AFP
El presidente francés, Emmanuel Macron, dedica este martes la segunda jornada de su visita de Estado a China a asuntos comerciales con la esperada firma de medio centenar de acuerdos y de contratos en diferentes sectores.
Durante esta visita, París aspira a obtener un mejor acceso al mercado chino para sus productos agrícolas y agroalimentarios, así como para sus bancos; concluir ventas de Airbus y de motores Safran y hacer avanzar un enorme contrato para Areva sobre el equipamiento de una planta de procesamiento de residuos radioactivos.
Las negociaciones franco-chinas se prolongaban hasta el último momento, aunque la firma de los contratos en presencia de Macron y de su homólogo chino, Xi Jinping.
Macron llegó a China con unos 50 dirigentes de empresas, entre ellos los de Areba, Airbus, Safran y la eléctrica EDF.
A cambio, Francia espera animar las inversiones chinas en Francia "en tanto en cuanto sean creadores de empleo y de crecimiento para nuestros países y se inscriban en asociaciones equilibradas y a largo plazo", según el Elíseo.
Estas inversiones siguen aumentando (6.000 millones de euros a finales de 2016, contando las de Hong Kong), pero están muy lejos de las inversiones francesas en China (33.000 millones de euros).
"Hay que estructurar las relaciones en términos de propiedad intelectual, estructurar un mayor acceso al mercado chino, permitir las inversiones chinas en Francia", declaró el jefe de Estado francés al llegar este martes a la incubadora de empresas Soho Q, en Pekín.
Macron aprovechó para asistir a la firma de un contrato con el gigante chino de la venta en línea JD.com, que se comprometió a vender bienes franceses por un valor de 2.000 millones de euros (2.400 millones de dólares) a los consumidores chinos en los próximos dos años y gastar 100 millones de euros en productos industriales franceses.
Francia debe "adaptarse"
"China persigue su estrategia de desarrollo económico y, teniendo en cuenta el tamaño de este mercado, esto tiene un impacto en toda la globalización. El deber de Francia es comprender bien estos movimientos [...] Si Francia no sabe adaptarse, quedará difuminada", advirtió el mandatario francés.
Macron comenzó su jornada del martes con una visita a la Ciudad Prohibida, junto a su esposa Brigitte y a alumnos del Liceo francés de Pekín. Allí pudo meditar sobre una frase escrita para los emperadores: "Con equidad, gobernar desde el centro".
Durante su visita a China el pasado noviembre, el presidente estadounidense, Donald Trump también pudo conocer la Ciudad Prohibida, pero además estuvo guiado por el propio Xi Jinping y disfrutó de una excepcional cena en el interior del palacio.
Emmanuel Macron mantendrá reuniones políticas en la tarde del martes con el presidente chino, antes de regresar el miércoles a París. En su primer discurso, el lunes, prometió regresar a China "al menos una vez al año" para "generar confianza paso a paso".