AFP
La producción industrial en Japón aumentó un 3,7% en enero respecto al mes anterior, tras registrar dos meses de caída en noviembre y diciembre de 2015, anunció este lunes el ministerio de Industria.
La progresión es dos veces menos importante que la prevista por los industriales consultados hace algunas semanas. Los economistas encuestados por la agencia Bloomberg apostaban por su parte por un aumento del 3,2%.
A pesar de este buen dato, vinculado a un aumento de la producción de máquinas industriales, automóviles y compuestos electrónicos, el gobierno mantiene que la producción da "un paso adelante y un paso atrás" de un mes para otro, en un contexto de incertidumbre sobre la recuperación de la tercera economía mundial.
En datos interanuales, la producción industrial disminuyó un 3,8%.
Los empresarios tienden cada vez más a ajustar rápidamente su nivel de producción a la demanda real, interior o exterior, con el objetivo de no tener que llevar a cabo demasiados ajustes importantes de reservas, que pesan económicamente.
En enero, las entregas de las fábricas aumentaron un 3,4%, mientras que las reservas disminuyeron un 0,3%.
Un sondeo realizado entre las empresas industriales subrayó que febrero registraría una fuerte disminución de la producción del 5,2%, antes de un aumento del 3,1% en marzo.
"Este aumento [en enero] tiene pocas posibilidades de calmar las preocupaciones sobre el estado de la economía japonesa, ya que las propias compañías esperan un recaída en febrero", comentó en una nota Marcel Thieliant, de Capital Economics.
La desaceleración de la actividad en China, adonde se destinan numerosos compuestos y piezas fabricadas en Japón para el montaje final de productos, también pesa.
"La tendencia en el frente de las exportaciones no es muy vigorosa, con riesgos de deterioro de la economía mundial", confirmó a la AFP Hidenobu Tokuda, economista del instituto de investigación Mizuho.
El gobierno japonés había informado el viernes que la tasa de inflación cayó en enero a cero, ilustrando los límites de la política monetaria del Banco de Japón y de la estrategia de reactivación "Abenomics" del primer ministro Shinzo Abe.