La Reserva Federal (Fed) elevó los tipos de interés en EE.UU. al rango de entre 0,75 por ciento y 1 por ciento, en un movimiento esperado por los mercados y que supone el segundo ajuste monetario en tres meses y el primero desde la llegada al poder del presidente Donald Trump el pasado 20 de enero.
En su comunicado tras la reunión de dos días sobre política monetaria, la Fed apuntó a dos subidas de tipos adicionales a lo largo de 2017 y remarcó que el ritmo de ajuste será "gradual".
El banco central dirigido por Janet Yellen había realizado un ajuste previo en diciembre, también de un cuarto de punto, cuando el precio del dinero se situó en el rango de entre el 0,50 por ciento y el 0,75 por ciento.
Buenas condiciones económicas
La Fed dejó entrever que si se mantienen las buenas condiciones económicas y del mercado laboral, durante el año podría haber otros tres aumentos de la tasa. Esto fue interpretado por los analistas como una señal de que la Reserva Federal quiere endurecer su política monetaria.
La proyección de la Reserva Federal es que la tasa podría finalizar el año en el 1,6 por ciento, alcanzar el 2,125 por ciento para fines de 2018 y el 3 por ciento para 2019.
El aumento de las tasas en Estados Unidos podría fortalecer la posición del dólar frente a otras monedas, como el euro, lo que podría encarecer las exportaciones de empresas estadounidenses al exterior.
El banco central estadounidense quiere evitar además la aparición de nuevas burbujas en el mercado, generadas a partir del bajo costo de los créditos por el bajo nivel de la tasa de interés, tal como ocurrió con la crisis del mercado inmobiliario en 2008.
De todas formas, un aumento del tipo de interés podría frenar el crecimiento del país, lo que representaría un revés para el Gobierno de Donald Trump, que el jueves alcanza el techo de deuda y deberá recurrir a medidas extraordinarias para evitar la paralización.