Estados Unidos aplicó aranceles de 25% contra productos de China por 16.000 millones de dólares, disparando idénticas medidas por parte de Pekín, en momentos en que ambos negocian formas de aplacar su escalada comercial.
China anunció de inmediato "represalias necesarias" a esta nueva batería de aranceles que elevó a 50.000 millones de dólares los bienes chinos gravados por Washington, e impuso tarifas de 25% contra productos norteamericanos por 16.000 millones de dólares, anunció la agencia de noticias Xinhua.
Los gravámenes chinos entraron en vigor el jueves, exactamente un minuto después que los estadounidenses, agregó la agencia.
Pekín declaró que se oponía "firmemente" a los nuevos aranceles aplicados por Washington, según un comunicado del ministerio chino de Comercio.
El secretario de Comercio estadounidense había dicho el miércoles que China no será capaz de continuar con las represalias al mismo ritmo que Estados Unidos.
"Naturalmente, ellos responderán un poco. Pero al día de hoy, nosotros tenemos más balas que ellos. Ellos lo saben", dijo Ross en la cadena CNBC. "Tenemos una economía mucho más fuerte que ellos. Ellos también lo saben".
Estados Unidos, que acusa a Pekín de prácticas comerciales desleales, tiene en la manga la imposición de aranceles a otros bienes chinos por unos 200.000 millones de dólares y también aplicar una tasa de 25% a los autos importados para proteger la producción doméstica.
Ese paso es discutido esta semana en Washington en audiencias públicas con representantes de las empresas estadounidenses concernidas.
Negociaciones
La escalada se produce en momentos en que Washington y Pekín reabrieron negociaciones para abordar su pelea comercial.
Las conversaciones, iniciadas el miércoles en Washington y que proseguirán este jueves, son las primeras desde junio que buscan resolver la multifacética y creciente guerra comercial entre las dos mayores economías del planeta.
Trump dijo a comienzos de semana que no espera nada de las conversaciones que están en desarrollo.
"Somos un país que ha sido explotado por cualquiera y no vamos a ser explotados más", dijo en un acto público el martes.
La vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, señaló que el objetivo es alcanzar "mejores acuerdos comerciales para Estados Unidos".
"El presidente quiere un comercio libre, justo y más recíproco con otros países; especialmente con China", dijo a periodistas el miércoles.
Política proteccionista
El presidente Donald Trump aplica una agresiva política proteccionista para reducir el déficit comercial estadounidense al cual le atribuye la destrucción de empleos en su país.
Empero los socios comerciales de Washington aplicaron medidas de represalia que dañan a productores agrícolas, fabricantes y consumidores estadounidenses.
Miles de grandes y pequeñas empresas e industrias estadounidenses reclamaron a Trump que reconsidere su política comercial porque consideran que les perjudica.
Pero hasta ahora, el presidente ha hecho oídos sordos y apenas exceptuó a unos pocos productos en sus decisiones arancelarias.
Washington se vio forzado a anunciar un programa de ayuda de 12.000 millones para aquellos productores agrícolas perjudicados por los aranceles de represalia que impusieron tanto China como otros países.
Un documento de la Reserva Federal divulgado el miércoles mostró que la entidad considera que las disputas comerciales implican "trascendentales" riesgos para la economía.
Un pelea comercial generalizada y prolongada perjudicaría la confianza de los empresas, las inversiones y el empleo, en tanto impactaría en los precios, lo cual puede "reducir el poder de compra de los hogares estadounidenses", dice la minuta de la reunión de la Fed celebrada los días 31 de julio y 1 de agosto.