La petrolera holandesa Shell anuncia el fin de sus exploraciones en el Ártico
Es la clase de noticias que muchos ambientalistas esperaban con ansias: la petrolera holandesa Shell anunció este lunes que ha detenido sus operaciones de exploración en el Ártico.
En una sorpresiva declaración, la Real Holandesa Shell, nombre oficial de la empresa, afirmó que interrumpió sus operaciones en el mar de Chukchi, en la costa de Alaska, después de unos resultados "decepcionantes" en la exploración de gas y petróleo.
"Terminamos la exploración en Alaska en el futuro cercano", expresó la compañía.
Sin embargo no parece un triunfo directo de las protestas: los resultados de la labor exploratoria no han sido los esperados.
Shell anotó además que no encontró una cantidad suficiente de recursos de gas y petróleo en el denominado programa "Burger J" en el Ártico.
La firma ha gastado cerca de US$7.000 millones en el desarrollo de exploraciones en los mares de Chukchi y Beaufort, ubicados en el polo norte.
"Shell continua viendo el potencial de la cuenca para la explotación petrolera y el área se está convirtiendo en un lugar estratégico para Alaska y Estados Unidos", dijo Marvin Odum, presidente de Shell en Estados Unidos.
"Sin embargo, hemos tenido un resultado decepcionante en la exploración de esta zona", añadió el ejecutivo.
La oposición
Durante años grupos ambientales se han opuesto a la perforación en las aguas del Ártico y han dicho que la actividad industrial y los gases de efecto invernadero podrían causar daño irreparable a la población de osos polares, morsas y focas de la zona.
Durante los meses de julio y agosto, decenas de manifestantes que viajaban en kayaks intentaron bloquear el recorrido de varias embarcaciones de Shell que estaban en los puertos de Portland y Seattle, en el noroeste de EE.UU.
Y ahora, por supuesto, la mayoría de ellos está celebrando la decisión.
La exploración en el Ártico le ha costado a Shell unos US$7.000 millones.
Uno de los grupos más reconocidos es Greenpeace, que puso en marcha una campaña para protestar por el que denominan abuso cometido por Shell en la zona.
La organización ambientalista afirma que la petrolera holandesa ya había extraído tres veces más combustibles fósiles que lo que los científicos señalaban se podía sacar sin poner en riesgo el clima de la región.
Y también había advertido que el clima extremo en el Ártico podría ocasionar más derrames accidentales y que de ocurrir un evento así sería casi imposible limpiarlo del fondo.
A pesar del empeño de Shell en el Ártico, otras empresas se han mantenido fuera de la región debido a los altos costos de exploración y a la necesidad de cuidar la reputación de sus marcas frente a las quejas ambientalistas, especialmente en tiempos donde el precio del petróleo es el más bajo en años.
El Servicio Geológico de EE.UU. estima que en torno al Polo Norte se encuentra cerca del 30% de las reservas mundiales de gas, además del 13% de su petróleo.
De acuerdo con Shell, esta cantidad equivale a 400 mil millones de barrilles de petróleo, casi 10 veces lo que se ha extraído hasta la fecha del mar del Norte.