Un escenario de mayor deterioro de la actividad productiva asumió el Banco Central para este año y el próximo, según se desprende del Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo de 2022 que publicó esta mañana, en el que destaca además que la inflación y sus perspectivas de corto plazo han continuado al alza, anticipando niveles cercanos a 10% para mediados de este año.
El IPoM estima que la economía crecerá entre 1% y 2% este año, y entre -0,25% y 0,75% en 2023, mientras que en 2024 se expandiría en torno a su potencial, entre 2,25% y 3,25%.
El banco nota que estas estimaciones difieren "significativamente" de las expectativas privadas —la mediana de la Encuesta de Expectativas Económicas y Consensus Forecast, ambos de marzo de 2022—, las que suponen que tanto el consumo como la inversión seguirán expandiéndose en 2022 y 2023, y que el aumento del PIB se ubicará por sobre el límite superior del rango previsto para cada año.
Coherente con esto, y con un escenario externo menos favorable tras el significativo crecimiento de 2021, la economía se expandirá a tasas bajo su potencial en 2022 y 2023, con contracciones del consumo privado y la inversión durante el bienio 2022-2023.
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En el caso del consumo, será clave la elevada base de comparación, el descenso de la liquidez acumulada en los últimos trimestres —parte de la cual se ha destinado a ahorro— y la menor disponibilidad de crédito. En la FBCF jugarán un rol fundamental las condiciones financieras más estrechas y la persistencia de una mayor incertidumbre.
Hacia 2024, el banco estima que la economía se expandiría en torno a su potencial, entre 2,25% y 3,25%.
Inflación sobre 8%
El IPoM reconoce que la inflación ha seguido aumentando, acercándose a 8% anual, yendo más allá de lo previsto en diciembre y haciéndose eco de una sorpresa concentrada en el componente subyacente del IPC. La inflación anual acumulada a febrero de 2022 resultó cerca de un punto porcentual mayor que la prevista en el escenario central de diciembre, admite el Banco Central.
"Más de la mitad de esta sorpresa correspondió a mayores incrementos en los precios de los bienes considerados en el IPC subyacente. Una parte menos relevante de la sorpresa provino de los precios de alimentos y de los combustibles incluidos en su componente volátil", plantean.
El Informe señala que la alta inflación es un fenómeno transversal entre economías, aunque no siempre las causas principales son las mismas. En Estados Unidos y el Reino Unido, destaca el impulso de la demanda y la estrechez del mercado laboral, con una oferta contenida y presiones salariales al alza. En la Eurozona, la energía ha sido la principal causa de la inflación, contribuyendo en torno a la mitad de su aumento. En varios países de América Latina la razón fundamental se asocia al incremento de los precios de la energía y los alimentos.
En el escenario central, la inflación anual del IPC tendrá un rápido descenso a partir de la última parte de 2022, lo que se traducirá en promedio anual de 8,2%, una de 3.4% en 2023 y en un retorno a las cercanías del 3% para comienzos de 2024. "El descenso de la inflación se verá intensificado por un retroceso en los precios de la energía y algunos alimentos. La inflación subyacente, en cambio, tendrá una reducción más pausada, más influida por la reversión de la brecha de activida", se argumenta.
Tasa de Política Monetaria
El IPoM de marzo ratifica lo planteado tras la reunión de política monetaria de este martes respecto a que, de darse los supuestos del escenario central, futuros aumentos de la tasa de interés serían menores que los realizados en los últimos trimestres.
El escenario central de este IPoM incorpora una dinámica inflacionaria más persistente que lo usual, en parte, como resultado de niveles de inflación esperados por encima de la meta de inflación a los horizontes habituales. Esto refleja la síntesis de antecedentes disponibles respecto de las expectativas de inflación y la evaluación que el Consejo hace de su efecto en la dinámica inflacionaria.
Los escenarios de sensibilidad y riesgos
El IPoM presenta ejercicios de sensibilidad y riesgo a la que puede verse enfrentada la economía chilena y que pudieran tener impacto directo sobre las decisiones de política monetaria.
El límite superior del corredor de la Tasa de Política Monetaria considera un escenario de sensibilidad en que la persistencia de la inflación aumenta, requiriendo de una respuesta de política monetaria mayor que la del escenario central.
El límite inferior del corredor corresponde a un escenario donde la contracción de la actividad y la demanda es más intensa que en el escenario central. La velocidad con que se dé el ajuste del gasto interno será determinante para evaluar la rapidez con la que la inflación converja a la meta. En esa trayectoria negativa podrían combinarse, entre otros factores, un deterioro mayor de las expectativas y del mercado laboral y un impacto superior de la incertidumbre en la inversión. Esta sensibilidad requiere de una reducción más rápida en respuesta a una actividad más débil que lo previsto en el escenario central.
Además de los ejercicios de sensibilidad, se analizan escenarios en que los cambios en la economía serían más significativos y donde la actividad se ubicaría por fuera del rango de proyecciones. En esta ocasión, el Consejo destaca un escenario donde los impactos de la guerra en Ucrania adquieren características mucho más nocivas sobre la economía. En esa situación se podría gatillar una desaceleración más severa o incluso una recesión mundial, además de un empeoramiento significativo de las condiciones financieras, particularmente para países emergentes. Sin embargo, por la propia incertidumbre que rodea al conflicto, es difícil anticipar cuáles efectos predominarían en las decisiones de TPM de materializarse una situación de este tipo.