Bloomberg
Ahora Airbnb Inc. podrá operar en Japón sin riesgo de toparse con obstáculos normativos en tanto el Gobierno aprobó una ley que fija reglas para compartir viviendas.
Este viernes, la Cámara alta de Japón aprobó un proyecto de ley que permite alquilar espacios en viviendas privadas a huéspedes que pagan y limita el total de estadías a 180 noches por año. La ley exige que los proveedores de este tipo de alojamiento se registren en los Gobiernos locales y permite a las autoridades locales imponer restricciones propias.
Airbnb, tasada en US$31.000 millones, encontró un público más receptivo en Japón en comparación con los choques que tuvo con los Gobiernos municipales de Nueva York, Barcelona y su ciudad de origen, San Francisco. Un boom de turistas redujo la oferta de habitaciones de hotel disponibles en Japón y ayudó a convertir el archipiélago en el mercado que más rápido crece de Airbnb. El número de visitantes del exterior probablemente siga rompiendo récords mientras Japón se prepara para organizar la Copa del Mundo de Rugby de 2019 y los Juegos Olímpicos al año siguiente.
“Recibimos bien la legislación”, dijo Yasuyuki Tanabe, gerente nacional de Airbnb para Japón. “Es clara, sencilla y fácil de entender, y refleja las necesidades únicas de Japón”.
Resistencia
Airbnb, como Uber Technologies Inc., su colega de viajes compartidos, enfrentó la resistencia de las autoridades locales. Sin embargo, las restricciones para compartir viviendas en Japón son relativamente indulgentes, en comparación a 90 días en Londres y 60 días en Ámsterdam. Además, la nueva ley distingue entre quienes comparten su propia vivienda y los propietarios ausentes, lo cual anticipa que estos últimos tienen más probabilidades de volverse una fuente de conflicto en los barrios.
Las nuevas normas podrían obligar a algunos anfitriones en Tokio a elegir entre abandonar una fuente secundaria de ingresos y comprometerse a ser operadores de propiedades en alquiler de tiempo completo.
Airbnb no clasifica las 52.000 propiedades que ofrece en Japón. Cerca del 70 por ciento de ellas son casas enteras, según Airdna, una empresa que vende servicios de consultoría a los anfitriones.
Para quienes decidan seguir trabajando de anfitriones, la buena noticia es que la demanda no parará de crecer. Más de 24 millones de turistas visitaron Japón en 2016, el cuarto año consecutivo que se bate un récord, según la organización de turismo del país. Airbnb alojó a 3,7 millones de esos visitantes, según la empresa. El Gobierno busca elevar el número de visitantes a 40 millones para 2020.
“El hecho de que las 50.000 propiedades ofrecidas se alquilen de cierta forma hoy no significa que eso será todo lo posible en el futuro”, dijo Tanabe. “Vemos toda una nueva gama de oportunidades para aprovechar recursos inmobiliarios sin explotar en este país”.
La nueva ley también permitirá que las corporaciones ofrezcan servicios a los anfitriones y huéspedes de Airbnb, lo cual trasciende las raíces de la empresa en los emprendedores que alquilan habitaciones y sofás libres, dijo Tanabe. Él dijo que Airbnb ya está negociando con múltiples proveedores en Japón y no quiso identificar a nadie.