Los cálculos de la industria de las pensiones para alertar del impacto del retiro de fondos
Hasta hace poco tiempo lo que había sucedido en Perú, que permitió el retiro de los fondos de pensiones -primero en un porcentaje menor, y luego hasta el 95% provocando un quiebre del sistema- fue razón suficiente para ni siquiera se discutiera la posibilidad de acceder a parte de los ahorros en Chile. Todos sabían, sin embargo, que había que hacer cambios fundamentales para mejorar las pensiones de los chilenos. Pero en seis años el sistema político no logró ningún acuerdo para hacerlo. Es en ese escenario que hoy se discute una modificación fundamental para que el chileno pueda enfrentar el apremio, el de la pandemia del coronavirus, aunque finalmente pueda tener un impacto en el objetivo final: tener una pensión digna.
La idea de permitir que los afiliados accedan a un 10% de sus ahorros es una iniciativa con apoyo transversal, desde la oposición hasta varios parlamentarios de la UDI y RN, que han dado señales concretas de que hoy podrían votar a favor de legislar el proyecto que permite que las personas puedan hacerlo. Muchos porque consideran que es lo mejor para los ciudadanos, y otros para demostrar su enojo al gobierno por no defender sus ideas.
En la industria, sin embargo, descartan de plano que esta sea una buena idea. Según cifras recabadas desde el sector, hoy en Chile existen 11 millones de cuentas en el sistema, y el 90% de ellas tiene menos de $ 20 millones acumulados en sus fondos. Lo que es peor: casi el 50% de este universo tiene aproximadamente entre $4 millones y $ 5 millones en total, o sea para una buena parte de los chilenos el máximo a retirar será entre $ 400 mil pesos y $ 500 mil pesos.
Ahora ¿qué implica financieramente concretar un retiro del 10% de los fondos? Según estos cálculos, lo primero es que esta reforma a la Constitución permite retirar más de US$ 17.300 millones del Fondo de Pensiones en dos cuotas, lo que según ejercicios que hacen economistas con datos de la Superintendencia de Pensiones, implica literalmente que 3 millones de afiliados quedarán con saldo cero en sus cuentas de capitalización individual. Y de estos afiliados, 2,2 millones son menores de 40 años y sufrirán una merma irreparable en sus pensiones, donde el flujo de recursos que perderán será entre 5 y 12 veces el monto retirado, por perder la rentabilidad de ese ahorro.
Quienes manejan estos datos en la industria realizan distintos ejercicios para graficar el impacto de la reforma, que permite el retiro del 10%, con un piso de 35 uf y un tope de 150 uf. Si alguien en su fondo tiene menos de 35 uf podra retirar el total de sus fondos.
Por ejemplo, de acuerdo al proyecto que está en el Congreso y que permite el retiro del 10% de los fondos, con un mínimo de 35 UF y un máximo de 150 UF, una persona de 30 años que tiene cerca de $ 6.500.000 en “caja”, si decide sacar $1 millón afecta su pensión con una caída de casi el 6%, lo que lleva a que en 20 años, el resultado sea una merma de 6 millones de pesos, o sea, 6.1 veces menor el beneficio respecto del retiro.
Un escenario similar ocurre con una persona con 40 años que tiene 18 millones de pesos en su fondo; retira $1.800.000 generándose una caída del 6,8%, o sea 7 millones menos de beneficios al momento de jubilarse, según los datos de la Superintendencia del rubro.
Ejemplos hay para todo. Otro que mencionan en la industria es el de alguien de 50 años que ha logrado reunir $ 30 millones en su fondo, y retira el 10%, o sea 3 millones de pesos. La diferencia entre uno que retira y el que no es de $ 25 mil, uno tiene una pensión de casi 300 mil pesos, y el que tomó recursos de sus ahorros se queda con 274 mil.
Pero la casuística no ayuda mucho para proyectar los panoramas futuros, en el sentido que las proyecciones en estos casos consideran que la persona retiró aun cuando no perdió su empleo, o si lo perdió, lo recuperó rápidamente.
La interrogante que queda, es qué sucede si el tiempo desempleado, trabajando de manera informal o vía boleta de honorario, con las consiguientes lagunas- se extiende en el tiempo. Eso incrementaría las diferencias entre pensiones de manera muchísimo más significativa, por lo que la decisión de hoy necesariamente afectará lo que suceda mañana, y es mejor contemplarlo de manera anticipada, sentencian desde las administradoras.