3 horas.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial (que mide el número de personas desocupadas más personas iniciadoras disponibles e inactivos potencialmente activos) alcanzó 19,2% con una disminución de 11 puntos porcentuales en el período.
En los hombres el indicador se situó en 17,3% y en las mujeres en 21,8%. La brecha de género fue 4,5 pp.
En la Región Metropolitana la tasa de desocupación alcanzó 9,5%, registrando una disminución de 4,0 pp. en doce meses, producto de aumento de la fuerza de trabajo (14,2%) inferior en magnitud a la variación registrada por los ocupados (19,6%).