Argentina subió este miércoles a la categoría de "mercado emergente" en el índice de Morgan Stanley Capital Internacional (MSCI), desde la calificación con que estaba valorada desde 2009 de "mercado fronterizo".
La medida llega el mismo día que el FMI aprobó un crédito para el país y expresa una mejora de la confianza internacional en su economía. El ministro de Hacienda argentino, Nicolás Dujovne, valoró muy positivamente la decisión.
"Salimos de emergentes en 2009 por malas políticas que generaron aislamiento y estancamiento; volvemos porque, desde el año 2015, el equipo del presidente Macri muestra responsabilidad, coherencia y respeto a las reglas", dijo el ministro en declaraciones recogidas por la agencia estatal Télam. De forma similar se expresó en Twitter.
Ser emergentes va a darnos acceso a capital más barato y, por ende, más inversión, más crecimiento y más empleo para todos los argentinos.
— Nicolas Dujovne (@NicoDujovne) 20 de junio de 2018
MSCI explicó en un comunicado de prensa que "los inversores institucionales internacionales expresaron su confianza en la capacidad del país para mantener las condiciones actuales de acceso al mercado de acciones, que es un factor clave en la clasificación".
Argentina pasó así de ser considerado un "mercado de frontera" a "emergente", una condición que será revisada si las autoridades del país, "a la luz de los eventos más recientes que afectan la situación cambiaria" interna, "introdujeran cualquier tipo de restricciones de acceso al mercado, tales como controles de capital o de divisas", agregó MSCI.
El Gobierno del presidente Mauricio Macri aguardaba con ansias esta recalificación de Morgan Stanley, que se conoció el mismo día que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó concederle un crédito de 50.000 millones de dólares a tres años para superar las turbulencias financieras sufridas en las últimas semanas y a las que MSCI hizo referencia en su texto. Es el mayor crédito de la historia del FMI.
Argentina había descendido en 2009 a la categoría de "mercado de frontera" cuando el Gobierno de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) impuso restricciones al flujo de capitales, una condición fundamental para los grandes inversores internacionales.