Bloomberg
El huracán María ha sido el más grave en golpear Puerto Rico en casi un siglo, un segundo golpe sobre el territorio después del paso del destructivo Irma dos semanas antes. Los costos, tanto humanos como financieros, sólo han comenzado a hacerse evidentes.
Una cosa es cierta: el estado asociado de Estados Unidos, que se encuentra bajo un proceso de reestructuración de su deuda por bancarrota, se enfrenta ahora a una crisis económica aún más profunda.
Cuatro meses después de que el gobierno de la isla buscara protección contra los acreedores en la mayor declaración de quiebra municipal de EE.UU., las probabilidades de una resolución rápida parecen ahora estar disminuyendo.
El presidente Donald Trump dijo el jueves que planea visitar la isla y declaró a Puerto Rico como una zona de desastre, lo que ayuda a despejar el camino para la asistencia federal.
Puerto Rico ha sido "completamente destruido" por María, dijo Trump a periodistas en Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Inundaciones catastróficas siguen ocurriendo, dijo el Servicio Meteorológico Nacional. A las 8 de la mañana, el huracán María había cobrado la vida de 10 personas en todo el Caribe, informó la agencia de noticias Associated Press.
El impacto financiero del huracán María ha comenzado a sentirse en la industria financiera estadounidense.
Los precios de los bonos de obligación general de Puerto Rico que vencen en 2032 cayeron a 48,6 centavos por dólar frente a 55,3 centavos la semana pasada. Fue otra señal de que los tenedores de bonos dudan cada vez más sobre la capacidad de la isla para pagar lo que debe.
Dolor humano
"El dolor humano y el sufrimiento y la tragedia son realmente significativos", dijo James Spiotto, director gerente de Chapman Strategic Advisors LLC, con sede en Chicago, una firma asesora enfocada en reestructuraciones municipales. "Ciertamente para la bancarrota, esto no ayuda. Puerto Rico necesita recuperarse económica y financieramente para sus residentes y para poder pagar a los acreedores".
Los asuntos legales deben ser puestos en espera mientras la isla asume las consecuencias de la tormenta, aconsejó un juez a las partes involucradas en la reestructuración de Puerto Rico, según la agencia de noticias Reuters, que no nombró al juez.
La situación financiera ya era urgente antes de que María golpeara. La economía de la isla se ha estado contrayendo durante una década, obligando a un flujo constante de residentes a buscar trabajo en Estados Unidos.
Mientras se enfrenta a un daño catastrófico, Puerto Rico debe restaurar la salud y la seguridad de sus ciudadanos a la vez que navega por el proceso de quiebra que busca reducir una carga de deuda de US$74.000 millones y salvar un sistema de pensiones insolvente.
Entre las preguntas económicas, una de las mayores es cómo puede Puerto Rico revertir su emigración. Alrededor de 400.000 personas han abandonado la isla desde 2008.
"Una población en declive no hace más fácil manejar la deuda que se queda atrás", dijo Matt Dalton, presidente ejecutivo de Belle Haven Investments, con sede en Rye Brook, Nueva York, firma que gestiona US$6.000 millones de bonos municipales, incluyendo deuda asegurada de Puerto Rico.
Otro problema es el futuro de la Autoridad de Energía Eléctrica, el principal proveedor de electricidad de la isla, que está tratando de restaurar el servicio en la isla. La empresa de servicios públicos tiene US$8.300 millones en deuda e incluso antes de María, los apagones eran comunes.