Dicen que uno de los primeros personeros de la oposición en encarar a la ministra María José Zaldívar fue el senador socialista Carlos Montes, quien el lunes pasado, en los pasillos del Congreso, le planteó a la titular de Trabajo, que consideraba una locura establecer discusión inmediata a un proyecto tan fundamental para la gente, pero que aún no encuentra consenso en la oposición.
Algo parecido hizo el senador democratacristiano Jorge Pizarro, quien ayer le enrostró al ministro de Hacienda, Ignacio Briones, que él no estaba dispuesto a aceptar lo que llamó “un chantaje” respecto al apuro que estaba imponiendo el Ejecutivo para tratar el tema previsional. Señaló que “era altamente explosivo” que el gobierno, el encargado de llevar la relación con el congreso, en el momento actual, lo hiciera apretando los tiempos.
Esto hizo retroceder los planes de Trabajo. Según afirman cercanos a Zaldívar, la ministra ya había conversado con parlamentarios oficialista -e incluso de oposición-, la idea de discutir la iniciativa en una especie de supercomisión, uniendo la de Hacienda con la de Trabajo, de manera de agilizar las conversaciones, algo que finalmente no cuajó y las tratativas deberán comenzar primero en Trabajo, como estaba dispuesto.
Mesa negociadora flash
En medio de las divergencias fue el senador Juan Pablo Letelier el que negoció con el Ejecutivo la idea de establecer urgencia simple al proceso, lo que significan otros 30 días, a cambio de que la ministra hiciera la presentación del proyecto ayer en el Congreso, un hito importante en la tramitación y que hoy deja “la pelota” en manos de los parlamentarios, que durante este mes debieran despejar los dos nudos más importantes de la iniciativa previsional: cómo se reparte el 6% de cotización adicional y la regulación de la industria, que tiene que ver con cuánto se toca a las AFP.
Como en estas dos materias las posiciones están alejadas, desde el martes el ministerio del Trabajo y la oposición trabajan en el diseño de un equipo técnico de negociación, que será integrado por un miembro del ministerio de Trabajo, otro de la Dirección de Presupuesto (Dipres), y dos técnicos de oposición, que ayuden a acercar las posturas de un proyecto que sigue siendo prioridad número uno para los chilenos, algo que estaría ad portas de cerrarse, para establecer un cronograma esta semana, y comenzar a trabajar a partir del lunes.
Hoy se cerrará la participación de la economista Paulina Benavides, mano derecha del ex ministro de Hacienda Rodrigo Valdés, en el proyecto previsional de la ex presidenta Bachelet, y quien además tiene vasta experiencia en el ministerio de Hacienda y la Dipres, con un ingrediente a su favor: tiene buena llegada en todo el espectro político.
La piedra de tope
Un dato estratégico en la discusión es que el gobierno estaría disponible a acoplarse a la idea de la DC de establecer que un 3% vaya a un fondo colectivo que se destine a reparto para mejorar las pensiones hoy, y el otro 3% que sea un beneficio para mejorar las pensiones en el futuro: o sea en relación a los años y montos cotizados.
La piedra de tope: el gobierno quiere que esta parte sea heredable, como ocurre con las cuentas individuales, de modo de asegurar la pensión de sobrevivencia, que es el beneficio que reciben los integrantes del grupo familiar de cualquier afiliado fallecido, algo que rechazan de plano entre los integrantes de la oposición. En este escenario, el senador Montes pronostica al menos dos meses de debate, lo que frustraría la promesa que La Moneda hizo a fines del año pasado de concretar la mejora de las pensiones el 1 de abril. En cambio, fuentes que conocen la interna, aseguran la fecha que se maneja en Palacio es que el anuncio se concrete el 1 de junio para la cuenta pública.
