Quince países firmaron este domingo un ambicioso acuerdo comercial que permitirá a China expandir su influencia en la región, y que esperan contribuya a revertir los efectos de la pandemia de coronavirus.
Esta Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) creará una gigantesca zona de libre comercio entre las 10 naciones que integran el ASEAN (Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Birmania, Camboya, Lagos y Brunei) así como China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
"Estoy feliz de que después de ocho años de negociaciones complejas, podamos terminar oficialmente hoy las negociaciones del RCEP", declaró el primer ministro vietnamita Nguyen Xuan Phuc, cuyo país ostenta la presidencia rotativa del ASEAN.
Los integrantes, que firmaron el acuerdo al término de la cumbre del ASEAN iniciada el jueves, que este año debido al coronavirus se hizo por videoconferencia, representan el 30% del Producto Interno Bruto, el mayor del mundo, y juntos suman 2.100 millones de consumidores.
El acuerdo para reducir aranceles y abrir el comercio de servicios en el bloque pretendía ser una alternativa que lideró China para competir con el ahora difunto acuerdo propulsado por Estados Unidos, enterrado por Donald Trump.
El RCEP "consolida las amplias ambiciones geopolíticas regionales chinas en torno a la iniciativa de la Ruta de la Seda", dice Alexander Capri, un experto en comercio de la Escuela de Negocios de la Universidad Nacional de Singapur, en referencia al proyecto de infraestructuras que pretende expandir la influencia de China en el mundo.
"Es una suerte de elemento complementario", asegura.
Mucho de los países firmantes sufren importantes rebrotes del coronavirus y esperan que el RCEP les permita mitigar los demoledores costes de una enfermedad que ha socavado sus economías.
Indonesia recientemente cayó en su primera recesión en dos décadas mientras la economía de Filipinas se contrajo 11,5% interanual en el último trimestre.
"El covid ha recordado a la región por qué el comercio importa y los gobiernos están más ansiosos que nunca por lograr un crecimiento económico positivo", dice Deborah Elms, directora ejecutiva del Asian Trade Centre, un grupo de asesoría con sede en Singapur.
"El RCEP puede ayudar".