"China nos está desgarrando. Hay que traer los empleos a casa".
Ese es uno entre decenas de mensajes que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado contra sus "enemigos", a los que enfrenta en una guerra comercial con imposición de aranceles.
No pierde la oportunidad de acusar a países como México, Canadá, Japón, China y Alemania, de aprovecharse de las ventajas que les han dado "estúpidos acuerdos comerciales" firmados en el pasado.
"Todos los países del mundo quieren sacar riqueza de Estados Unidos".
Por eso la retórica discursiva, cuando se trata de estos temas, siempre incluye el anuncio de que su gobierno está bajando y seguirá disminuyendo el déficit comercial con el resto de los países.
Básicamente, dicen que quieren vender más productos de los que compran.
Pero las cifras dicen otra cosa. En el primer semestre de este año el déficit llegó a US$291.200 millones, 7,2% más alto que el mismo período del año anterior y camino a convertirse en el mayor de la última década, pese a los esfuerzos de Trump por reducirlo.
Sin embargo, para muchos economistas, el aumento del déficit este año tiene que ver con que los consumidores están comprando más de lo que el país produce, en medio de una economía con casi pleno empleo y crecimiento económico sostenido.
"Como apretar un globo"
"Es una vieja falacia creer que los países pierden comercialmente si el total de sus exportaciones no supera a las importaciones", escribió Maurice Obstfeld, director de Investigación del Fondo Monetario Internacional.
"Los déficit a menudo juegan un papel económico vital. Por ejemplo, pueden ayudar a los países a financiar inversiones productivas de largo plazo que al final aumentan el ingreso nacional y la riqueza".
Gary Clyde Hufbauer, investigador senior del Peterson Institute for International Economics, le dijo a BBC Mundo que ninguna de las políticas de la Casa Blanca reducirá el desbalance comercial.
"El déficit está creciendo por la fortaleza de la economía estadounidense y del dólar".
Los aranceles impuestos por Trump, dice Hufbauer, no comprimen el déficit comercial. Es como apretar un globo".
El efecto recorte de impuestos
Algunos analistas piensan que las políticas fiscales del gobierno han jugado en su contra.
"La reducción de los impuestos personales ha provocado un aumento del gasto de los consumidores, lo cual implica, en gran medida, más importaciones", le dice a BBC Mundo Kathy Bostjancic, del centro de estudios Oxford Economics.
Por otro lado, "al reducir los impuestos personales y corporativos, el déficit fiscal se está disparando una vez más", agrega.
"Eso significa que tenemos que depender más de las inversiones extranjeras para financiar el aumento del déficit fiscal, lo cual a su vez, provoca un mayor déficit comercial".
La promesa que no ha logrado cumplir
El argumento central de Trump es que los malos acuerdos comerciales con otros países han provocado un déficit comercial que ha hecho que Estados Unidos compre más productos de los que vende.
Por eso su caballo de batalla ha sido que bajará ese déficit para "ganarle" a los demás países.
"El presidente prometió una transformación de la política comercial para disminuir el déficit, pero eso es algo que está por verse", le dijo a BBC Mundo Lori Wallach, directora de la organización ciudadana Global Trade Watch.
"Hasta ahora no ha cumplido su promesa", agrega.
En general, hay varios mecanismos disponibles para reducir los desbalances comerciales con otros países.
Por ejemplo, una recesión económica baja el déficit comercial. Si Estados Unidos no le comprara mucho a China o Alemania porque no está viviendo un buen momento económico, entonces el déficit caería.
La otra manera es promover el ahorro por parte del gobierno y de los consumidores, algo que actualmente en Estados Unidos está lejos de ocurrir.
Y la apuesta de Trump es el proteccionismo, un camino que lo ha llevado a enfrentarse a varios países y que puede tener consecuencias insospechadas.