El gobierno de Reino Unido ha sido acusado por algunos de sus propios parlamentarios de "hacer la vista gorda" con respecto al "dinero sucio" que entra de Rusia y que pone en riesgo la seguridad nacional británica.
El Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes denunció en un reciente informe que la ciudad de Londres estaba siendo utilizada para esconder los "bienes corruptos" del presidente Vladimir Putin y sus aliados.
Titulado "Oro de Moscú: corrupción rusa en Reino Unido", el informe dice que la relación financiera entre ambos países continúa "igual que siempre" a pesar de que al Kremlin fuera vinculado con el intento de asesinato por envenenamiento del exespía ruso Sergei Srkipal y de su hija.
Como reacción al atentado, el gobierno británico expulsó a 23 diplomáticos rusos y suspendió los contactos bilaterales de alto nivel entre ambos países.
No obstante, unos días después, Rusia pudo comerciar con miles de millones de dólares en bonos en Londres, donde casi la mitad de los inversionistas fueron de Reino Unido, según el informe.
El Comité de Asuntos Exteriores señala que esa política contradictoria del gobierno británico menoscaba los esfuerzos de Reino Unido de hacerle frente a toda la gama de medidas ofensivas del presidente Putin.
"La letárgica respuesta (de Reino Unido) se toma como prueba de que no nos atrevemos a frenarlos", escribió el presidente del comité, el parlamentario conservador Tom Tugendhat, en una columna del diario Sunday Times antes de la publicación del informe. "Los mercados de Londres están posibilitando las acciones del Kremlin".
Blanco fácil
El informe reconoce que cuantificar la extensión del problema es un gran desafío pues resulta difícil establecer cuánto del dinero de ciertos individuos rusos proviene de prácticas ilegales.
La Agencia Nacional Criminal le indicó al comité parlamentario que "muchos cientos de miles de millones de libras esterlinas de dinero criminal internacional son lavados a través de bancos en Reino Unido y sus subsidiarias cada año".
Por su parte, la Fundación Anticorrupción, también citada en el informe, estimó que unos 100.000 millones de libras (US$134.000 millones) en dinero ruso han entrado a Reino Unido en los últimos 20 años. Sin embargo, añadió que sólo una fracción de ese dinero procede de la corrupción y el crimen.
Londres, a su vez, facilita esas transacciones por interés propio y para evitar que esos dineros terminen en Nueva York y otros lugares.
Quienes rindieron testimonio ante el comité coincidieron en que es un imán natural para los rusos. Como capital del mundo de las finanzas y los negocios tiene mucho que ofrecer.
El sistema financiero británico se ve como un blanco fácil para los oligarcas conectados con el Kremlin para esconder sus bienes en Londres y lavar el dinero obtenido ilegalmente en Rusia.
"Pueden aprovecharse de todas las libertades y protecciones legales que tenemos aquí mientras roban en casa", declaró a los parlamentarios el periodista Luke Harding. "Robas en un lugar de nihilismo legal y lo inviertes en un lugar de solidez legal".
"Absoluta cleptocracia"
El informe establece una relación directa entre la riqueza de los oligarcas y la habilidad del presidente Putin de ejecutar su agresiva agenda de relaciones exteriores y política interna.
Los actuales oligarcas le deben su riqueza al presidente y, conforme a eso, actúan como una fuente de financiamiento privado para el Kremlin, afirma el documento.
Roman Borisovich, cofundador de la Fundación Anticorrupción, acusa a Rusia de ser una "absoluta cleptocracia" en la que la élite política está saqueando el tesoro nacional.
Pero el dinero no se queda en Rusia, indica. Después de un rápido lavado en cuentas extraterritoriales, llega a Londres donde se invierte en acciones, bonos, propiedades, yates, aviones y lo que llama "lavado de prestigio".
Y las sanciones internacionales que se han venido aplicando durante los últimos años contra el gobierno de Putin y sus oligarcas asociados -a partir de la anexión de Crimea en 2014 y endurecidas tras el envenenamiento del Skripal- no parecen ser un obstáculo.
En noviembre de 2017, el Grupo En+ recaudó unos US$1.400 millones en una venta de acciones en el mercado bursátil de Londres.
En esa época, En+ era controlado por el multimillonario Oleg Deripaska, un conocido socio del Kremlin que también tenía mayoría accionarial en la importante firma de aluminio Rusal.
Rusal, según un testigo, es una compañía que suministra material bélico al ejército de Rusia que puede ser utilizado en el conflicto en Siria.
Igualmente, dos de los bancos rusos involucrados en el intercambio bursátil, VTB Capital y Gazprombank, son objeto de sanciones desde 2014.
Todos esos vínculos debieron haber levantado la alarma, resalta el informe, pero la transacción ocurrió, facilitada por la firma legal británica Linklaters.
Deripaska fue luego incluido en una lista de sanciones de Estados Unidos en abril de 2018.
El comité también señala que la gigante empresa de gas rusa Gazprom pudo comerciar con bonos en Londres "pocos días después de los intentos de asesinato" contra Skripal y su hija.
El 15 de mayo, de 2018, la embajada de Rusia en Reino Unido se jactó en su cuenta de Twitter de la alta demanda (tres veces lo esperada) para los bonos en Londres, declarando: "El negocio sigue igual que siempre".
A esto se añade que, seguidas las expulsiones de los 23 diplomáticos rusos de Reino Unido, se pusieron en venta bonos de la deuda soberana de Rusia.
El proceso recaudó US$4.000 millones en eurobonos, casi la mitad de los cuales fueron comprados por inversionistas de Reino Unido.
El presidente del Comité de Relaciones Exteriores expresó que los ministros de gabinete deberían investigar las "grietas" en las sanciones contra el gobierno ruso que le permiten a ese régimen y a los individuos vinculados al presidente Putin continuar recaudando fondos en la ciudad de Londres.
"La magnitud del daño que este 'dinero sucio' puede causarle a los intereses de política exterior de Reino Unido opaca el beneficio de las transacciones rusas en la ciudad", sentenció Tom Tugendhat.
Aunque no fue invitado a declarar, el ministro de Seguridad y Crimen Económico, Ben Wallace, afirmó que Reino Unido estaba "decidido a sacar el dinero sucio y a los lavadores de dinero".
"Utilizaremos todos nuestros poderes, incluyendo los nuevos poderes que contempla el Acta de Finanzas Criminales, para apretar los tornillos contra los que amenazan nuestra seguridad", añadió.
Distintos inversionistas
Pero Andrey Kortunov, director del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, un centro de investigación financiado por el gobierno de ese país, piensa que no es justo medir a todos los inversionistas con la misma vara.
"No creo que se pueda proponer que la mayoría del dinero ruso que está colocado en Londres está siendo utilizado para servir los intereses de la política exterior de Rusia", argumentó.
"Hay personas muy diferentes, con historias diversas y algunas de ellas son grandes opositoras del liderazgo ruso".
Sin embargo, el informe del comité sostiene que los bienes almacenados y lavados en Londres asisten directa e indirectamente la campaña del presidente Putin para subvertir el sistema internacional basado en reglas y leyes.
El informe insta al gobierno a demostrar un "más fuerte liderazgo político", recomendando más sanciones a los individuos conectados con el Kremlin, cerrar las grietas de las sanciones que favorecen a ese gobierno y acelerar los planes para revelar una transparente propiedad corporativa.