El Tribunal General de la Unión Europea confirmó este jueves las restricciones de utilización impuestas en 2013 a tres neonicotinoides, insecticidas considerados nocivos para las abejas, que habían sido impugnadas por los fabricantes Bayer y Syngenta.
Sin esperar esta decisión de la justicia europea, la UE ya había decidido a finales de abril extender esta primera prohibición -centrada en tres sustancias: clotianidina, tiametoxam e imidacloprid- a todos los cultivos a cielo abierto y no únicamente a los de invernadero.
En 2013, la UE impuso en un primer momento restricciones de uso. Los dos gigantes de los pesticidas, cuyos productos se veían directamente afectados, el suizo Syngenta y el alemán Bayer, pedían la anulación de esta decisión. El primero de ellos reclamaba también una indemnización de al menos 368 millones de euros (434 millones de dólares).
La moratoria parcial se aplicaba a los cultivos que atraen a las abejas (como el maíz, la colza oleaginosa o el girasol), con algunas excepciones.
El Tribunal rechazó "en su integralidad" los recursos de Bayer y Syngenta.
Para ello se basa en estudios que ponen de manifiesto la "preocupación" por las condiciones en que se aprobaron los neonicotinoides pese a que la UE disponía de reglas de protección de las abajas para salvaguardar su papel de polinización de la flora y los cultivos arables.
Una primera evaluación de la EFSA, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, había originado en 2013 las primeras restricciones.
Los riesgos señalados por la EFSA justificaban la conclusión de que las tres sustancias en cuestión habían dejado de cumplir los criterios de aprobación", explica el Tribunal en un comunicado.
El principio de precaución permitía también actuar en este caso preciso, agrega.