Fue una decisión que no solo aplaudieron en Palacio. Gran parte de los economistas de distintas sensibilidades aseguran que la definición del Banco Central de solicitar una línea de crédito al Fondo Monetario Internacional (FMI) en una crisis que impacta a todo el mundo, fue sensata. Sobre todo porque este tipo de respaldos, sólo se aprueban en países que son capaces de demostrar solvencia económica. Por lo mismo, todos aseguran que “el visto bueno” para esta línea de crédito por US$ 24 mil millones llegaría pronto.
Durante las últimas semanas, la Dirección de Presupuesto entregó cifras y proyecciones económicas que harían plausible concretar la entrega de recursos, que solo se utilizaría en caso de que el Estado enfrente una emergencia. “Regularmente el FMI pide números y datos concretos de finanzas públicas, pero esta vez solicitaron información más detallada”, explica a T13.CL el director de Presupuesto, Matías Acevedo.
La noticia de que el ente emisor concretaría esa solicitud ya rondaba en el gobierno. “Este tipo de decisiones, el Central por supuesto que las habla primero con el Presidente. No es que le pida permiso, porque es un ente autónomo, pero obviamente son cosas que se conversan”, explica en privado un economista.
Se trata de una línea de crédito flexible por dos años, que se autoriza a países con una situación macroeconómica sólida. “Esta línea puede ser girada para proveer liquidez en moneda extranjera en casos en que el Banco Central lo estime conveniente, cuando se requiera suplementar las reservas internacionales y no tiene como propósito el financiamiento fiscal”, afirma José de Gregorio, ex presidente del ente emisor, algo que también aclaró el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, para bajar expectativas respecto a los que pensaban que estos recursos llegaban a apoyar la agenda social.
Los detalles
Esta línea de crédito fue diseñada originalmente después de la crisis asiática, y luego se modificó para llegar a este sistema flexible de pago. Sólo tres países antes de la crisis la obtuvieron: Colombia, México y Polonia, y Perú se encuentra hoy a la espera de acceder a ella. Si bien el FMI le había ofrecido a Chile este respaldo, el Banco Central no se había sentido en el apremio de tomarlo, entre otros porque “era leído como una señal de debilidad”. “Esto es un respaldo, no una ayuda”, recalca Rodrigo Vergara, ex cabeza del Central, lo que para varios economistas es positivo en la situación actual: saber que hay más respaldos que la reserva propiamente tal”.
Si bien todos esperan que Chile obtenga una rebaja en su clasificación por lo estresada que ha quedado su política fiscal, esta línea de crédito no colabora a que eso suceda más pronto. Según varios economistas, esto funcionaria al revés: le da más seguridad al país de que frente a una crisis aún mayor no se van a generar problemas de liquidez. En visión de De Gregorio: “es un gran beneficio tener a muy bajo costo una línea de crédito contingente para complementar las reservas internacionales en caso de problemas de liquidez en moneda extranjera. En consecuencia, la decisión del banco central de solicitar esta línea es plenamente justificada”.