OCDE alerta sobre necesidad de reformas estructurales en Chile para reducir desigualdad
El "enorme progreso económico" y la "reducción continuada de la pobreza" que había logrado Chile en las últimas décadas lamentablemente se han visto frustrados por la pandemia del coronavirus y el estallido social de 2019, los cuales "han paralizado la economía".
Este es el panorama que ilustra la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su Estudio Económico sobre Chile 2021, el cual recuerda que el año pasado el país experimentó una recesión económica sin precedentes, con una contracción que habría llegado a 6%.
Este año el Producto Interno Bruto (PIB) alcanzaría una expansión de 4,2%, crecimiento que gradualmente permitiría volver a los niveles de actividad previos a la pandemia a fines de 2022, gracias a que "la existencia de un marco institucional y macroeconómico sólido está permitiendo a Chile navegar bien la crisis".
La OCDE sugiere que en el corto plazo las prioridades deben enfocarse en la pandemia y sus coletazos económicos. "Prevenir los contagios, continuar con el programa de vacunación y evitar futuras olas de Covid-19, respaldando el sistema sanitario y ofreciendo apoyo a las familias, los trabajadores y las empresas más vulnerables" son las recomendaciones inmediatas a las autoridades locales, en las que se destaca particularmente el Ingreso Familiar de Emergencia.
Pero, a medio plazo y cuando la recuperación económica ya esté en marcha, la entidad propone que "Chile debería implementar un ambicioso programa de reformas estructurales destinado a fomentar el crecimiento inclusivo y a reducir el nivel persistentemente elevado de desigualdad".
Luego, cuando la recuperación esté afianzada, "podría abrirse una oportunidad para alcanzar un consenso entre los ciudadanos en lo relativo a las grandes reformas pendientes y seguir reduciendo las desigualdades".
Revisión tributaria pendiente
En este momento, más de la mitad de los chilenos -un 53%- se encuentra en situación de vulnerabilidad económica, lo que significa que si bien no se consideran pobres, están en riesgo de sufrir pobreza, y la pandemia podría recrudecer dichas vulnerabilidades.
Mejorar los resultados educativos sería una herramienta clave para reducir las brechas a largo plazo -por lo que la organización recomienda incrementar el gasto en la materia-, pero la OCDE pone el acento en el sistema tributario y en su capacidad de convertirse en una herramienta clave para reducir la vulnerabilidad.
"El sistema de impuestos y transferencias todavía no es eficaz", dice el director de Estudios Económicos Nacionales de la entidad, Álvaro Pereira, quien alerta que "las desigualdades de ingresos antes y después de impuestos y transferencias no disminuyen mucho".
El informe plantea que "la base del impuesto sobre la renta de las personas físicas es demasiado limitada", y propone "ampliarla una vez que la recuperación se encuentre afianzada permitiría aumentar la recaudación". A esto agrega que "los recursos adicionales obtenidos pueden utilizarse para crear un impuesto negativo sobre la renta, que garantizaría que todos los hogares y todas las personas recibieran una prestación básica".
A juicio de la economista de la OCDE para Chile, Paula Garda, en dicho punto "hay bastante margen para poder hacer el sistema tributario que redistribuya mejor los ingresos", lo que Pereira complementa diciendo que "no estamos hablando de acabar con las exenciones, pero racionalizarlas para tornar el sistema justo y eficaz, eso es lo que estamos hablando".
Pese a la urgencia del tema, los economistas advierten que es importante trabajarlo después de la pandemia, cuando la recuperación esté afianzada. "Pensamos que ahora es preparar, pero no aumentar impuestos", sugiere el experto
Vacunas para la reactivación
La recuperación estaría impulsada por el consumo privado -respaldado temporalmente por los retiros de fondos de pensiones-, y las medidas adoptadas por el Gobierno, y la inversión se retomaría lentamente, condicionada a la evolución del virus y la vacunación.
"La meta ambiciosa de tener a 5 millones de chilenos y chilenas vacunadas hasta el invierno es importante de cumplir", afirma el experto, quien destaca que una inoculación masiva permitiría evitar problemas como los que viven Europa o EEUU durante los meses de frío, además de disminuir las restricciones.
Pero, ante un panorama de inédita incertidumbre, el reporte también advierte riesgos. La principal preocupación de la OCDE es la persistencia del brote, el cual podría provocar cicatrices más profundas y el resurgimiento de conflictos sociales.
Una vez contenido el virus, la entidad dice que "el fracaso o la demora en el cumplimiento de la agenda social y la renovada inestabilidad social representan un riesgo adicional para las perspectivas", pero dice que "la implementación de las reformas sociales anunciadas mantendrá la estabilidad". Por el contrario, el resurgimiento e incluso la profundización de los conflictos sociales podrían amplificar y prolongar la profunda recesión provocada por la pandemia.
Productividad nuevamente en deuda
Si en el informe sobre Chile de 2018 la OCDE alertaba sobre la baja productividad, tres años después repite este llamado de atención. "En Chile existe una división de larga data entre un reducido número de empresas grandes y productivas y una larga cola de micro, pequeñas y medianas empresas con unos resultados modestos en términos de productividad", se lee en el documento, que advierte que probablemente las empresas de menor tamaño sean las más afectadas por las medidas para contener la pandemia.
A esto, Pereira agrega que "en Chile hay sectores que todavía son muy dominados por pocos grupos empresariales", por lo que plantea que "es importante aumentar la competencia en algunos sectores para aumentar la productividad y la competitividad de la economía chilena".
En términos generales, el director de la unidad recalca que "Chile se distinguió del resto de América Latina por su actitud reformista, y esa tiene que ser la actitud en los próximos años".