Con disgusto reaccionaron algunos miembros del empresariado al enterarse del veto presidencial impuesto por la Presidenta Michelle Bachelet a la reforma laboral, el cual eliminó uno de los puntos clave, de acuerdo al empresariado: los pactos de adaptabilidad, uno de los únicos elementos que a su juicio, contribuían en un aumento de la productividad en el proyecto.
La noticia que fue confirmada ayer, ha generado molestia por parte de la Sociedad Nacional de Agricultura. Patricio Crespo, presidente del organismo, afirmó que esta reforma será un retroceso y deja espacios para la judicialización. A su vez lamentó que el Gobierno haya optado por vetar todas aquellas secciones del proyecto que le daban “un sentido de modernización y adaptabilidad a las relaciones laborales”.
“Lo que hemos conocido recién es la culminación de un mal proceso. Desde sus inicios, señalamos que la reforma laboral presentada por el Gobierno no era, en nuestra opinión, lo que Chile y sus trabajadores requieren. Al insistirse con la tramitación del veto, el Ejecutivo está echando abajo el único elemento de modernización de relaciones laborales”, dijo Alberto Salas, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), consigó El Mercurio.
Según la Sofofa el veto si bien busca ponerle término a una discusión, lo hace de forma incorrecta “eliminando los pocos avances que la ley ofrecía a trabajadores y empleadores”. Junto a ello, hicieron un llamado al Congreso a evaluar técnicamente la conveniencia de contar con herramientas que otorguen flexibilidad laboral a través de pactos de adaptabilidad.
De acuerdo al economista Bernardo Fontaine,“los trabajadores perdieron con la decisión de la Mandataria, porque no podrán acordar jornadas de trabajo más cómodas”, dando espacio así, para la inquietud que aqueja al mundo empresarial en relación a las lagunas que hay en el proyecto.
